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¿Sobrevivirá la campaña de Trump el ataque a musulmanes?

En una frase, habría que ver si lo dicho por Trump es el comienzo del fin de su candidatura


 


 
Más allá del escándalo y repudio que ha generado el llamado de Donald Trump para que se impida la entrada al país de los musulmanes, la gran pregunta es si lo dicho por el magnate tendrá efectos en la base del partido republicano que hasta ahora lo ha apoyado. En una frase, habría que ver si lo dicho por Trump el lunes es el comienzo del fin de su candidatura. 
 
Trump ya tenía altos porcentajes negativos en gran parte de la población. Entre los latinos, en particular, sus números han sido negativos en los últimos meses. En la más reciente encuesta de MSNBC/Telemundo/Casa Marista, casi 7 de cada 10 latinos decían tener una opinión negativa de Trump. Entre la población en general el 55% de los estadounidenses tienen una opinión negativa de él.
 
Otra cosa son las bases republicanas, para quienes Trump es visto de manera positiva por una mayoría -el 57%-. Sólo un 23% de estas bases republicanas veía de manera negativa a Trump (la encuesta fue hecha antes de lo dicho por Trump contra los musulmanes). Pero no es laprimera vez que Trump dice algo controversial.
 
Los latinos, por supuesto, están familiarizados con sus dichos anti inmigrantes en general y anti mexicanos en particular (que hay que deportar a los indocumentados, que hay que levantar un muro en la frontera y que los mexicanos son violadores y traen crimen al país). Lo que explica, por supuesto, los altos índices negativos de Trump en las encuestas.
 
El detalle, sin embargo, es que este rechazo a lo dicho por Trump ni le afectaba en las encuestas y tampoco en cierta manera era compartido por muchos líderes republicanos -al menos en público-. Había hasta ahora cierto temor entre los republicanos de criticar abiertamente a Trump. Hoy parece que las cosas son diferentes. Las críticas contra Trump provienen de todos lados, inclusive del exterior (de líderes políticos Londres y París por mencionar algunos).
 
Las razones por las cuales la propuesta de impedir la entrada de los musulmanes al país ha generado tal rechazo son varias. Valga decir únicamente que tal idea va contra lo que son las tradiciones y el espíritu con que se fundó Estados Unidos.
 
Aun republicanos del sector "duro" del partido como el ex vice presidente Dick Cheney, han criticado lo dicho por Trump contra los musulmanes. Lo mismo hicieron varios de los precandidatos presidenciales como Jeb Bush, Chris Christie y John Kasich, o el Presidente del Congreso, el también republicano Paul Ryan, quien dijo que lo de Trump no tiene nada que ver con ser conservador. Igualmente los jefes del partido en estados como Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur.
 
Hay un detalle, sin embargo, que no puede ignorarse en esto de las criticas contra Trump. Todos estos críticos son parte del liderazgo del partido republicano. Es decir, gente que precisamente es rechazada por Trump y sus seguidores. No por casualidad uno que no criticó a Trump fue el senador por Texas, Ted Cruz, quien aunque en competencia con Trump por la candidatura, igualmente basa en parte su campaña en los ataques al liderazgo del partido.
 
De ahí que haya que volver a lo dicho antes: más allá de las criticas contra Trump, lo importante es saber qué efecto tendrá lo dicho por el magnate en las bases republicanas.
 
Será que el temor -o los prejuicios raciales, dirían algunos- de mucha gente es tal que los hace olvidarse ahora de las ideas, tradiciones, leyes, etc. conque crecieron y fueron educados en la sociedad estadounidense y están dispuestos a dar apoyo a alguien que propone cosas que son condenadas por la mayoría de la sociedad. 
 
Por las primeras reacciones entre esta gente que apoya a Trump, pareciera que el magnate no saldrá afectado con lo dicho. El lunes en la noche, en un mitin en Carolina del Sur, varios de los asistentes señalaron que no les complica lo dicho por Trump ya que su principal preocupación era la amenaza terrorista y lo que a su juicio ha sido una débil respuesta del Presidente Obama.
 
“Estoy totalmente de acuerdo con él”, señaló Fred Doucette, legislador local de Carolina del Sur, quien es copresidente de la campaña de Trump en el estado. 
 
“Estoy de acuerdo en que necesitamos asegurar nuestras fronteras. Estamos en guerra”, añadió Doucette, citado por el New York Times.
 
Un día después de su dicho, Trump seguía tan desafiante como siempre. “No me importa”, señaló el millonario hombre de negocios en una intervención televisiva ante las criticas de la prensa y políticos demócratas y republicanos. 
 
Trump trató de “aclarar” su propuesta, explicando que no incluiría a ciudadanos estadounidenses que son musulmanes. Pero que con todo, la propuesta tenía precedentes con lo que hizo el Presidente Franklin D. Roosevelt durante la Segunda Guerra Mundial al autorizar la detención de alemanes, italianos y japoneses que se encontraban en Estados Unidos y que no eran ciudadanos (países con los que Estados Unidos estaba en guerra).
 
Cuando un día se escriba la historia de la elección presidencial de 2016, lo sucedido en estos días con lo dicho por Trump será un momento clave. O bien al magnate se le pasó la mano y no supo leer el termómetro emocional del país y su candidatura comenzó a desmoronarse o siguió contando con el apoyo de sus seguidores y continuó al frente de la contienda republicana rompiendo todos los moldes y prácticas políticas que se conocían. 
 
De ser así, Trump volaría en pedazos uno de los pilares centrales de la sociedad estadounidense: de que a nadie se le penaliza o se le hace nada por sus tradiciones religiosas.