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¿Rechazo al sexo? Asexuales, un nuevo grupo que pide reconocimiento social

Se trata de una comunidad creciente en el mundo, que ya comienza a hacerse visible en América Latina.

Transitan por las mismas calles que nosotros, interactúan con todo el mundo, como lo hacemos nosotros; estudian, trabajan, disfrutan de la vida, como mismo lo hacemos nosotros, heterosexuales u homosexuales. Sin embargo, hay algo en lo que no coincidimos: ellos no experimentan ningún placer en el contacto sexual con otra persona.

(Diez curiosidades que no sabías sobre el pene)

Lo realmente notable aquí es que no lo ocultan; todo lo contrario: son los asexuales, y quieren que se les escuche. Son cada vez más visibles y el movimiento ya tiene incluso una bandera que los identifica con franjas horizontales: violeta, blanca, gris y negra.

Todo parece indicar que no son pocos en nuestro planeta quienes defienden este otro modo de vivir el sexo desde su ausencia misma.

De acuerdo con la psicóloga y neurocientífica estadounidense Nicole Prause, alrededor del 3% de la población mundial activa no practica sexo porque no lo desea; aunque el sexólogo Anthony F. Bogaert estima que se trataría de un 1% de la población, que de por sí representa también una cifra considerable de personas.

Pero este tema, aunque no nos parezca, no es nuevo: en el lejano año de 1948, el célebre Informe Kinsey establecía, a través de una tabla de gradaciones de los comportamientos heterosexual y homosexual, nada menos que una categoría X para quienes no evidencian ningún rasgo de deseo sexual hacia otra persona de cualquiera de los dos sexos.

Sin embargo, no ha sido sino hasta hace muy poco, con la explosión liberadora de YouTube, Facebook, Twitter y el resto de redes sociales, que se ha empezado a escuchar la voz de esta especie de club de incomprendidos que batallan a diario para ser escuchados, pero sobre todo entendidos, bajo una lluvia de suspicacias y hasta de burlas de familiares, amigos, colegas y público en general.

Lo curioso es que mucho de esta nueva energía provenga de un video publicitario para una marca de colchones, producido en España, en el que algunos de quienes se dicen para nada interesados en el roce entre dos o más cuerpos cuerpos miran a la cámara y defienden sus postulados.

Estos serían apenas dos o tres miembros de una sociedad que se estima que comprenda a 70 millones de personas en el planeta.

En total acuerdo con la exigencia de este colectivo para que no se les etiquete, ni se les estigmatice, y mucho menos se les diagnostique, nosotros hemos conversado con dos de los miembros de la creciente sociedad de asexuales de México, que incluso ha comenzado a marchas en las calles del país.

"No odiamos el sexo"

Para Arturo Ortiz Noriega, creador de la página Asexuales México y América Latina, “los asexuales no odiamos el sexo, ni tampoco estamos en contra de las otras orientaciones sexuales”.

“La asexualidad –enfatiza-- es la poca o nula atracción sexual por otra persona; dentro de nuestra comunidad la consideramos una orientación sexual hacia nadie o la falta de ella”.

De ahí la reivindicación: “somos parte de la diversidad sexual y con más razón de las minorías sexuales”; lo que ha provocado que no hayan tenido “una acogida tan abierta como hemos esperado por parte de la sociedad”.

En un país marcado por la violencia de género y “una educación decadente”, cualquier cosa que aborde o colinde con la sexualidad entra dentro del terreno de lo tabú. Lo triste es que, al decir de Ortiz Noriega, hasta “varios colectivos LGBTQ se muestren escépticos ante la asexualidad”. Esto ha llevado a los asexuales a asumir el activismo como única arma para lograr algún día la comprensión y el respeto.

Y ya adentro del fenómeno, todos también defienden el derecho a una clasificación en función de matices u “orientaciones románticas”, que establecería nuevos términos como “heteroromántico, homoromántico, biromántico y arromántico, así como los espectros demisexual, demiromantico, grisexual y grisromántico”.

En una línea similar se expresa Citlally, más conocida como Azul dentro de la comunidad asexual, la creadora del grupo de apoyo para familiares y aliados de asexuales en Facebook. 

Según esta joven residente en el estado mexicano de Guerrero, “todavía hay una gran cantidad de público que ni siquiera ha escuchado la palabra, todavía no se enteran de la asexualidad como la atracción sexual dirigida hacia nadie, por lo que el recibimiento que tenemos va desde que nos tachen de raros, hasta la sorpresa, por eso es que buscamos hacernos visibles, para poder aparecer dentro de la mente de las personas como una orientación”.

Esta colaboradora con el blog sobre asexualidad Avenites se detiene a puntualizar en lo que denomina “partes del espectro asexual”, como la demisexualidad, que no es más que la “atracción sexual que nace después de un vínculo previamente establecido”, o la grisexualidad, que comprende “la atracción sexual ocasional”; aunque seguidamente insiste en que “hay muchísimas orientaciones aún no visibles, como la nuestra, y que el humano es infinito en sus posibilidades de sexualidad y género”.

Lo que queda claro es que los asexuales de todas partes del mundo buscan la visibilidad para al acto exigir el respeto y la tolerancia. Para ello ya reclaman la instauración de su muy particular Día del Orgullo Asexual, allí donde todos desfilen, se expresen y aboguen por el reconocimiento.

Eso sí, algo prevalece: la ausencia total de fundamentalismos y de campañas proselitistas. “No queremos que todos sean asexuales –aclara Arturo Ortiz Noriega--, solo deseamos ser aceptados por la sociedad, que nos comprendan, que otros sepan que no están solos y que seamos visibles y podamos vivir tranquilamente”.