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El Papa Francisco es más popular en USA que muchos líderes políticos

Por encima de Obama, Hillary Clinton o Jeb Bush: sondeo NBC/WSJ

El Papa Francisco goza de más popularidad en Estados Unidos que varias figuras del mundo de la política como el Presidente Obama, la ex secretaria de estado Hillary Clinton o el ex gobernador de la Florida Jeb Bush, según una encuesta de la cadena NBC y el diario Wall Street Journal.

A dos años de haber sido elegido jefe de la Iglesia Católica universal, el Papa de origen argentino de 78 años ha conseguido que la mayoría de estadounidenses -55 por ciento- tengan una imagen positiva de él, incluyendo el 74% de católicos. Obama por comparación sólo es bien visto por el 44%, Clinton también por el 44% y Bush por el 23%.

La única figura que obtiene mejores números positivos en comparación con el Papa Francisco es el ex presidente Bill Clinton -56%- quien sin embargo, tiene al mismo tiempo altos índices de rechazo -26%-. El Papa es visto de manera negativa únicamente por el 6% de los encuestados.

En cierto sentido no sorprende la popularidad del Pontífice en Estados Unidos ya que en general el Papa, debido a los nuevos aires que ha traído a la iglesia, es bien visto en muchos lugares del mundo. Llama la atención sin embargo, que obtenga estos números en una sociedad estadounidense que en su momento, hace una década o algo, criticó severamente a la Iglesia Católica por los escándalos de abuso sexual cometidos por muchos de sus sacerdotes.

Una cosa es para el Papa Francisco ser popular por decir algo, en Latinoamérica -continente de mayoría católica y donde el escándalo de los abusos sexuales nunca alcanzó la dimensión o el repudio de su vecino del norte-, y otra es que lo sea en la Unión Americana donde los católicos no son mayoría y donde el escándalo ha estado en la atención pública por años.

El Papa se ha ganado la popularidad en parte por su manera de ser, un tipo abierto y sencillo que ha rechazado varios de los lujos y privilegios que tienen los Papas en el Vaticano.

Igualmente, por sus pronunciamientos sobre temas controversiales como el aborto, el control de la natalidad y el matrimonio entre personas del mismo sexo, asuntos que por mucho tiempo habían puesto a la iglesia en conflicto con muchos sectores de la sociedad.

Y no es que el Papa haya cambiado la doctrina o el dogma de la iglesia en estos temas, es simplemente que el pontífice, con esa humildad y sinceridad que denota en sus intervenciones, se ha mostrado abierto a la discusión o ha dejado los absolutismos -‘aceptan lo que dicta la iglesia o están equivocados y se van’- que han caracterizado a otros papas.

No menos importante en su acciones para que sea bien visto por el público, es lo hecho por el Papa en términos de reformar la iglesia, en particular la burocracia eclesial que rige los asuntos del Vaticano. El Papa también ha metido su cuchara en temas como el cambio climático -ha pedido acción al respecto-, la desigualdad económica y la influencia del dinero en las campañas políticas.

Al parecer nada de todo esto le ha afectado. El Papa Francisco es popular con católicos conservadores y liberales, con demócratas y republicanos. Y no obstante que en otro nivel no ha cumplido las expectativas de muchos.

Para los católicos conservadores para el caso, el Papa ha ido demasiado lejos en sus pronunciamientos en temas como los matrimonios “gay” -‘quien soy yo para juzgarlos’, ha dicho Francisco-.

Para los católicos liberales por otro lado, el Papa sigue pendiente de acción en temas como el papel de las mujeres en la Iglesia. La mayoría sin embargo, le da a Francisco el beneficio de la duda y lo ve con buenos ojos.

En Estados Unidos el Papa sólo está debajo de los índices de popularidad que en su mejor momento tuvo el fallecido Papa Juan Pablo II -65%-, quien ocupó un lugar especial en el imaginario colectivo estadounidense debido a sus varias visitas al país y por su rol en la caída de los regímenes comunistas de Europa Oriental.

El Papa Francisco recién visitará Estados Unidos el próximo otoño, con paradas en Philadelphia, New York y Washington. Será buen momento para volver a medir su popularidad en relación a los políticos estadounidenses que en esos meses estarán metidos a fondo en la pre campaña presidencial.