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Causas y consecuencias de la caída de los precios del petróleo

Siguen a la baja los precios del petróleo y la gasolina, pero también caen los mercados de valores

Con un precio promedio a nivel nacional de $1.88 el galón de gasolina y el costo del barril de petróleo en una caída casi diaria, a menos de $28 dólares el barril el miércoles, alguien pensaría que esto es buena noticia para la economía del mundo o de Estados Unidos en particular. 

Y por supuesto, para el ciudadano común y corriente que se ahorra varios cientos de dólares al año con estos bajos precios del petróleo y la gasolina.

Cosas extrañas sin embargo suceden hoy en la economía mundial. A diferencia de otras épocas cuando mucho del mundo celebraba la caída en los precios del petróleo y la gasolina -menos los países petroleros por supuesto-, hoy hay temor, inquietud, alarma o como se le quiera llamar. 

Un solo dato que ilustra este nerviosismo que vive el mundo ante lo que sucede con el petróleo: los mercados de valores en Estados Unidos (acciones de empresas, indices como el Dow Jones o el Standard and Poor, etc., en fin todo lo que forma el llamado ‘Wall Street’)  han sufrido una baja de casi el 10% en lo que va del año. 

Una corrección en precios que afecta no sólo a las empresas, a los inversionistas, a los bancos, etc. sino también las cuentas de retiro de la gente común que no necesariamente participa de manera directa en el mundo de Wall Street. 

Una caída en los precios y valores de Wall Street, aunque al inicio es vista por muchos como algo lejano, incomprensible o que sólo afecta a los que se mueven en ese mundo de las finanzas, tarde o temprano se refleja en la economía en general -trabajos y demás.

Son varias las razones por las cuales ha bajado el precio del petróleo. Para comenzar, hay demasiado petróleo en el mercado, hoy aun más con la posibilidad de que Irán, gracias al levantamiento de las sanciones por parte de la comunidad internacional, pueda poner en el mercado unos 500 mil barriles de petróleo adicionales. Al haber más petróleo -o más oferta- lo lógico es que baje el precio.

Otra razón es que el gran gigante de la economía mundial que es China ha disminuido su crecimiento económico y consume en consecuencia menos petróleo. Hoy el mundo y la economía internacional están tan ligados a China que lo que sucede en el país asiático rápidamente -sino que es el mismo día o aun instantes después- se refleja en otros países y mercados de valores. 

Un detalle paradójico de este hecho de que haya demasiado petróleo en el mercado internacional tiene que ver conque Estados Unidos se ha convertido en los últimos años en uno de los principales productores de petróleo. 

Ya lo era antes, lo que sucede es que en los últimos siete u ocho años se ha incrementado la producción del llamado “shale” en inglés o también conocido como el “fracking”, una nueva técnica para extraer petróleo del subsuelo rocoso. Sitios como Texas, Oklahoma o Dakota del Norte tienen miles de pequeñas instalaciones donde se saca este petróleo habiendo contribuido a que hoy Estados Unidos produzca más de 9 millones de barriles diarios del líquido (el doble de lo que se obtenía antes de 2008).

En estos lugares precisamente es donde se verá de manera más directa las consecuencias de la baja en los precios del petróleo. No hay todavía gritos de crisis pero las cuentas simplemente no cuadran: para que una exploración de “fracking” sea rentable el barril de petróleo que de ahí se extrae tiene que venderse a un precio promedio de alrededor de $50 dólares el barril. Los $28 dólares y tanto que hoy cuesta el barril de petróleo simplemente no son suficientes aun para las más eficientes operaciones de “fracking”.

Todavía no hay pueblos fantasmas y miles de gente desempleada en Texas y los otros estados, que antes trabajaba bien directamente en el “fracking” o en los servicios que lo apoyan -trailers, restaurantes, casas temporales, etc.-, pero ciertamente la nube negra del desempleo y la crisis económica rondan esos sitios.  

Lugares que recién hasta hace año y medio (cuando comenzó la baja en los precios del petróleo) eran puestos como ejemplo de la ingenuidad estadounidense que literalmente de la nada había creado pueblos y mini ciudades. Se habla de que hay 2.6 millones de empleos directos y cerca de 10 millones en total incluyendo los indirectos, vinculados a la extracción de petróleo “shale”.

Y como todo está hoy conectado en la economía, sucede que muchos bancos están siendo afectados por lo que les pasa a estas compañías de “fracking”. Bancos que han prestado enormes cantidades de dinero para la exploración de petróleo y que de pronto ven que su cartera de prestamos es insolvente. Los bancos por supuesto y muchas de esas compañías petroleras son parte de la bolsa de valores y de ahi el efecto que tiene en la caída en general de los mercados financieros. 

Y de nuevo, la mención a las cuentas de 401(k) donde mucha gente tiene guardados sus dineros para el retiro: buen porcentaje de esos fondos están invertidos en bancos y compañías petroleras. Cuando cae el precio de la acción de estos bancos y petroleras baja también el valor de los fondos de retiro del fulano o fulana que quizá nunca ha sabido nada o se ha interesado por lo que pasa en Wall Street o en los mercados del petróleo. 

La situación es todavía más complicada en países en donde el ingreso petrolero es fundamental en sus economías. Venezuela es el mejor ejemplo en Latinoamérica -aunque Brasil y México no se quedan atrás. 

Más del 90% de los ingresos en divisas del gobierno venezolano proviene de la venta del petróleo. Sin entrar al detalle de la situación de la economía venezolana -en gran parte por la mala gestión del gobierno- baste decir que en cualquier lado habría crisis si hace año y medio uno recibía $100 dólares y más por cada barril de petróleo vendido y hoy únicamente $28 dólares. 

Aun los grandes y tradicionales países petroleros del Medio Oriente, que uno identifica con riqueza y excesos debido precisamente a los “petrodólares” que reciben por el llamado “oro negro”, están hoy en problemas. Arabia Saudita ha debido moderar sus gastos gubernamentales, y por una serie de razones -entre ellas políticas-, pero en gran parte por la caída en los precios del petróleo, la monarquía que ha regido al país árabe desde su fundación al principios del siglo XX vive hoy una crisis existencial como nunca la había vivido. 

La gran pregunta en todo esto es si la baja en los precios del petróleo y la gasolina llevará a otra recesión en la economía mundial o en la estadounidense en particular. Es temprano para saberlo, pero lo que sí es cierto es que el de la energía -petróleo, gas natural, etc.- es un sector de la economía que fue de los más dinámicos durante los años de la recuperación económica después de la gran recesión de 2008-9. 

Por hoy hay que seguir disfrutando de ese galón de gasolina barato que se compra en la gasolinera -tan barato como $1.59 en estados como Oklahoma o no tan baratos como $2.57 en California pero aun así bajo- pero estando claro que esa satisfacción de pagar poco y de dar ganas de comprarse una enorme pick-up, tarde o temprano traerá otros costos o consecuencias. Que en ésta economía global nada es aislado -o gratis como diría el vecino.