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Netanyahu se juega su futuro en las elecciones israelíes

Netanyahu se juega su futuro en las elecciones israelíes

JERUSALÉN (AP) — La supervivencia política del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, estaba en juego el martes en unas ajustadas elecciones parlamentarias que enfrentaban su ideología nacionalista y de anteponer la seguridad con la visión de sus rivales de centrarse en las dificultades de la agobiada clase media del país.

Los sondeos de opinión reflejaban una apretada carrera antes de los comicios liderada por la Unión Sionista, una coalición de centro liderada por Isaac Herzog, que parecía estar ganando impulso.

En un impactante intento de última hora por ganarse a su base conservadoras, Netanyahu prometió en los últimos días impedir la formación de un estado palestino y acusó a sus rivales de poner el país en peligro al buscar la paz con sus vecinos árabes.

"Sólo hay una cosa que hacer para impedir que los partidos de izquierda gobiernen: cerrar la brecha entre el Likud y el laborismo y botar por el Likud", afirmó Netanyahu tras votar en Jerusalén.

Herzog ha prometido que si es elegido, reavivará las conversaciones de paz con los palestinos, reparará las relaciones con Washington y reducirá la creciente brecha entre ricos y pobres.

"El que quiera seguir el camino de desesperanza y decepción de Bibi (Netanyahu), votará por él", dijo el líder opositor tras votar. "Pero el que quiera cambio, esperanza y en verdad un futuro mejor para Israel, votará por el bando Sionista que lidero".

El día de elecciones es feriado en Israel. La mayoría de la gente no va a trabajar, las playas y restaurantes están llenos y las tiendas anuncian rebajas con motivo de la votación.

La participación por el momento era más alta que en otras elecciones recientes, y en torno al 14% de los votantes habían pasado por las urnas a las 10 de la mañana. Facebook ha introducido una imagen con las palabras "Yo voté" en hebreo que pueden incluir los usuarios en su perfil, algo que la red social ofreció para las elecciones en otros países como parte de un esfuerzo por aumentar la participación.

Los votantes eligen el martes a los 120 miembros de la cámara depositando papeletas de listas de partidos, en lugar de elegir a candidatos individuales.

Ningún partido ha logrado nunca una mayoría, de modo que por lo general, formar un gobierno de coalición en Israel requiere semanas de negociaciones.

Varios partidos centristas y religiosos de menor tamaño que no han anunciado su apoyo a ninguno de los dos candidatos jugarán un importante papel en esas negociaciones.

Netanyahu ha gobernado los últimos seis años y lleva tiempo siendo la persona más dominante en la política nacional.

En los últimos compases de la campaña, el dirigente se ha inclinado más hacia la derecha para ganarse a sus bases. Se ha lamentado por una supuesta conspiración internacional para derrocarle financiada por adinerados extranjeros, y advertido en contra de un "gobierno de izquierdas respaldado por los árabes", refiriéndose a una formación de políticos en su mayoría árabes israelíes que, según las encuestas, podría convertirse en el tercer partido más grande del país.

La campaña ha amplificado las grandes diferencias entre los moderados y los ciudadanos de línea dura en Israel.

Decenas de miles de israelíes se manifestaron este mes en una plaza del centro de Tel Aviv, donde un ex responsable de la agencia de espionaje, el Mossad, pidió la marcha de Netanyahu. Y el domingo, decenas de miles de israelíes de derechas llenaron el mismo barrio para escuchar a Netanyahu y otros políticos nacionalistas.

El primer ministro ha aparecido cada vez más agitado, y tras años evitando a los medios israelíes concedió una serie de entrevistas a grandes televisoras y pequeñas emisoras de radio local.

En una entrevista televisada con Channel 10 descartó una coalición con Herzog y dijo que buscaría una alianza con el ultra nacionalista Casa Judía, que también se opone a la formación de un estado palestino.

Netanyahu describió a su rival como alguien que cedería territorio con facilidad para un estado palestino. Los palestinos quieren formar un estado en Cisjordania, la Franja de Gaza y el este de Jerusalén, tierra capturada por Israel en la guerra de 1967.

"Tenemos una estrategia diferente", dijo Netanyahu. "Ellos (la Unión Sionista) quieren retirarse. Yo no quiero retirarme. Si formo un gobierno, será un gobierno nacionalista".

Las declaraciones de Netanyahu son una apuesta política.

Durante años, el primer ministro aseguró a la comunidad internacional que acepta la idea de un estado palestino y está dispuesto a negociar los términos.

Netanyahu ha mostrado al presidente palestino, Mahmud Abás, como el principal obstáculo para alcanzar un acuerdo de paz.

Si es reelegido, sería más difícil para alegar que Israel es un socio de los esfuerzos de paz liderados por Estados Unidos. Washington considera la formación de un estado palestino como un pilar de su política en la zona, una posición compartida por otros importantes aliados occidentales.

"El mundo debe escuchar cuidadosamente sus declaraciones y dejar de pedir conversaciones con Netanyahu sobre la solución de dos estados si resulta elegido", dijo Salé Rafat, asesor de Abás.

Herzog, por su parte, dio señales de estar dando marcha atrás en lo que se ha percibido como un impopular acuerdo para compartir el poder con el colíder de la Unión Sionista, el ex ministro de Exteriores Tzipi Livni.Según ese acuerdo, Herzog y Livni habrían cumplido cada uno dos años como primer ministro si ganan las elecciones.

Mientras tanto, un soldado israelí fue detenido el martes por la policía, acusado de incitar a la violencia. El soldado escribió en Facebook que si un izquierdista llegaba al poder, seguiría los pasos del extremista israelí Yigal Amir, que en 1995 asesinó al moderado primer ministro Yitzhak Rabin.