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Los fracasos que llevaron a una vacuna contra el ébola

La disminución de casos dificulta decir si la vacuna funciona, pero se probará en varios lugares y de diferentes formas

WASHINGTON (AP) — Demoró 16 años. Una y otra vez la doctora Nancy Sullivan pensó que estaba cerca de lograr una vacuna contra el ébola, pero los experimentos fracasaban.

"Ha sido un caso de reanimación múltiple", es como lo describe la investigadora de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).

Sin embargo, fueron esos fracasos los que la finalmente la llevaron a una vacuna que promete lo suficiente para probarla en partes de África Occidental devastadas por el ébola. La semana pasada, voluntarios en la capital liberiana comenzaron a prepararse para las primeras pruebas a gran escala de dos vacunas potenciales contra el ébola, la desarrollada por Sullivan en el NIH y otra similar creada por el gobierno de Canadá.

Sullivan espera que la vacuna sea efectiva.

El ébola ha dejado un saldo de casi 9.000 vidas en África Occidental en los últimos 12 meses, aunque la cantidad de casos nuevos ha bajado significativamente en meses recientes. También es demasiado pronto para declarar victoria. La semana pasada los nuevos casos aumentaron ligeramente por primera vez este año y funcionarios de salud temen que haya más si no controlan completamente la enfermedad antes del comienzo de la temporada de lluvias.

La baja en los casos dificulta decir si la vacuna funciona, pero se probará en varios lugares y de diferentes formas, "con la esperanza de conseguir información real", dijo el doctor Bruce Aylward, de la Organización Mundial de la Salud.

Llegar a ese paso es una historia de pruebas de laboratorio, del tipo que rara vez llega a los titulares.

"Uno no sabe ahora qué va a ser importante dentro de 15 años", dijo Sullivan, bióloga celular que tropezó con numerosos obstáculos mientras trataba de solucionar suficientes misterios del sistema inmunológico para crear una vacuna contra el ébola.

"Es necesario equivocarse para saber cuáles respuestas inmunes no son apropiadas", dijo.

Todo comenzó a finales de los años 1990, cuando Sullivan, que acababa de graduarse de su doctorado en la Universidad de Harvard, comenzó a trabajar en la Universidad de Michigan. Quería estudiar cómo el ébola infectaba las células, pero su jefe, la doctora Gary Nabel, le dio una asignación importante: desarrollar una vacuna que protegiera a los monos.

Identificado en 1976, el virus se hacía sentir cada pocos años en partes remotas de África, donde mataba a entre decenas y unos pocos cientos de personas con horripilante rapidez, antes de ceder. Los primeros intentos de crear una vacuna fracasaron.

"Entonces se pensaba que el virus era muy agresivo, que no era posible crear una respuesta inmune con suficiente tiempo", recordó Sullivan, quien siguió a Nabel a los NIH y ahora dirige las investigaciones de vacunas en la institución.

La mayoría de las vacunas impulsan la producción de anticuerpos que evitan que un virus penetre las células, pero Sullivan no pensaba que eso fuera suficiente para combatir el ébola, un virus de gran tamaño que infecta de una manera poco común.

Las vacunas genéticas pueden inducir a otras células que combaten los virus, llamadas linfocitos y eso es lo que Sullivan creó con fragmentos del material genético del ébola. En julio de 1999, varios colegas informaron por correo electrónico que habían vacunado monos y detectado una fuerte respuesta inmunológica.

En noviembre de 2000, Sullivan y Nabel reportaron en la publicación científica Nature que cuatro monos vacunados habían sobrevivido a una dosis de ébola que en condiciones normales hubiera sido mortal.

Sin embargo, la vacuna requería varias inoculaciones a lo largo de meses, algo poco útil durante un brote. Entonces Sullivan usó un adenovirus, una familia de virus que provoca infecciones de las vías respiratorias, para que llevara el material genético del ébola de una sola vez, pero se dio cuenta de que no iba a funcionar en personas que hubiese tenido ese tipo de resfriado específico. Finalmente, un virus de resfriado que ataca a los chimpancés fue la solución.

Y durante el proceso se hicieron varios estudios en monos para conocer exactamente qué tipo de linfocitos usar.

Sullivan comenzó a trabajar en la vacuna contra ébola varios años antes que los demás, pero después de un ataque con ántrax en 2001, otros laboratorios se apresuraron a estudiar el ébola y otros posibles agentes de bioterrorismo. Poco después, la Agencia de Salud Pública de Canadá reportó haber creado una vacuna con un virus que ataca al ganado para llevar el material genético, la segunda vacuna que se prueba en Liberia.

En momentos que las pruebas de la vacuna comienzan en Liberia, el laboratorio de Sullivan sigue trabajando. Las investigaciones en monos sugieren que una protección a largo plazo exigirá una reactivación especial, algo que todavía no ha comenzado. Sullivan visita el Congo, donde se descubrió el ébola, unas dos veces al año para realizar investigaciones.

"No se trata de que uno descubre algo y de inmediato se lo aplica a los humanos", dijo Sullivan, queriendo que el público entienda. "Hay muchos otros problemas".