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Más del mitad del público estadounidense tiene una buena imagen del papa Francisco

Muchos esperan que en su visita hable también de temas sociales y económicos
El papa Francisco saluda a los fieles a su llegada a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
El papa Francisco saluda a los fieles a su llegada a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.AP/Alessandra Tarantino / AP

El Papa Francisco es popular en Estados Unidos. En la última encuesta de NBC/Telemundo/Marist más de la mitad de los entrevistados señalaron que tienen una imagen positiva del Pontífice y esperan que en su visita también hable de temas sociales y económicos.
 
Casi seis de cada 10 latinos católicos activos igualmente, señalan que el papado de Francisco los ha hecho “sentirse más cerca a su fe”.
 
La popularidad del Santo Padre es un sentimiento compartido tanto por el público en general como por los latinos en particular. Entre todo el público, el jefe de la Iglesia Católica obtiene índices de popularidad del 51% y con los latinos del 48%.
 
Llama la atención que en ambos grupos quienes lo ven negativamente apenas llegan al 9 y 7% respectivamente.
 
Francisco estará la próxima semana cinco días en Estados Unidos, con visitas a la capital del país, Nueva York y Philadelphia. Debido a que es un Papa que con frecuencia aborda temas sociales y económicos más allá de la cuestión puramente religiosa, la gira ha generado gran expectativa. El obispo de Roma hablará en foros tan diversos como el Congreso en Washington y las Naciones Unidas, pero también ante grupos de inmigrantes, desamparados y simples familias católicas.
 
No sorprende entonces que el 48% del público en general y el 49% de latinos esperen que el Pontífice hable también sobre “política económica y social”.
 
Uno de los temas que serán objeto de la visita del Papa y, de seguro abordado en varios de sus discursos, es el de inmigración. El Santo Padre ha defendido la dignidad de los inmigrantes –en particular los que llegan a Europa procedentes de África y el Medio Oriente- y hoy se espera que el mensaje sea más directo sobre los inmigrantes en Estados Unidos.
 
El momento de la visita papal no podía ser más oportuno debido precisamente a que el tema de inmigración está de nuevo en la arena pública. En la campaña presidencial ha sido mencionado una y otra vez por los candidatos republicanos.
 
Se asume que Francisco pondrá su autoridad moral para bajarle la calentura a una discusión nacional en la cual han surgido de nuevo tendencias antiinmigrantes que llaman por la deportación de los indocumentados. A estos se les culpa del crimen y otros males de la sociedad estadounidense.
 
Unicamente un 36% del público en general y un 38% de los latinos piensan que el Papa debería limitarse en sus intervenciones públicas a los asuntos estrictamente religiosos o de fe.
 
Sin embargo, entre los católicos practicantes estos porcentajes cambian. Esto indicaría que una cosa es lo que el público en general espera del Papa y otra los católicos en particular. Estos católicos practicantes están divididos: un 47% quiere el jefe de la Iglesia Católica hable de otros temas más allá de la religión y un 45% quiere que se abstenga de hacerlo.
 
En cualquier caso, no sería de extrañar que Francisco hable de estos temas sociales en sus encuentros con los inmigrantes o en las homilías en las misas masivas que dará, lo cual hace con frecuencia.
 
Lo que es diferente en la visita es que por ejemplo se dirigirá a un Congreso estadounidense que le tiende la alfombra roja como invitado de honor pero que al mismo tiempo está dominado por legisladores que se han opuesto fieramente a la reforma migratoria.
 
¿Será acaso un discurso diplomático para no ofender a quienes lo invitaron –entre ellos el propio Presidente del Congreso, el católico practicante John Boehner, republicano de Ohio- o será acaso un llamado abierto en favor de los inmigrantes, en particular de los indocumentados?
 
El Sumo Pontífice genera controversia no sólo en estos temas sociales y económicos, sino incluso en los mismos asuntos religiosos. En muchos lugares del mundo católico, incluido el catolicismo estadounidense, se cuestiona que Francisco tome posturas liberales –al menos en su lenguaje- en asuntos como el tratamiento que la Iglesia debe dar a los homosexuales o a la gente que se vuelve a casar.
 
Se asume –aunque no hay datos todavía que lo prueben- que muchos católicos latinos, aun cuando complacidos de que el Papa hable de inmigración y temas similares de justicia social, comparten su visión socialmente conservadora y crítica en los asuntos doctrinarios de la Iglesia.
 
Más allá de lo que termine diciendo o no, lo cierto es que su visita a Estados Unidos se da en un contexto especial. Un Papa que es muy popular no sólo entre los católicos sino en la sociedad en general y que ha fortalecido la fe de los que practican el catolicismo. Pero también un Papa del cual se espera que utilice al máximo el púlpito o megáfono que le da su investidura como máximo jerarca de la Iglesia Católica universal. El “representante de Dios en la tierra’, como también se le describe.