Las condiciones del espacio no son las mismas que las de la tierra, es por eso que el cuerpo humano podría tener algunas complicaciones de salud al vivir en este ambiente. A continuación te compartimos algunas de las más recurrentes. ¡Entérate!
En la Tierra, el sistema cardiovascular bombea la sangre hasta las extremidades de manera uniforme; pero en el espacio, como no hay gravedad, la sangre se concentra en el pecho y la cabeza aumentando el riesgo de presión arterial alta, según Medical News Today.
El suministro de oxígeno también se vuelve menos eficiente, por lo que algunos órganos podrían atrofiarse o desarrollar una arritmia cardiaca.
Por la falta de gravedad, los músculos no se trabajan mucho y empiezan a perder fuerza. Sobre todo los de la pantorrilla, los cuádriceps y los músculos de la espalda y el cuello.
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También existe el riesgo de sufrir tendinitis y acumulación de grasa corporal. Y debido a la pérdida de fuerza de los músculos, se podría perder la capacidad de hacer actividades que requieran mucho esfuerzo.
Además, las vértebras podrían separarse y contribuir a que la columna vertebral se alargue. Esto conduciría que la persona sufra de dolores de espalda.
Los huesos son un tejido que se auto repara y se regenera constantemente. Sin embargo, el entorno espacial impide que se lleve a cabo este proceso natural, causando pérdidas de la masa ósea.
Algunas funciones motoras y sensoriales podrían empezar a fallar. Por ejemplo, la habilidad de controlar algunas cosas con las manos, el rendimiento de la visión y la orientación espacial podrían verse afectados, de acuerdo con la NASA.
Al exponerse a los rayos cósmicos galácticos o las partículas solares, la gente que va al espacio podría desarrollar algún tipo de cáncer o enfermedades degenerativas.
Un astronauta podría perder hasta 1/4 de su capacidad aeróbica en tan solo dos semanas de estar en el espacio. Por eso, sería necesario que ejerciten hasta dos horas al día solo para mantener sus músculos y huesos en buen estado.
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En promedio, un astronauta solo duerme alrededor de seis horas al día. El problema es que si llegan a dormir menos podrían tener problemas en su rendimiento y pondrían en riesgo cualquier misión.
Algunos viajes espaciales requerirían que estén cinco o seis personas encerradas en un espacio pequeño por varios años; lo cual podría ser emocionalmente difícil para mucha gente, según explicó el científico Richard Berendzen a National Geographic.
Los vuelos espaciales de larga duración podrían desregularizar el sistema inmune, y esto podría representar un riesgo clínico para la tripulación, según un estudio publicado en la revista científica Journal of Interferon & Cytokine Research.
Algunas naves espaciales podrían tener bacterias y hongos provenientes de la piel humana, y se cree que estos organismos podrían afectar a los astronautas, según la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia. (AAAS)
El sentido del tiempo en un astronauta podría verse afectado, y es que la salida y puesta del sol se alternan en minutos allá arriba, por lo que las horas podrían parecer más largas, según el sitio del Programa de Historia de la NASA.