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Opinión: Hace falta bajar la tensión en New York

Hace falta lidiar con la crisis después de que dos policías murieran en supuesta venganza de un hombre de la raza negra por el caso de Eric Garner

En New York hace falta que alguien llame a la calma. Que se le baje la calentura a la situación tensa que ha existido en la ciudad en los últimos dos días desde la muerte el sábado -asesinato le llamó el Jefe de Policía Bill Bratton- de dos agentes en funciones.

Es posible que lo dicho hoy lunes por Bratton sirva para aliviar esta tensión. Bratton señaló que aun cuando era cierto que el Alcalde Bill de Blasio había perdido la confianza de algunos miembros de la policía, también era cierto que el funcionario ha apoyado siempre a los uniformados.

“He pasado mucho tiempo con este hombre”, explicó Bratton en una intervención en el programa “Today” de la cadena NBC, detallando que el alcalde ha peleado porque se le de a la policía suficientes fondos para entrenamiento, para mejorar sus recintos y para adquirir nuevos equipos.

Bratton igualmente, criticó la actitud de algunos policías de darle la espalda al alcalde cuando este ingreso al hospital en Brooklyn el sábado donde se atendía a los policías que fallecerían luego. “No creo que eso fuese apropiado, añadió Bratton, particularmente en ese momento, pero es reflejo del enojo que algunos de ellos sienten”.

Además de darle la espalda al alcalde, el sindicato de policía ha dicho que el funcionario tiene sangre en sus manos debido al supuesto clima anti policiaco que ha contribuido a generar con sus palabras y acciones.

Poca gente existe en el país con la credibilidad, la experiencia y el oficio político para jugar este papel que hoy se requiere de Bratton. No sólo de seguir siendo el jefe de policía sino de actuar un tanto como mediador entre los más de 22 mil uniformados de la policía de New York, el alcalde que ha sido puesto hoy en una esquina como alguien anti-policía y los diversos sectores de un público donde unos le dan la razón a la policía y otros siguen molestos por lo que consideran son abusos policiacos.

Bratton no sólo fue Jefe -Comisionado es el titulo oficial- de la Policía de New York hace una década y tanto, sino además fue también jefe de la policía de Los Angeles donde al igual que en la “gran manzana” tuvo que lidiar con una ciudad diversa donde la relación de las policías con sus comunidades, particularmente las minorías, no es la mejor. Pero el punto es que Bratton, además de un uniformado capaz, es un hábil político vestido de policía. En lo que hoy sucede en New York necesitará de ambos sombreros, el de policía y el de político.

La muerte de los dos policías el sábado -Rafael Ramos y Wenjian Liu- ha generado como era de esperarse luto, enojo y malestar entre los policías de New York, reacciones normales cada vez que se atenta o se quita la vida a un uniformado. Hoy sin embargo, es más grave todo debido a que algunos policías y en particular su sindicato, responsabilizan al alcalde de haber generado este clima anti policiaco. 

Se habla de que el alcalde se puso del lado de los que protestaban la muerte del joven afro americano Michael Brown en Fergusson, Missouri y la muerte también del afro americano Eric Garner en New York, ambos muertos por acciones de policías blancos. En ambos casos la justicia -un ‘Gran Jurado’- decidido no iniciar caso legal contra los uniformados.

Además de los policías de New York y su sindicato, políticos como ex alcalde de New York Rudolph W. Giuliani, también le han echado leña al fuego de la controversia al acusar a otros líderes de también ir contra la policía. “Hemos tenido cuatro meses de propaganda, comenzando con el presidente (Obama), que todo el mundo debe odiar a la policía”, señaló Giuliani a la cadena Fox. “No me importa como lo quieran describir, (pero) es sobre eso que han sido las protestas”.

Ojalá decíamos, que Bratton tenga éxito en este bajar las tensiones y la calentura en lo que hoy sucede en New York, sin embargo, hay un par de cosas que hace falta introducir en el debate. Primero, que sólo porque un alcalde tenga fama de liberal -el de New York la tiene- no se puede por ello concluir que el funcionario es anti policía. 

Una de las cosas que más le molesta a los policías de New York y su sindicato es que el alcalde en algún momento durante “esos cuatro meses de propaganda” de que habla Giuliani, se refirió a que un día él -como padre de familia- había tenido una conversación con su hijo -quien es mitad afro-americano- sobre que tenía que tener cuidado cuando anduviera en la calle y fuera detenido por la policía. Que tenía que obedecer lo que le dijeran los uniformados bajo el riesgo de que algo le pudiera pasar por no seguir las órdenes.

Para algunos policías esto constituyo literalmente una traición del alcalde, algo así como “echarlos bajo el bus” y hacerlos ver mal ante la opinión pública. Que palabras como estas, sigue el argumento de los policías, son las que fueron creando en las últimas semanas y meses el clima anti policiaco que terminó en el ataque y muerte de los dos uniformados el sábado por un joven afro americano.

El punto es que lo que le dijo el alcalde a su hijo no es nada del otro mundo. Es básicamente la experiencia que tienen muchas minorías con las policías en todo el país. Y este es el otro punto que los policías y sus sindicatos parecieran olvidar o maliciosamente no quieren hacer parte del debate público: por más dolor que haya por la tragedia de los dos uniformados muertos el sábado, esto no borra del mapa la realidad diaria en Estados Unidos de los abusos y brutalidad policiaca contra las minorías. 

Así como los policías tienen todo el derecho de sufrir por el dolor y la tragedia de la muerte de sus compañeros, no es justo que se ataque a un alcalde de New York por simplemente decir cosas que mucha gente en el país experimenta pero que por ser minorías no se atreven a decir o muchas veces nadie escucha.

Y una cosa más: no es cierto que haya un clima anti policiaco debido bien a las protestas o bien a lo dicho o no dicho por el alcalde de Blasio. El que mató a los policías era un joven con aparentes problemas mentales. De su acción no se puede concluir que andan por ahí un montón de gentes queriendo matar policías. O que haya una relación directa o indirecta entre las protestas contra la policía y las acciones violentas como la del sábado.

Dentro de todo esta tragedia y malentendidos, que bueno al menos que alguien como Bratton está en el ojo del huracán de New York y su crisis. Es hora de que cada quien le baje la calentura al debate, sin olvidar por supuesto las causas que dan origen a esta crisis de relaciones entre la policía y su comunidad.