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Clinton y Trump, reyes de últimas votaciones

La candidaturas de republicanos y demócratas se perfila poco a poco tras salida de Jeb Bush

La victoria de Donald Trump en la primaria de Carolina del Sur pone al empresario en una excelente posición para afrontar las primarias en varios estados del sur en el llamado Super Martes del 1 de marzo, votaciones en las cuales estarán en juego casi un cuarto de los delegados a la convención republicana donde se confirmará al candidato presidencial.

Los resultados de Carolina del Sur sirven también para casi confirmar que el candidato preferido del llamado “establishment” o liderazgo del partido republicano es Marco Rubio. El que el senador por la Florida haya quedado arriba de Jeb Bush -quien anunció el sábado que se retira de la contienda- por una diferencia de más de diez puntos porcentuales hace que Rubio ocupe el lugar principal como opositor a Trump. Lugar que le permitirá obtener el apoyo de los grandes barones y donantes del mundo republicano.

Rubio no dudo en tomar el manto del universo republicano luego de conocerse los resultados de la primaria. Rodeado por miembros de su familia y de la gobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, quien le dio el apoyo hace un par de días y el cual se supone que fue de enorme importancia debido a la gran popularidad de que goza en el estado la política de padres de la India, Rubio hizo referencia al conservadurismo y a su familia.

“En el movimiento conservador del siglo XXI, el hijo de un “bartender” (barman) y una mucama de Cuba está hoy un paso más cerca de ser el 45 presidente de Estados Unidos”, señaló Rubio en su discurso que aunque en segundo lugar tenia el aire de un triunfador.

El senador por Texas Ted Cruz por su parte, sigue en la pelea, aunque este caso con menor fuerza ya que no sólo quedo en tercer lugar sino que es uno de los dos candidatos llamados “insurgentes” junto a Trump (porque se oponen al liderazgo del partido), pero fundamentalmente porque compite por el mismo segmento de votantes que apoya a Trump.

Esa base republicana evangélica y muy conservadora por la que irá Trump en los otros estados del Sur es la misma base que busca Cruz. El “momentum” por supuesto, lo tiene Trump con su victoria en Carolina del Sur.

Lo de Rubio es verdaderamente la sorpresa de la noche de Carolina del Sur. Luego del desastre que fue su participación en el debate antes de la votación en New Hampshire y que lo hizo quedar mal en la votación en ese estado, hoy Rubio está de vuelta. “El niño que regreso”, como dice el dicho en inglés -‘the comeback kid’.

Lo de Rubio es importante no sólo porque desplaza a Bush, quien había sido su principal adversario para ocupar ese lugar de candidato del “establishment” -lo que le traerá tremendo apoyo en dinero, en logística y en ‘endorsements’ o apoyos personales de gente influyente del partido-, sino ademas por algo que vale oro y que quizá pueda ser definitivo a la hora de decidir el candidato: su elegibilidad.

Sucede que según las encuestas de salida hechas entre los votantes de Carolina del Sur, Rubio es el candidato republicano que más altos porcentajes obtiene en la categoría de quien puede ganar la elección presidencial en noviembre. Es decir, independiente de lo que se precie a Trump por “decir las cosas como son” o a Cruz por su verdadero conservadurismo o por cualquiera de las otras tantas categorías que se pregunta a la gente y se analizan las campañas, Rubio vence en esa que es central a la hora de definir candidatos, en este caso el republicano que mejor dará la pelea contra Hillary Clinton o Bernie Sanders.

Más allá de lo que significa la victoria de Trump en el sentido de que pueda galvanizar ese voto de protesta republicano y de que en algún momento pueda además atraerse los votos de esa gente más conservadora -y también muchos evangélicos- que están con Cruz, lo que queda claro es que la batalla republicana será brutal.

Se tendrá básicamente un enfrentamiento entre uno de los candidatos “insurgentes”, que hasta hoy todo indica debería de ser Trump, contra el candidato del “establishment” que debería de ser Rubio -en el papel el gobernador de Ohio John Kasich tiene oportunidad pero en la realidad son muy pocas sus posibilidades.

Si se asume que los votos de Bush y de Kasich irán tarde o temprano a Rubio, con eso el senador suma alrededor del 38%% de los votantes republicanos. Trump tiene más o menos un tercio -el 33%- y se supondría que pudiera conseguir el apoyo de los votantes de Cruz y de Ben Carson -quien salió último en Carolina del Sur con el 7%.

Es casi seguro entonces que serán los votantes de Cruz -22%- los que inclinarán la balanza en favor de Trump o Rubio. Los votos de Carson pueden ir bien con Trump o Rubio, aunque en una primera instancia de seguro irán con Cruz por lo de ser muchos de ellos evangélicos.

Trump es formidable en el sentido de que tiene el apoyo de mucha gente la cual en diversas categorías están de acuerdo con él. Bien sea porque dice las cosas como son, porque están de acuerdo en sus puntos de vista en inmigración, en la economía y otros temas.

Trump también gana en casi todos los segmentos: jóvenes, gente mayor, gente con poca educación, con mediana educación, etc. Con los pocos que pierde son con los más educados y con los que ganan más de cien mil dolores anuales, ambos grupos están con Rubio.

Trump sin embargo, tiene una falla central que pudiera ser mortal para su candidatura: pocos lo ven elegible, al menos para aquellos votantes que deciden dar su voto bajo este criterio de quién puede ganar en noviembre. La salvación para Trump pueda ser que no necesariamente toda la gente basa su voto en este criterio. Para otros -casi un tercio de votantes por ejemplo- lo más importante a la hora de votar es que el candidato “pueda traer el cambio que se necesita”, categoría en la cual Trump vence fácilmente.

Interesante que entre los votantes que deciden su voto por aquel candidato “que comparte mis valores”, Trump sale de último, con un bajísimo 7% de las preferencias. Cruz gana esta categoría con el 38%. Esto indicaría que Trump básicamente sólo tiene el voto de protesta, de los que creen que el empresario cambiará las cosas.

Visto de otra manera todos estos números que pueden parecer confusos estarían indicando que Trump tiene al menos por hoy un “techo” de votantes de alrededor de un tercio del electorado republicano. Es por ello que será clave si puede conseguir los votos de Cruz. De lo contrario pesará más la maquinaria del partido, de los dignatarios y hombres de dinero que se alinearán en favor del joven senador de la Florida.

Quien lo hubiese pensado hace unos meses, o incluso hace unos días luego del desastre en el último debate republicano: un Rubio al que no se le daban mayores posibilidades -que no tiene experiencia, que es un ‘robotizado’ al hablar, que cambia de posiciones como se cambia de ropa, etc.- está hoy en la pelea directa contra el llamado “fenómeno Trump”.