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Mariposas monarca enfrentan condiciones gélidas en México

Mariposas monarca enfrentan condiciones gélidas en México

PIEDRA HERRADA, México (AP) — Un mayor número de mariposas monarca parecen haber hecho el largo vuelo desde Canadá y Estados Unidos hasta su refugio invernal del occidente de México, lo que ha generado esperanzas tras una caída brutal de su población el año pasado, cuando alcanzó mínimos históricos.

Pero los expertos aún temen que el invierno inusualmente frío en la región represente una amenaza para los insectos de color naranja y negro.

Aunque el censo oficial no se conocerá sino hasta mediados de enero, los observadores ven poblaciones sanas de mariposas apiñadas en los pinos y abetos de los santuarios protegidos, dijo Gloria Talavera, directora de la reserva de la mariposa monarca.

"Estamos alentados porque hemos visto más", dijo Talavera el lunes.

Pero las condiciones climáticas que se pronostican para este invierno "podrían poner en riesgo crítico el fenómeno migratorio... Vamos a seguir con el Jesús en la boca hasta mediados de febrero", agregó.

El Servicio Meteorológico Nacional pronostica 55 frentes fríos para México hasta mayo, un 15% más que el promedio, además de la posibilidad de sistemas fríos repetidos durante marzo y abril.

El clima templado de las montañas situadas al oeste de la Ciudad de México por lo general tiene las condiciones propicias para las monarca. Cada otoño boreal, decenas de millones de estas delicadas criaturas vuelan miles de kilómetros hasta la ancestral zona de reproducción, creando un paisaje singular. Nubes de mariposas se apiñan en los árboles, formando lo que parecen candelabros de color negro y naranja.

Su migración es un rasgo heredado. Ninguna vive lo suficiente para hacer el viaje de ida y regreso, y no se sabe con precisión cómo encuentran la ruta hacia el mismo punto del bosque cada año.

Algunos científicos indican que las mariposas podrían dejar rastros químicos a lo largo de su trayecto, y temen que si el número de insectos disminuye demasiado, ese rastro no sea lo bastante fuerte para que otras lo sigan.

La población de las monarca es afectada por varios factores: En México, la reducción de su hábitat por la tala, y en Estados Unidos, los cultivos resistentes a los pesticidas que desplazan al algodoncillo, su principal alimento.

"Las mariposas en este momento están en un estado muy vulnerable por los efectos de los herbicidas en Estados Unidos, los efectos del cambio climático a lo largo de su ruta migratoria, y también por la afectación del bosque donde hibernan", dijo el ambientalista y escritor Homero Aridjis.

Las mariposas no se cuentan por número, sino por la superficie que cubren. Después de un descenso continuado durante los últimos tres años, las mariposas sólo cubrieron 0,67 hectáreas (1,65 acres) el año pasado, el nivel más bajo desde que comenzó a medirse en 1993. Las monarca llegaron a cubrir 18 hectáreas (44,5 acres) en su mejor año, 1996.

Aunque esta mariposa no está en peligro de extinción, podría dejar de migrar, o hacerlo a cualquier otro sitio.

La tala ilegal a gran escala ha sido reducida de manera importante en la reserva, pero la deforestación en menor grado, efectuada por las comunidades indígenas que son las propietarias de la zona, continúa siendo un problema. Los espacios abiertos en el tejido forestal hacen que las mariposas sean más vulnerables al frío.

Talavera cree que el clima sigue siendo la mayor amenaza para estos insectos hasta marzo, cuando regresarán al norte. Los observadores han notado un comportamiento distinto en la manera como se agrupan, como si ya supieran que les espera más frío del habitual.

"Están buscando cañones, las zonas más protegidas" para reunirse, explicó Talavera. "Estamos viendo cosas fuera de lo común, y todas relacionados con el clima".

La mayor parte de las mariposas también llegaron entre noviembre y diciembre, varias semanas más tarde de cuando suelen hacerlo, que es antes del 1 de noviembre, que los habitantes relacionan con la llegada de los insectos.

"Son parte de las almas que regresan para el Día de Muertos", dijo Jorge Domínguez Reyes, uno de los líderes de la comunidad de San Mateo Almomoloya que gestiona el santuario de la mariposa de Piedra Herrada. "Nos dan información para levantar las cosechas, y para volver a sembrar cuando empiezan a migrar" en primavera.

Las monarca han sido un atractivo turístico en la región. Pero las visitas a la reserva han mermado por la ola de criminalidad que afecta al municipio cercano de Valle de Bravo, y cualquier reducción en su número sería un golpe cruel para la comunidad, que creó una patrulla de 10 miembros con el objetivo de mantener a los taladores alejados de los lugares de concentración de estos insectos.

"Las mariposas", dice Domínguez "nos dan incentivos para cuidar el bosque".