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Con el juicio a Bob Menéndez los latinos pierden influencia en el Senado

El legislador fue un campeón de la reforma migratoria

El enjuiciamiento del Senador Bob Menéndez acusado de corrupción y otros cargos pudiera significar no solo que político de origen cubano termine en la cárcel, sino también de manera más inmediata, la perdida de influencia de uno de los legisladores latinos más importantes en el Congreso.

Entre otras cosas, Menéndez ha sido un campeón de la reforma migratoria. Y en general desde su puesto como uno de los senadores demócratas con más experiencia y antigüedad, ha apoyado todas las causas que tienen que ver con los latinos.

No por casualidad, varios líderes latinos han salido en defensa de Menéndez. O al menos, no lo han condenado o criticado, sino que han preciado su aporte a la causa de los latinos, recordando que hasta tanto no termine el juicio, el senador sigue siendo inocente.

“Bob Menéndez nunca me ha dada razón alguna para cuestionar su integridad, su dedicación a un servicio público honesto o su entrega al pueblo Americano”, señaló para el caso el congresista demócrata de Chicago, Luis Gutiérrez, él mismo otro gran luchador por la reforma migratoria.

“Como un líder en la Cámara baja y en el Senado”, sigue Gutiérrez en referencia a que Menéndez también fue en su momento congresista, “él ha sido un aliado clave en todas las batallas por una reforma migratoria sensible y una piedra de toque en todos los asuntos que tienen que ver con los latinos en este país”.

Janet Murguía, presidenta del Concejo Nacional de La Raza, una de las organizaciones más  conocidas y de más peso a nivel nacional en la pelea por las causas de los latinos, señaló que aunque “estaba triste” al conocer del enjuiciamiento de Menéndez, recordaba a todo el mundo que “bajo el sistema de justicia de Estados Unidos, estos acusados son presumidos inocentes hasta que se pruebe lo contrario.

“Y como americanos de origen hispano tenemos todas las razones para darle al senador el beneficio de la duda”, sigue Murguía, recordando luego la efectividad del legislador en el Senado.

Menéndez es parte del grupo de tres senadores latinos que hay en el Senado. Los otros dos son Marco Rubio y Ted Cruz, los cuales debido entre razones a que son mucho más nuevos en la Cámara alta no han tenido la influencia de Menéndez (en el Congreso mucho de la efectividad de un legislador tiene que ver con sus años en Washington ya que los puestos en Comités y demás se dan en base a la antigüedad).

Rubio y Cruz además, debido a la campaña presidencial (Cruz ya se lanzó y Rubio supuestamente lo hará en las próximas semanas) también en cierta medida han disminuido o disminuirán su presencia en el Senado, lo cual también minará el poder o la influencia de los senadores latinos en la Cámara alta.

Menéndez ha sido un senador un tanto diferente a lo que es legislador latino promedio, en el sentido de que aun cuando es cierto que apoya la reforma migratoria no se ha encasillado en el tema migratorio. El senador es un experto en asuntos internacionales y desde su posición en el influyente Comité de Relaciones Exteriores ha estado presentes en los debates bien sobre Cuba, sobre Irán o sobre Venezuela. Menéndez de alguna manera rompe el estereotipo no sólo del legislador, sino también en general de las figuras públicas latinas a las cuales la sociedad estadounidense encasilla en el tema migratorio.

Una de las primeras consecuencias del enjuiciamiento anunciado el miércoles, es que Menéndez ha renunciado a su puesto como líder de la minoría demócrata en ese Comité de Relaciones Exteriores. Si alguien hablaba de pérdida de influencia del poder latinos, esta es la primera prueba de que las cosas van en serio.

Menéndez ha dicho no sólo que es inocente de lo que se le acusa, sino que además, que dará la batalla legal en el juicio en una corte federal de New Jersey y que no renunciará al cargo de senador. El camino sin embargo, será cuesta arriba.

Aun cuando es cierto que puede seguir en el puesto el tiempo que quiera mientras se desarrolla el juicio -asumiendo que no hay presión pública para que renuncie-, Menéndez deberá dedicar muchas energía y tiempo a la acusación.

La defensa legal costará mucho dinero y el senador se sabe que no es un hombre rico. En algún momento habrá una brutal tensión entre ocuparse del juicio y seguir atendiendo los asuntos de sus votantes de New Jersey (y los de gente en la Florida, ya que Menéndez por sus raíces cubanas es conocido también por interesarse en los problemas de muchos floridianos, tan así que fue por ello que se metió en los líos en que hoy está ya que de quien supuestamente aceptó sobornos es un residente en la Florida).

Cosas extrañas estas de la vida de un político estadounidense. Menéndez no ha robado nada -al menos no se le acusa de ello-, sino que aparentemente lo malo que hizo fue utilizar el poder de su puesto como senador para ayudar a un amigo en problemas con la burocracia gubernamental.

Nada extraordinario en lo que debería ser la rutina diaria de un legislador que se preocupa porque el gobierno funcione bien -el argumento de Menéndez sobre porque intervino en favor de su amigo el doctor Salomón Melgen-. Con el detalle sin embargo, que ese amigo es un millonario. Habría que preguntarse si lo mismo hubiese hecho Menéndez por un fulano de a pie que llegara a su oficina a pedir ayuda.

Más allá de como termine el juicio contra Menéndez, lo suyo tiene cierto elemento de tragedia, o de cerrar el círculo de su vida como hombre público, diría alguien. Un político latino de origen humilde -su papá era carpintero y su mamá costurera- que precisamente ganó sus primeros puestos importantes en la política luchando contra la corrupción -lo hizo contra su mentor, el alcalde de Union City en New Jersey- y que luego llegaría a ocupar un lugar de liderazgo en el Senado como nunca antes ningún latino lo había conseguido, hoy es posible que esté terminado como político. Y como en los inicios de su carrera, por un tema de corrupción.