IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Civiles habrían matado a sus colegas en choque en México

La mayoría de los muertos tras enfrentamiento con federales en Michoacán cayeron por "fuego cruzado" de otros civiles, según autoridades

MORELIA, México (AP) — La mayoría de las ocho personas que murieron la semana pasada en un enfrentamiento con las fuerzas federales en el estado occidental de Michoacán cayeron por "fuego cruzado" de otros civiles armados, informaron las autoridades.

Alfredo Castillo, comisionado del gobierno federal en el estado, ofreció el lunes una tercera versión gubernamental sobre los sucesos del 6 de enero, cuando un grupo de civiles intentó detener un convoy de la policía federal en la localidad de Apatzingán, epicentro de la región agrícola michoacana conocida como Tierra Caliente, una de las zonas más conflictivas y violentas del estado.

En su primer informe la semana pasada, Castillo dijo que los civiles fueron abatidos después de haberle disparado al ejército, posteriormente declaró que le habían disparado a la policía federal, y finalmente que fueron baleados por sus propios compañeros mientras éstos tiroteaban a la policía.

Todos los muertos, excepto dos mujeres, tenían residuos de haber disparado un arma, añadió el comisionado, aunque testigos aseguraron que iban desarmados y que salieron de sus camionetas gritando "¡No disparen!".

Las pruebas periciales demostraron que los impactos de bala que tenían los ocho fallecidos no eran del tipo de armas que utiliza la policía federal. Sólo dos de los muertos habían sido alcanzados también por fuego de la policía, dijo Castillo, pero indicó que es imposible saber si la policía o civiles efectuaron las heridas letales.

Nueve personas en total murieron ese día. Además de los ocho del enfrentamiento mencionado, perdió la vida un hombre que fue atropellado por un vehículo mientras él huía de las fuerzas federales luego de que éstas arrebataron el control del ayuntamiento a un centenar de civiles armados que protestaban por los altos costos de la luz, y a los que las autoridades obligaron a entregar sus armas, según testimonios de los familiares de la víctima.

Michoacán es hoy escenario de la actuación de miembros del crimen organizado y de grupos de autodefensas que se alzaron en armas en 2013 para combatir al cártel que controlaba esa región, los Caballeros Templarios, el cual sometía a la población a asesinatos, secuestros y extorsiones.

En enero de 2014 el gobierno federal inició un intenso operativo en Michoacán, y sobre todo en la región de Tierra Caliente, y meses después legalizó a parte de los civiles armados para integrarlos en un nuevo cuerpo de seguridad, la Policía Rural.

Este proceso de legalización no ha concluido y ha sido criticado por la falta de controles para realizarlo y la escasa información y transparencia. Además ha habido acusaciones de que ex Templarios se infiltraron en las filas de los autodefensas y que algunos de ellos ahora forman parte de la Policía Rural.

Castillo indicó que no sabía quiénes eran las personas que habían tomado la alcaldía de Apatzingán el día del enfrentamiento.

Testigos y supervivientes niegan todas las versiones oficiales. Dijeron a The Associated Press que el muerto era un ex miembro de un grupo de autodefensas molesto con el gobierno por la detención de 44 de sus compañeros, y que los manifestantes sólo estaban armados con palos.

Según fotografías del enfrentamiento, al menos se encontraron tres armas en el lugar, aunque una de ellas, un fusil, había sido movida de sitio porque se encontraba en lugares distintos según de qué fotografía se tratase.

Los últimos enfrentamientos entre los grupos de autodefensa y las fuerzas del gobierno están poniendo en tela de juicio la estrategia del poder ejecutivo en Michoacán.

Además de los 9 muertos del 6 de enero, 11 civiles más murieron en otro choque en diciembre, esta vez entre grupos de civiles enfrentados entre sí. Y cinco autodefensas de la zona costera de Michoacán fueron asesinados en una emboscada el domingo en la que otros ocho resultaron heridos.

La fiscalía del estado informó en un comunicado que este último ataque ocurrió en la comunidad de Huahua, perteneciente al municipio de Aquila, una zona montañosa de gran riqueza minera junto a las costas del Pacífico mexicano.

Los 13 autodefensas atacados, que se identificaron como policías "comunitarios", realizaban un recorrido por la sierra a bordo de una camioneta y, al transitar por una brecha que conducía a un rancho, fueron agredidos por desconocidos que, tras los hechos, se retiraron del lugar, indicó la nota oficial.

Los heridos fueron trasladados a los servicios médicos más cercanos.

"Los compañeros habían salido a peinar la zona porque habían visto gente encapuchada y de repente les cayeron encima. Dejaron la camioneta bien balaceada", dijo a The Associated Press Luz Sandoval, una policía comunitaria de Aquila.

"Todavía no sabemos quién les atacó; pueden haber sido Templarios o ex Templarios infiltrados", añadió.

La infiltración en los grupos de autodefensas de ex Caballeros Templarios o de miembros de otros cárteles erosionó el movimiento de civiles armados que, en algunos puntos, se dividió y comenzó a enfrentarse, en ocasiones entre las facciones internas y otras veces con las fuerzas federales.