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Seis mujeres en la vida de Fidel Castro

La vida amorosa de Fidel Castro, como el resto de su existencia, ha estado marcada por numerosos mitos.

La vida amorosa de Fidel Castro, como el resto de su existencia, ha estado marcada por numerosos mitos.

El líder revolucionario tuvo numerosos amoríos, algunos comprobados, otros no. Algunos que han trascendido han estado sazonados por la imaginación de sus ex amantes.


Fidel Castro (1926-2016): La obsesión de gobernar

En una entrevista concedida en 2014, su ex escolta Juan Reinaldo Sánchez contó que Castro “no es el típico mujeriego cubano, que cambia constantemente de amante, pero podía tener dos o tres a la vez que le duraban años”.  Entre estas mujeres mencionó una azafata llamada Gladys y Juana Vera García, su traductora e intérprete de inglés durante cuatro décadas.

Es conocido que Castro galanteaba con las mujeres que quería conquistar, enviándoles flores y regalos.


Así fue el anuncio de la muerte de Fidel Castro

Además de varias relaciones estables, a Castro se le atribuyen romances con personalidades como la actriz italiana Gina Lollobrígida -quien lo entrevistó en 1974. Tuvo además dos hijos conocidos de dos romances: Jorge Angel Castro Laborde, nacido en 1956 fruto de su relación con una admiradora, Maria Laborde.

Muchos romances rumorados han sido negados por las mujeres presuntamente involucradas.

A continuación te contamos cuáles fueron seis de las mujeres más importantes en la vida de Castro.


Fidel Castro, el culto que nunca cesó

Mirta Díaz-Balart: La primera esposa de Fidel Castro. Se casaron el 12 de octubre de 1948, Cuando Castro tenía 22 años y ella, 20. Al año siguiente nació el primogénito, también llamado Fidel. Mirta era hermana de Rafael Díaz-Balart, un prominente político, miembro de la Cámara de Representantes y empleado del ministro de gobernación del gobierno de Fulgencio Batista. Castro conoció a Mirta, entonces estudiante de Filosofía, a través de Rafael.

El matrimonio estuvo marcado por el incipiente activismo del joven Castro y sus diferencias con su familia política. Cuando fue encarcelado, tras el ataque al Cuartel Moncada en 1953, Mirta lo siguió visitando en prisión y al decir del historiador Rafael Rojas fue un contacto importante pues les hizo llegar a personalidades cubanas, como el historiador Jorge Mañach, varios documentos de Castro desde el presidio, entre ellos el borrador de su alegado “La historia me absolverá”, que el insigne intelectual ayudaría a editar.

En julio de 1954, Castro escuchó por la radio que Mirta había sido despedida del ministerio de Gobernación y enterarse de una vez del empleo y el despido lo vio como una afrenta, que abrió una brecha irreparable entre los esposos.

La pareja se divorció al año siguiente, también luego de que Mirta supiera de la relación amorosa de Castro con Natalia Revuelta. Ella se casó poco después con Emilio Núñez Blanco, con quien tuvo dos hijas. La pareja se mudó a España desde mediados de la década de 1960. Fidel Castro Díaz-Balart fue enviado a estudiar a la Unión Soviética y al regreso a Cuba quedó al cuidado de la familia paterna.

Madre e hijo mantuvieron contacto y se vieron con frecuencia en Europa a partir de los años 90. Hacia la década del 2000 Mirta Díaz-Balart comenzó a viajar a la isla, donde reside su hijo.

La rivalidad política entre los Castro y los Díaz-Balart persiste hasta nuestros días. Dos de los sobrinos de Mirta Díaz-Balart -hijos de su hermano Rafael- se hicieron en miembros del Congreso de Estados Unidos y han mantenido una postura abiertamente anticastrista.

Natalia Revuelta: Bella, de ascendencia inglesa, exquisitamente educada e inteligente, Naty Revuelta ofreció su mansión del barrio de Miramar para que Fidel Castro y sus amigos conspiraran y organizaran el ataque el Cuartel Moncada, en 1953.

Naty era empleada de la compañía Esso y estaba casada con un famoso cardiólogo con quien tuvo su primera hija, Natalie.

Conoció a Castro en noviembre de 1952 durante un acto en la Universidad de La Habana. Era militante del Partido Ortodoxo y fue fundadora del Movimiento 26 de Julio.

Durante el encarcelamiento de Castro en Isla de Pinos, sostuvo una apasionada correspondencia amorosa con él y tras su liberación continuó el romance durante algunos meses. En esos encuentros fue concebida Alina, quien nació el 19 de marzo de 1956.

Castro conoció a su hija tras lograr el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, pero Alina sólo supo quién era su padre cuando llegó a la adolescencia.

El esposo de Revuelta, Orlando, se exilió en Miami con la pequeña Natalie a inicios de los años 60.

Aunque Naty Revuelta estaba esperanzada en reanudar su relación con Castro tras el triunfo revolucionario, esto no se produjo.

Trabajó como empleada del gobierno y mantuvo una activa vida social, participando incluso en recepciones de dignatarios extranjeros. Revuelta nunca abandonó Cuba y le profesó devoción a Fidel Castro hasta el final de su vida, en 2015 a los 89 años.

Proyectos Fracasados de Fidel Castro
 

Isabel Custodio: Mientras Naty mantenía viva la ilusión de reencontrarse con Castro, y Mirta le presentaba el divorcio, Castro empezaba un romance en México con la joven hija de exiliados españoles. Se conocieron en el patio de una cárcel en México, cuando Isabel Custodio fue a acompañar al artista Néstor Almendros, quien iba a fotografiar a Castro y sus compañeros, detenidos brevemente.

Custodio era estudiante de Filosofía y Letras y pronto comenzó un romance de nueve meses, que reveló en su libro “El amor me absolverá”, de 2005. Según la mujer, fue secuestrada por agentes del gobierno de Fulgencio Batista y Castro la rescató. También asegura que le propuso matrimonio y ella aceptó momentáneamente pero luego cambió de idea a causa de las presiones familiares y del grupo de revolucionarios -entre ellos el Che Guevara- que la veían como una burguesa de izquierda.

El romance terminó antes de que Castro se embarcara en la expedición a Cuba con el yate Granma. Custodio se convirtió en periodista, escritora y activista feminista en México, donde todavía reside.


Fidel Castro y Miami, la ciudad que más lo odió

Celia Sánchez Manduley: Considerada por sus biógrafos el amor más importante en su vida, era seis años mayor, y como Castro, oriunda de la región oriental de Cuba. Se conocieron en las montañas, hacia 1956, cuando Castro apenas organizaba una guerrilla en la Sierra Maestra.

Celia organizó y supervisó el envío de suministros a los rebeldes en Sierra Maestra, reclutó voluntarios y fue uno de los principales puntos de contacto. Se dice que nunca estaba muy lejos de Castro, y se convirtió en su mano derecha.

El periodista estadounidense Tad Szulc, quien visitó a los rebeldes en las montañas, dice que Celia era la única persona con poder sobre Fidel Castro. El comandante Huber Matos asegura que nunca los vio discutir y era evidente que entre ellos había una relación íntima, que ni ella ni Castro confirmaron nunca, pero de la cual abundan testimonios.

Tras el triunfo de la revolución, el apartamento de Celia en el Vedado se convirtió en la segunda casa de Castro. Ella le cocinaba, y supervisaba sus alimentos.

Era secretaria de la presidencia del Consejo de Ministros y creó en 1964 la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, dedicada a la conservación de documentos.

Celia Sánchez se convirtió en la mujer más poderosa de Cuba y una especie de primera dama en la sombra, a la que miles de cubanos -incluso opositores- acudían a pedir favores, que ella concedía en casi todas las ocasiones. Creyente en la religión afrocubana o santería, se cree que su influencia fue decisiva para que el gobierno de Castro adoptara una actitud más tolerante hacia esa religión.

Era indispensable para Fidel Castro y a la vez que se hacía de la vista gorda ante los amoríos del líder, incluida su relación -paralela- con Dalia Soto del Valle.

Fumadora empedernida, Sánchez murió en 1980, a los 59 años, de cáncer de pulmón. Varias personas allegadas creen que el impacto de la muerte de su compañera tuvo un efecto negativo en Castro e incluso en su cercanía con las masas, que ella propiciaba.

Poco después Castro anunció públicamente que dejaría el hábito de fumar y sólo tras la muerte de Celia se casó con su segunda esposa, Dalia Soto del Valle.

Fidel Castro y Nueva York: amores y odios, de Manhattan a Harlem

Dalia Soto del Valle:  A pesar de ser la mujer que más tiempo ha estado al lado de Castro, es la más enigmática y de la que menos se conoce.

En la década del 70 comenzaron los rumores entre los dirigentes de que Fidel Castro tenía una relación estable con una bella mujer de Trinidad, en el centro de la isla, desde mediados de la década de 1960. Tuvieron cinco hijos varios: Angel, Antonio, Alejandro, Alexander y Alexis.

Soto del Valle, 20 años más joven que Castro, era la maestra y directora de la escuela privada de Punto Cero -como se conoce a una de las residencias de Castro- a la que asistían, sus hijos y los de otros altos dirigentes de la revolución cubana.

Aunque la existencia de Soto del Valle era conocida en los círculos del poder, no fue hasta 2001 que apareció una imagen suya en la televisión cubana.

Después que Castro enfermó y se alejó del poder en 2006, Dalia fue fotografiada y filmada en numerosas ocasiones junto a él, particularmente durante visitas de dignatarios extranjeros. Sin embargo, ni siquiera en tales momentos los cubanos escucharon hablar a la esposa de su líder histórico.



El día que Fidel Castro fue un espalda mojada
 

Marita Lorenz: En 1959, a los 19 años de edad, Lorenz -de padre alemán y madre estadounidense- llegó a La Habana con su padre a bordo del barco de este, MS Berlin. Castro fue a visitar la embarcación, y esto -según ella- marcó el inicio de un romance que duró varios meses, durante los cuales la joven permaneció en La Habana. Lorenz dice que quedó embarazada del líder cubano y fue obligada a abortar a los seis meses, aunque otros testimonios apuntan a que el hijo era de un ayudante de Castro.

Despechada, en 1960 Lorenz habría regresado a La Habana con la intención de envenenar a Castro por encargo de la Agencia Central de Inteligencia, CIA. En su relato a la periodista Ann Louise Bardach, Lorenz dijo que le entregaron dos pastillas que lo matarían en el acto, pero que no tuvo valor de usarlas en su ex amante.

Además asegura que este se dio cuenta de sus intenciones, le puso una pistola calibre 45 en la mano y luego, al ver que ella no la usaba, le dijo: “Nadie puede matarme”.

Lorenz cuenta la historia de su affaire en su libro “Querido Fidel - Mi vida, mi amor, mi traición”, publicado en 2001.

Años después, Lorenz dijo haber tenido un romance -y otro embarazo frustrado- con el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez. También aseguró que conoció al asesino de John F. Kennedy, Lee Oswald, a través de exiliados cubanos.

La mujer ha tenido una amplia presencia mediática a lo largo de su vida, que sin dudas llegará a su punto climático cuando la afamada actriz Jennifer Lawrence la interprete en una película que llevará su nombre “Marita”.

25 frases de Fidel Castro

Juana Vera García: Traductora del inglés Fidel Castro durante cuatro décadas, dese 1975, y luego de su hermano Raúl. Según Juan Reinaldo Sánchez, ex guardaespaldas de Castro, y otras personas cercanas al círculo del poder, Vera -de 61 años y coronel de los servicios de inteligencia- fue amante del líder cubano e incluso se le atribuye uno de sus hijos, Abel.  

En una inusual entrevista en 2003, Vera dio muestras de su devoción por el líder cubano: “asevera que "Para mí es el hombre más grande que dio el siglo XX... En él confluyen el filósofo, el pensador, el estadista, el combatiente, el estratega militar, el dirigente político, el conductor del pueblo, el maestro, el artífice de una revolución'', dijo emocionada. Y En el documental Comandante (2003), el cineasta Oliver Stone le pregunta a Castro sobre su traductora y este responde: “Sí, muchas veces conoce ya mis ideas, no se da cuenta y se adelanta”.


Los mejores amigos de Fidel Castro