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Sin sombra de Trump, Rubio y Cruz "brillan" en debate

Los únicos precandidatos latinos pugnan por convertirse en la alternativa conservadora enarbolando la bandera migratoria a 3 días del comienzo de las primarias

Con el “elefante en el cuarto” ausente -Donald Trump- pero con su sombra de alguna manera influyendo parte de la discusión, los aspirantes republicanos a la presidencia protagonizaron el último debate previo a la votación el proximo lunes en Iowa tocando temas como el de inmigración o los cambios de posición de uno u otro candidato.

Lo de Trump fue abordado de entrada al inicio del debate por la presentadora misma de la cadena Fox que ha estado en el centro de la controversia con el magnate de bienes y raíces. “De una vez, refirámonos al elefante que no está en el cuarto”, dijo Megan Kelly en una pregunta al senador por Texas, Ted Cruz.

Cruz en tono de broma dijo unos insultos a sus colegas en el podium y con eso dijo dar por terminado el momento de Trump en el debate. El mensaje era claro: que todo lo que hace Trump es lanzar insultos y que con ello hoy el debate pasaría a una etapa más seria en donde se discutirían temas de importancia.

En parte fue cierto lo de Cruz, a partir de ahí el debate entro en una discusión muchas veces seria y en la que ciertamente no hubieron insultos o la frase graciosa que habitualmente trae Trump a la mesa. Con todo, mucho del debate giró de manera indirecta en torno a cosas que ha dicho Trump, como lo de inmigración o el si prohibir la entrada de musulmanes al país.

La ausencia de Trump también, permitió que hubieran intercambios más directos entre los candidatos, en particular entre Cruz y el senador de la Florida Marco Rubio. Cruz es quien supuestamente se habría beneficiado más de la ausencia de Trump -el senador va segundo en Iowa- y como candidato “insurgente” o en contra de las elites del partido compite directamente con Rubio, quien es visto como uno de los candidatos preferidos por ese liderazgo o “establishment” republicano.

Fue en el tema de inmigración que Cruz y Rubio se sacaron chispas. Los presentadores mostraron escenas de video donde se ve a ambos senadores hablando de cierta manera sobre inmigración y luego cambiando de posición.

Rubio para el caso, cuando llegó a Washington como recién electo senador estuvo en contra de cualquier idea de reforma migratoria -‘amnistía’ le llamaba-. Más tarde, como le recordó la moderadora Kelly, ese mismo Rubio fue uno de los arquitectos de la ley de reforma migratoria que se aprobó en el senado (y que nunca pasó en la Cámara baja).

Y todavía peor para agravar las contradicciones o cambio de posición: más tarde de nuevo, ya cuando pensaba en lanzarse como candidato presidencial, Rubio volvió a modificar su postura, en este caso, estando en contra de esa misma ley de reforma migratoria que él ayudo a escribir.

La defensa de Rubio es que las condiciones han cambiado y que en algún momento se dio cuenta de que el pueblo estadounidense no aprobaría ninguna reforma migratoria en tanto no se asegure la frontera.

Rubio mezcla aquí el elemento de la amenaza del terrorismo -que alguien del Estado Islámico se cuele por la frontera con México- como motivo suficiente para no hacer nada en inmigración -reforma, legalización, ciudadania o lo que sea- hasta en tanto no “se asegure” la frontera.

Cruz por su parte también tiene cola que le pisen en inmigración ya que en algún momento estuvo de acuerdo con esa ley de reforma migratoria.

Hoy Cruz se da golpes de pecho asegurando que lo hizo como maniobra táctica introduciendo una enmienda que mataría la ley toda.

Mas allá de los detalles de si cambió de posición o no, lo cierto es que Cruz, al igual que casi todos los candidatos republicanos -Jeb Bush siendo la única excepción-, está en contra de cualquier cosa que suene a reforma migratoria. Bush es el único que al menos acepta un proceso de legalización -no ciudadania, sino únicamente legalización de los millones de indocumentados en el país.

En algún momento de esta discusión sobre inmigración Rubio atacó a Cruz señalando que el senador por Texas pretende mostrarse siempre como el único verdadero conservador y que todos los demás son impuros y nunca dicen la verdad.

“Usted ha estado dispuesto a decir o hacer lo que sea para ganar votos”, acusó Rubio a Cruz. “Esta es la mentira que la campaña de Ted se ha construido”, añadió, señalando que Cruz no tiene ninguna credibilidad. En una frase, acusando de mentiroso a su colega en el senado.

La verdad es que aun cuando un ataque de Rubio, pocos dudan de que Cruz es en efecto el representante del más solido conservadurismo que hoy existe en el partido republicano -al menos entre los candidatos con posibilidades reales de ganar la candidatura. No es que Rubio no sea conservador, es sólo que Cruz es más ortodoxo o duro en sus posiciones.

No fue casualidad que se diera este encontronazo entre Rubio y Cruz.

Rubio sabe que su única posibilidad de triunfo en la campaña es la de convertirse en el candidato del “establishment” en oposición a los “insurgentes” Trump y Cruz.

Y mucho del debate reflejó esta pelea.

Ausente Trump, fueron Cruz y Rubio los principales protagonistas. Por ahí cerca estuvieron Bush, el gobernador de New Jersey Chris Christie y el gobernador de Ohio John Kasich (los tres peleándole el puesto de candidato del ‘establisment’ a Rubio). Los otros dos participantes, el neurocirujano retirado Ben Carson y el senador Rand Paul tuvieron en general un bajo perfil.

Cruz por su lado, sabe que si puede neutralizar a Rubio conseguirá aun más apoyo entre los grupos de evangélicos y otros conservadores, gente que ya mucha está con él pero que todavía en números importantes también apoya Rubio.

De Bush lo que más destaco es algo que ha sucedido en otros debates: el ex gobernador tiene propuestas serias -bien en inmigración o en cómo combatir al Estados Islámico- pero que cuesta dejarlas claras en el formato de un debate donde hay que ir rápido al punto. Pero además, como lo ha señalado Trump, Bush luce sino falto de energía no con el entusiasmo, la fuerza o la presencia de un Rubio o un Cruz. Punto superficial este como el que más, pero que no puede ignorarse en un debate presidencial.

Como tampoco podía faltar en un debate republicano, muchas de las culpas por todo lo malo que sucede en el país o en el mundo se las echan al Presidente Obama. Acusan al mandatario de haber debilitado a Estados Unidos, de haber disminuido la fuerza militar, de no combatir con todo al terrorismo, de gobernar no respetando la Constitución, etc. Al escuchar a los candidatos cualquiera pensaría que Estados Unidos no tiene mayor presencia militar en el mundo y que sus Fuerzas Armadas pasan por una seria crisis existencial.

Un detalle novedoso del debate es que se incluyó en el mismo a varias figuras jóvenes que al parecer son famosas en YouTube -que tienen millones de seguidores-, entre ellas a una joven que nació en México y fue traída de niña a Estados Unidos. La joven preguntó por qué se está en contra de los immigrantes emprendedores.

Bush fue el que mejor respondió a la joven -Dulce Candy de nombre- quien ademas dijo haber servido en el ejército de Estados Unidos. “Debemos ser una nación de bienvenida (a los inmigrantes), señaló Bush. Eso de ser emprendedor es parte “del espíritu estadounidense”, añadió el ex gobernador.

“Uno puede lidiar con la amenaza del terrorismo y reconocer que este país tiene que apoyar las aspiraciones de todos”, dijo Bush. La referencia indirecta aquí es que Rubio cada vez que habla de inmigración le da vuelta al tema para convertir lo dicho en algo que tiene que ver con el terrorismo, el Estado Islámico y demás.

Rubio le tomó la palabra a Bush. “Por supuesto que somos una nación de inmigrantes, por cierto, no hay nación en la tierra que sea tan generosa como es Estados Unidos”, aseguró Rubio. “El único argumento es si somos una nación soberana. ¿Qué acaso no estamos permitidos a escoger quién entra al país, cuándo pueden venir y cómo? Y esto no está sucediendo hoy”. La audiencia aplaudió al senador.

El lunes es la votación en los “caucus” de Iowa. Ese día se sabrá si la ausencia en el debate del “elefante en el cuarto”, el controversial Donald Trump tuvo algún efecto en los votantes republicanos. Por hoy al menos, se habla más de Cruz, Rubio y compañía y menos de Trump.