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La victoria de Bernie Sanders saca a relucir los problemas de Clinton con los jóvenes

El triunfo de Sanders confirma que podría conseguir la nominación demócrata. La salvación de Clinton siguen siendo las minorías

La victoria de Bernie Sanders en New Hampshire no fue una sorpresa, por fin el senador siempre estuvo adelante en las encuestas, sin embargo su triunfo confirma que su campaña es algo serio y con posibilidades de ganar la nominación demócrata aun por muy radical que parezca a muchos.

El triunfo de Sanders también, tiene una brutal consecuencia en la campaña de Hillary Clinton: se ha confirmado que el paseo de campo que se suponía seria su campaña no es tal. 

Que la supuesta coronación que se esperaba de la ex secretaria de estado como la candidata demócrata era ciertamente una ilusión. Que hoy, aun cuando quizá pueda todavía ganar la nominación, Clinton tendrá frente así una larga campaña en la que cualquier cosa pueda pasar.

En una frase, Sanders ha abierto una grieta en la armadura de la candidata Clinton. Queda por ver si esa grieta se queda en eso o se profundiza y se convierte en el principio del fin de la campaña de Clinton.

Más allá de los resultados -mas de veinte puntos de ventaja de Sanders sobre Clinton- hay varias cosas que llaman la atención de lo sucedido en New Hampshire. Muchas de ellas ya conocidas pero que hoy debido al “momentum” -ruido en la prensa, en la opinión pública, etc.- que ha traído el triunfo del senador adquieren una mayor dimensión. Cosas todas que no por ser viejas son menos graves para Clinton.

La principal tiene que ver con la dificultad de Clinton para conectarse con los jóvenes. En New Hampshire los llamados “milenios” -menores de 30 años- por una amplísima mayoría votaron por Sanders (el 85%). Este grupo es clave ya que además del voto mismo que emite genera mucho del entusiasmo y pasión que caracteriza a la campaña del senador.

En menor medida, pero igual de preocupante para Clinton, es el voto de las mujeres y de los independientes, ambos grupos que igualmente votaron mayoritariamente por el senador. 

Lo de las mujeres es algo que en el papel cuesta entender ya que se supone que sería uno de los grupos naturales de apoyo a Clinton. Mucha de la campaña de Clinton se basa precisamente en la idea de que poner en la Casa Blanca a una mujer es romper una de las últimas barreras a la igualdad entre los sexos. Sin duda que cierto el punto, pero de nuevo, por alguna razón este argumento no vende entre la mayoría de mujeres votantes demócratas. 

Y todavía más grave esto de las mujeres si se considera que Clinton siempre ha tenido uno de sus puntos débiles en el voto de los hombres. Las mujeres se supondría que serían las que le darían a Clinton la cobertura o el balance para compensar este deficit que siempre ha tenido con el voto de los hombres.

Lo de los independientes es igualmente problemático para Clinton. Cada vez hay más gente independiente en el país y prácticamente no se puede ganar una elección a nivel nacional si no se cuenta con el apoyo de ellos (gente que no está registrada ni como demócrata ni como republicana).

En todos estos grupos hay un par de ideas comunes que enlazan o amarran esta falta de atracción hacia Clinton. Es esa falta de pasión y entusiasmo -o aun peor también de esperanza- pero igualmente el hecho de que estos grupos no se conectan con Clinton. Ven su candidatura con respeto sí, pero como algo del pasado. O aun peor como parte del “establishment” demócrata.

No es que estos grupos de votantes -y quien sabe quienes otros más- no respeten a Clinton o no estén claros de su capacidad y experiencia. El problema es que no la ven como la opción para el futuro que les ofrece Sanders. Un futuro por cierto, el del senador, que muchos critican por ser “idealista”, “soñador”, “irreal”, imposible de cumplirse en la conservadora sociedad estadounidense, etc. 

Pareciera que estos grupos, los jóvenes en particular, han decidido que las cosas andan mal en el país y que más allá de lo casi imposible que parezca lo que promete el senador, están con él. Asumen para si esa famosa frase de Sanders de que lo que esta construyendo con quienes lo apoyan es una “revolución política”.

Clinton tiene dos problemas adicionales. Uno, su simpatía o al menos conexiones con el mundo financiero de Wall Street. No es que Clinton haya trabajado como banquera o algo, sino el hecho de ha recibido tanto contribuciones para su campaña de gente de Wall Street como cientos de miles de dólares en pago por dar discursos. De alguna manera ese Wall Street -algo imaginario en la mente de mucha gente pero por supuesto real en su poder- se ha convertido en uno de los villanos de esta elección. 

Y da la casualidad que Sanders precisamente, tiene como uno de los pilares de su candidatura el ataque frontal a Wall Street. Por algo real, casualidad o simple consecuencia lógica por lo hecho en el pasado, Clinton se subió al caballo equivocado en este tema. Justo o no, muchos de los demócratas la ven como cercana a Wall Street.

El otro problema de Clinton es que su plataforma, su campaña y en fin todo el sentido de una eventual presidencia Clinton gira alrededor de la idea de simplemente mejorar y proteger lo que se ha conseguido con Obama. 

Sanders en cambio va a la yugular: todo esta mal y hay que cambiarlo. Suena superficial esto pero es clave en una campaña presidencial. La gente quiere que le ofrezcan, o ella misma busca, esperanza. Proteger lo conseguido no vende también como dinamitar todo y crear algo nuevo.

Pero hay que poner un alto a este negativismo y descripción de problemas de Clinton. Todas estas consideraciones pueden caerse en pedazos si Clinton sigue blindada con lo que hasta ahora es su última esperanza: que los latinos y los afro americanos sigan con ella. Lo cual es algo que no puede descartarse, particularmente cuando se vaya a otros estados con grandes poblaciones de afro americanos y latinos. 

Los dos estados que vienes para el caso en la primaria demócrata los puede ganar Clinton independiente de todo lo que se ha dicho sobre que los jóvenes no la quieren, la falta de pasión de su campaña, etc. Puede ganar en Nevada con los latinos y en Carolina del Sur con los afro americanos.

En fin, se tiene ahora una campaña demócrata abierta en la que realmente cualquiera de los dos candidatos puede ser el ganador. Sanders tiene sus ventajas y Clinton serios problemas. La ventaja de Clinton sin embargo, es que el país y las votaciones que vienen son diferentes de la población de New Hampshire. Quien lo hubiese dicho, dos grupos de minorías que serán claves para el triunfo de lo que Sanders llama “la organización política mas poderosa en el país” (los Clinton).