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Papa a obispos: peléense como hombres

"Si tienen que pelearse, peléense, si tienen que decirse cosas, se las dicen, pero como hombres, en la cara", dijo el Pontífice

MEXICO (AP) — El papa Francisco urgió a los obispos de México a mantener la unidad, cueste lo que cueste, incluso si eso implica pelearse.

"Si tienen que pelearse, peléense, si tienen que decirse cosas, se las dicen, pero como hombres, en la cara", dijo el papa, saliéndose del discurso escrito en un encuentro con la jerarquía católica. "Pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal", señaló en el único momento que improvisó.

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Segundos antes, el papa les había dicho que la mejor manera de cumplir con su misión es mantener la unidad.

Francisco hizo un fuerte llamado a los pastores mexicanos para afrontar con más coraje las amenazas del narcotráfico y ser más transparentes.

El pontífice realiza su primera visita a México, el país de mayor población católica de habla hispana.

El Papa Francisco se traslada a la Nunciatura en un sencillo vehículo Fiat cerrado y no en papamóvil, después del encuentro con los obispos mexicanos a quienes mandó contundentes mensajes para que se acerquen a las bases de la Iglesia y solucionen "como hombres" sus diferencias.

A lo largo del recorrido había fieles que esperaban para ver pasar la comitiva, pero no se apreciaron grandes aglomeraciones de gente en ningún momento, si siquiera en el Zócalo de la capital, donde las medidas de seguridad para acceder eran muy fuertes.

Esta tarde el Papa celebrará su primera misa en tierras mexicanas en la Basílica de Guadalupe, la virgen a la que está dedicando todas sus reflexiones y ante la que rezará en privado.

El papa Francisco elogió la labor de la Iglesia mexicana en apoyo de los migrantes y pidió a los obispos que "refuercen la comunión con sus hermanos del episcopado estadounidense".

"No será vana la premura de sus diócesis en el echar el poco bálsamo que tienen en los pies heridos de quien atraviesa sus territorios y de gastar por ellos el dinero duramente colectado", afirmó.

Sacerdotes mexicanos de base son los responsables de la principal red de albergues de migrantes en todo el territorio nacional. Los religiosos y laicos que trabajan en ellos no han dudado en denunciar los numerosos crímenes y violaciones a los derechos de los migrantes tanto a manos del crimen organizado como de autoridades cómplices de los delincuentes, lo que en muchos casos les ha costado amenazas y persecución.

El papa Francisco dijo a los obispos mexicanos que acompañen a los millones de migrantes que "hoy viven en la diáspora o en tránsito, peregrinando hacia el norte en búsqueda de nuevas oportunidades".

En el tramo final de su discurso a la jerarquía eclesiástica el pontífice señaló que muchos migrantes "dejan atrás las propias raíces para aventurarse, aun en la clandestinidad que implica todo tipo de riesgos, en búsqueda de la 'luz verde' que juzgan como su esperanza. Tantas familias se dividen; y no siempre la integración en la presunta 'tierra prometida' es tan fácil como se piensa".

"Hermanos, que sus corazones sean capaces de seguirlos y alcanzarlos más allá de las fronteras", pidió.

El papa Francisco pidió a los obispos de México asumir un papel más activo frente a la amenaza que representa el narcotráfico y acercarse más a los mexicanos para ayudarlos a enfrentar problemas como la violencia.

"Les ruego no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa para la juventud y para la entera sociedad mexicana, comprendida la iglesia", dijo el pontífice en un encuentro con la jerarquía católica en la Catedral de la Ciudad de México.

Poco después de hacer un llamado a los mexicanos a evitar actitudes que pueden conducirlos hacia el narcotráfico y la corrupción, el papa subrayó que los pastores no pueden asumir sólo "condenas enérgicas" frente a la gravedad del fenómeno.

Diversas zonas de México se han visto afectadas en los últimos años por la violencia del narcotráfico. Desde 2006 han sido asesinadas más de 100.000 personas y más de 26.000 han desaparecidos en diversos hechos.

El Papa Francisco rezó durante unos minutos en la Catedral Metropolitana después de saludar al alcalde de la ciudad, Miguel Angel Mancera, quien le entregó las llaves de la capital y una declaratoria de Huésped Honorífico.

Antes y después de esos minutos de recogimiento, Francisco saludó fraternalmente a la gente que se le acercaba y a las autoridades locales y religiosas que se congregaban en el lugar.