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Líderes religiosos ofrecen iglesias como refugio para indocumentados

Harrington es parte de un grupo de más de 50 congregaciones religiosas que conforman el "movimiento santuario".

Líderes de decenas de congregaciones religiosas de todo el país ofrecieron sus iglesias como refugios y "santuarios" para inmigrantes indocumentados que se hallan en riesgo de deportación.

"Sabemos que cada familia es sagrada y que las personas y familias que han escapado de la violencia no solamente necesitan nuestras plegarias, sino nuestro santuario", señaló en un comunicado Alison Harrington, de la Iglesia Presbiteriana del Sur de Tucson, Arizona.

Harrington es parte de un grupo de más de 50 congregaciones religiosas que conforman el "movimiento santuario", que da refugio a indocumentados centroamericanos, y que ayer viernes criticaron en un comunicado el presunto plan de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) de realizar redadas masivas de familias inmigrantes a partir de enero.

"Nuestros políticos no pueden decir que 'Dios bendiga a EE.UU' y al mismo tiempo deportar, excluir, deshumanizar y criminalizar a todos aquellos que han llegado buscando refugio, como es el caso de los hijos de Dios de Centroamérica", dijo en el mismo comunicado Adan Mairena, del Ministerio de Kensington en Philadelphia, Pennsylvania. La Iglesia Presbiteriana del Sur de Tucson ha sido el refugio de varios inmigrantes indocumentados en riesgo de deportación.

El caso más reciente fue el de Rosa Robles, una inmigrante indocumentada mexicana que pasó más de un año en santuario y que el pasado mes logró un acuerdo con ICE para quedarse en el país.

De acuerdo a información publicada el pasado jueves por el diario Washington Post, la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) planea una serie de redadas dirigidas a miles de familias que ingresaron ilegalmente en el país desde principios del año pasado, las cuales serán deportadas posteriormente.

The Wall Street Journal también informó de dichas actuaciones, y sus fuentes le aseguraron que se trata de una decisión vinculada a disuadir a los inmigrantes centroamericanos a huir de sus países para llegar a EE.UU., incluidos los menores no acompañados.