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Actitud de Clinton hacia Sanders preocupa a demócratas

Hillary Clinton ha puesto en duda el que Bernie Sanders tenga alguna posibilidad de ser elegido presidente

WASHINGTON (AP) — Hillary Clinton ha puesto en duda el que Bernie Sanders tenga alguna posibilidad de ser elegido presidente. Ha criticado sus planes de cobertura médica, su política exterior y sus propuestas sobre Wall Street y ha dicho que cambia a cada rato de parecer en torno al control de armas, pero nada de eso parece tener fuerza, según algunos demócratas que se muestran preocupados por la perspectiva de una contienda primaria dura y desgastante, que podría causar grandes perjuicios al partido.

Si bien la mayoría sigue pensando que Clinton ganará la puja interna, hay quienes dicen que Clinton no está respondiendo bien al desafío que le plantea Sanders, lo que le permite al senador de Vermont trepar en las encuestas y da munición a los republicanos. Otros creen que se demoró mucho en darle batalla a Sanders y que todavía no lo golpea con suficiente fuerza, lo que debilita su delantera en estados donde no debería tener problemas.

"No lo tomaron en serio porque pensaron que hoy estaba y mañana no", expresó John Morgan, abogado de la Florida que donó dinero a la campaña de Clinton. "Pero no se fue y tiene mucho arrastre".

Si bien Sanders resta importancia a los cuestionamientos a Clinton por el uso de sus cuentas de correo electrónico y servidores privados siendo secretaria de Estado y a su manejo de los ataques de Bengasi en 2012, algunos demócratas opinan que Clinton debe responder mejor a las críticas de su rival a sus lazos con Wall Street, que se suman a las dudas que tratan de sembrar los republicanos sobre la personalidad de la ex primera dama.

"Cuanto mejor se desempeña, menos peso tienen esas historias en la mente de los votantes", comentó Mary Anne Marsh, estratega demócrata de Boston. "Ahora parece que se habla de nuevo de Bengasi. De los correos electrónicos. De varias cosas que parecían superadas".

Por más que la contienda esté muy reñida, sobre todo en Iowa, no cunde el pánico entre los partidarios de Clinton, pero algunos donantes se muestran inquietos, lo mismo que su esposo Bill Clinton y su hija Chelsea, según admitieron esta semana durante un encuentro en Nueva York, de acuerdo con gente allegada a la campaña, que habló a condición de no ser identificada porque no estaba autorizada a divulgar conversaciones privadas.

Donantes, estrategas y encuestadores demócratas, incluidos algunos partidarios de Clinton, admitieron su preocupación en dos decenas de entrevistas con la Associated Press.

A Clinton le cuesta mucho atraer a los activistas liberales, que han ganado peso a medida que el partido se volcó hacia la izquierda bajo los dos mandatos del presidente Barack Obama.

"El mensaje de Clinton siempre le ha llegado más a la audiencia general que a los activistas de base que votan en las primarias", manifestó el estratega Ben LaBolt, quien colaborase en la campaña de Obama.

Un estudio de los comentarios hechos por un panel de discusión durante el último debate dijo que el mensaje de Clinton no tiene mayor eco. Cuando criticó a su rival, el tiro le salió por la culata y dio pie a Sanders para que reforzara sus argumentos, según un memo describiendo el evento.

"El problema no es el senador Sanders. Es su mensaje", sostuvo Chris Kofinis, quien dirigió el estudio. "Cuando lo criticas a él, no tomas el toro por las astas".

Sanders lanzó un aviso optimista el jueves, con imágenes de concentraciones multitudinarias acompañadas por el tema de Simon and Garfunkel "America". Es un aviso sin mensajes hablados, que contrasta con otro de Clinton en New Hampshire sobre su experiencia y sus planes.

Sanders prometió no criticar abiertamente a Clinton, pero últimamente ha intensificado sus cuestionamientos indirectos.

"Sin mencionar a nadie por su nombre, Goldman Sachs paga muy generosamente las disertaciones de algunos candidatos que no nombraremos", expresó esta semana en Iowa, sin mencionar a Clinton.

Clinton había preferido no criticar a Sanders por temor a alienar a sus partidarios liberales, cuyo voto será importante, pero eso ha cambiado.

"Nadie le ha asestado un golpe a Bernie", expresó la senadora demócrata Claire McCaskill, partidaria de Clinton. "Nos gusta Bernie y él está teniendo una conversación (con el electorado) que creemos es importante, de modo que no es fácil hacerlo", añadió, aludiendo a la reticencia de Clinton a fajarse con Sanders.

Encuestas recientes indican que Clinton perdió la ventaja que tenía en Iowa y que Sanders está muy adelante en New Hampshire.

La gente de Clinton cree que todavía puede ganar en Iowa. Siempre pensaron que New Hampshire iba a ser un problema, dado que Sanders lleva muchos años representando en el Congreso a un estado vecino, pero pronostican victorias en South Carolina, Nevada y los estados del sudeste que votan el 1ro de marzo. Seguidamente vienen estados con numerosas comunidades minoritarias que tienden a favorecer a Clinton en las encuestas.

Clinton, por otro lado, tiene muchos más "superdelegados", como se denomina a dirigentes y funcionarios electos con derecho a voto en la convención partidaria en que se elegirá al candidato.

Pero Sanders parece estar ganando terreno en el sur y se perfila bien además en Maine, Colorado y Wyoming.

Sanders, por otro lado, parece decidido a dar batalla hasta el final.

"Nadie abandona la puja presidencial si no se queda sin dinero", afirmó el exsenador Evan Bayh, quien apoya a Clinton. "Y Bernie tiene mucho dinero".