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Fidel Castro practicó tiro con las escopetas de Hemingway

Es un hecho casi desconocido que Fidel Castro y los que lo acompañaron al asalto al Cuartel Moncada, afinaron su puntería con escopetas del célebre autor estadounidense

Es un hecho casi desconocido que Fidel Castro y varios de sus seguidores que lo acompañaron al asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, afinaron su puntería para el tiro con escopetas de cartucho del célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961).

Hombre apasionado por la caza, Hemingway pertenecía desde los años 40 al Club de Cazadores del Cerro (CCC), establecido en 1907 en un popular barrio de La Habana. Allí guardaba sus escopetas de práctica, pues prefería no llevárselas para su residencia en Finca Vigía, en la localidad de San Francisco de Paula.

Comisionó entonces a uno de sus auxiliares de caza, el adolescente Fernando Silvano Nuez, para que cuidara de sus armas. Le dio las llaves del armario y lo autorizó a que pudiera prestarlas a otros tiradores que concurrieran al lugar, pero bajo una condición: “Que nadie sepa que las armas son mías”.

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El CCC estaba frente al terreno de fútbol de Campo Armada, cerca del legendario Alí Bar. Según el testimonio de Nuez, hacia 1953 comenzaron a visitar el lugar Castro y otros miembros de su movimiento que participarían en los asaltos a los cuarteles de Santiago de Cuba y Bayamo. Entre los que practicaron tiro con las armas del escritor estuvieron también Abel Santamaría, segunda figura del movimiento, Pedro Miret y Oscar Alcalde.

Nuez, quien se desempeñó como juez y árbitro internacional de tiro, contó su testimonio al diario cubano Juventud Rebelde en el 2007.

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Las prácticas eran de lunes a viernes y los jóvenes que se entrenaban allí le pidieron a Nuez que no apuntara sus nombres ni registrara los alias con que se trataban entre ellos.

Para Castro, Nuez reservaba siempre una escopeta calibre 12, que era la preferida por Hemingway.

En una ocasión, un teniente coronel del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del régimen de Fulgencio Batista se personó en el lugar  para indagar sobre las prácticas de los jóvenes. Según Nuez, Castro le respondió: “Estamos practicando para una cacería de torcazas”.


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Semanas después, Castro encabezaría las acciones armadas que iniciaron su camino hacia el poder.

Pero Nuez no sabe si Hemingway se enteró alguna vez del singular uso que habían tenido sus escopetas.



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