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Padres de presunto espía cubano ignoran paradero

Padres de presunto espía cubano ignoran paradero

LA HABANA (AP) — Cuando Rolando Sarraff Trujillo, un espía declarado culpable por la justicia cubana, no pudo llamar a su casa desde la cárcel sus padres acudieron a visitarlo para ver si estaba enfermo.

Entonces funcionarios de la prisión de alta seguridad en La Habana le dijeron amablemente a la pareja de ancianos que no se preocuparan, que la ausencia de su hijo y la repentina falta de comunicación con ellos desde la cárcel eran "para él, mejor".

Un ex funcionario de inteligencia en el país norteamericano identificó públicamente el jueves al hijo de la pareja como uno de los espías que fue intercambiado por tres agentes de inteligencia cubanos presos en Estados Unidos. Cuando ambos gobiernos anunciaron el intercambio de reos, el mandatario estadounidense Barack Obama lo elogió y aseguró que era "uno de los agentes de inteligencia más importantes que Estados Unidos haya tenido en Cuba".

Pero ni funcionarios del gobierno cubano ni del estadounidense confirmaron el paradero actual de Sarraff, y sus padres siguen en vilo porque desconocen dónde está desde que, supuestamente, fue liberado.

"Afuera están manejando el nombre de él", dijo su madre Odesa Trujillo a The Associated Press. "No me interesa dónde está, sino que esté bien de salud".

Chris Simmons, quien de 1996 a 2004 fungió como jefe de una unidad de contrainteligencia de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos, confirmó que el espía liberado es Sarraff Trujillo, de 51 años, un criptógrafo que trabajaba en Cuba como "agente de comunicaciones".

"Cuando tienes a alguien como agente de comunicaciones significa que ellos tienen las llaves del reino, porque ellos van a saber dónde están las fallas de tus procesos", dijo Simmons a la AP.

Antes de que cayera en manos de las autoridades cubanas, Sarraff ayudó a desmantelar la llamada "Red Avispa", una red de espionaje cubana en Florida que incluía a espías miembros del grupo conocido como Los Cinco. Tres de ellos fueron puestos en libertad a cambio de Sarraff, así como el contratista estadounidense Alan Gross. Cuba también liberó a 53 presos como parte del acuerdo.

Los Cinco fueron detenidos en Estados Unidos en 1998 y declarados culpables en 2001 por los cargos de conspiración, asociación ilícita, no registrarse como agentes extranjeros y otros delitos. Tres de ellos fueron declarados culpables de conspiración para espiar por sus intentos fallidos de obtener secretos militares de la sede del Comando Sur de la Florida.

Según Brian Hale, portavoz de la dirección de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, la información que ofreció Sarraff ayudó a llevar ante la fiscalía a la ex analista puertorriqueña de inteligencia Ana Belén Montes, que cumple una cadena perpetua luego de espiar para Cuba durante 17 años.

Sarraff Trujillo era un joven simpático y campechano, según su padre, hasta que la Seguridad de Estado cubano irrumpió en su casa de La Habana, donde vivía con su esposa y un hijo, y se lo llevó preso en noviembre de 1995.

"Decidimos excarcelar y enviar a Estados Unidos a un espía de origen cubano que estuvo al servicio de esa nación", dijo el presidente Raúl Castro en una alocución televisada el miércoles. Sin mencionarlo por su nombre, el misterioso espía pasó a ser una interrogante en una maniobra política en la que además se anunció el restablecimiento de las relaciones entre ambos países, hostiles a lo largo de cinco décadas.

En la isla, ni sus padres saben el paradero de Sarraff. Nadie, ni el Departamento de Estado norteamericano, les indica el lugar dónde se encuentra.

"Hemos ido a todos los lugares y nos dicen que no tienen información. Él estaba en Villa Marista", dijo a la AP Rolando Sarraff padre, teniente coronel retirado que se desempeñó como periodista en la agencia Prensa Latina.

Según su relato, Sarraff padre, de 80 años, y su esposa vieron a su hijo el lunes en la visita semanal a la prisión de Villa Marista de La Habana. Le llevaron alimentos y pudieron conversar con él como de rutina. El martes el preso no les hizo la llamada diaria de media hora y el miércoles fueron a averiguar el porqué.

"Nosotros nos desesperamos cuando nos dijeron en Villa Marista que lo sacaron en la madrugada", dijo la madre. Desde entonces, ni desde la isla, ni desde Estados Unidos lograron que se comunicara con ellos o con algún otro miembro de la familia en la Florida o España.

Su padre insiste en que era un muchacho "alegre" y "jaranero" (fiestero), que siempre les estaba haciendo favores a sus vecinos, pero era muy reservado con relación a su trabajo de periodista. Tenía también el cargo militar de primer teniente.

Sarraff fue condenado a 25 años de prisión, de los cuales cumplió casi 20 y, según su padre, el vínculo con los militares de su familia no pareció ayudar al hijo "sino más bien lo perjudicó", aseguró.

"Todos mis hijos se criaron en una familia revolucionaria", dijo Sarraff padre, sentado en la sala de su apartamento en La Habana de paredes blancas cubiertas de cuadros, adornado con fotos de parientes sobre una mesa y rodeado de plantas y flores.

Sarraff padre no entiende por qué o cómo su hijo se convirtió en espía al servicio de Estados Unidos y asegura que siempre negó que lo fuera.

"Yo soy un revolucionario", expresó Sarraff. "Pero mi hijo es mi hijo, puede ser ladrón o lo que sea que nunca lo voy a abandonar, nunca le voy a dar la espalda".