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Para Barack Obama, 9 meses para tomar acción ejecutiva

A las 8:59 de la mañana de un sábado a principios de septiembre, un correo electrónico de la Casa Blanca llegó a los buzones de los principales demócratas en el Senado
El mandatario Barack Obama firma dos memorandos sobre acciones sobre inmigración en su oficina a bordo del avión presidencial cuando se disponía a llegar al aeropuerto internacional McCarran en Las Vegas, el viernes 21 de noviembre de 2014. Obama visitará la secundaria Del Sol para difundir las medidas que ha decidido adoptar sobre inmigración. 
El mandatario Barack Obama firma dos memorandos sobre acciones sobre inmigración en su oficina a bordo del avión presidencial cuando se disponía a llegar al aeropuerto internacional McCarran en Las Vegas, el viernes 21 de noviembre de 2014. Obama visitará la secundaria Del Sol para difundir las medidas que ha decidido adoptar sobre inmigración. Carolyn Kaster / AP

WASHINGTON (AP) — A principios de marzo, la cuidadosamente cultivada coalición hispana del presidente Barack Obama estaba empezando a fracturarse.

La iniciativa de ley para una reforma migratoria integral estaba empantanada en el Capitolio. Las deportaciones se acercaban a los dos millones. Y el presidente se resistía a los exhortos de activistas para que usara su poder ejecutivo para atender el asunto.

Después a principios de marzo, la desilusión entre los partidarios habitualmente confiables de Obama pareció alcanzar un punto de ruptura cuando un prominente defensor de los inmigrantes ridiculizó al mandatario al describirlo como "el deportador en jefe".

La Casa Blanca se vio metida en dificultades. Obama citó a tres renombrados legisladores hispanos a la Oficina Oval para decirles que instruiría al secretario de Seguridad Nacional Jeh Johnson para que estudiara maneras de que el gobierno pudiera aplicar las leyes de inmigración "de una manera más humana".

Esa orden desencadenó un periodo de nueve meses de intensas deliberaciones sobre el alcance del poder ejecutivo y forcejeos políticos entre la Casa Blanca y los demócratas.

Finalmente, Obama pospuso la adopción de medidas ejecutivas hasta después de las elecciones legislativas intermedias, y anunció el jueves medidas amplias para impedir la deportación de casi cinco millones de personas que viven sin autorización en Estados Unidos.

Esta versión sobre las deliberaciones de Obama se basa en poco más de 20 entrevistas con legisladores, funcionarios del gobierno, colaboradores del Congreso y defensores de los inmigrantes.

Algunos solicitaron el anonimato para hacer declaraciones sobre conversaciones privadas entre Obama y sus principales asesores.

ULTIMO SUSPIRO PARA UNA LEY

En el primer semestre de 2014, Obama confiaba en que el Congreso aprobaría una amplia legislación. En conversaciones privadas, Boehner había dejado entrever que había un breve momento propicio a principios del verano en el que la Cámara de Representantes podría examinar la inmigración, luego de la aprobación de una iniciativa de ley en el Senado el año pasado. Obama no objetó ese plazo pero le preocupó la posibilidad de que Boehner buscará dilaciones.

En tanto, las agencias policiales informaban de un incremento en el número de menores que llegaban sin permiso procedentes de América Central.

Los detractores culparon de inmediato a la decisión de 2012 de Obama de suspender temporalmente las deportaciones de algunos jóvenes y afirmaron que esa medida sólo había alentado la inmigración ilegal.

La última esperanza se desmoronó el 10 de junio, cuando el representante Eric Cantor, líder de la mayoría republicana, sufrió una abrumante derrota en las elecciones primarias que muchos atribuyeron a un leve apoyo que había dado a una iniciativa migratoria.

"Ese fue el momento en que advertimos que estaba muerta la reforma migratoria, y que teníamos que enfocarnos en Obama", declaró Kica Matos, una prominente promotora de cambios al sistema de inmigración.

Dos semanas después de la derrota de Cantor, Boehner dijo Obama que no habría votación en 2014 sobre la iniciativa.

Obama se reunió con defensores de la inmigración en el Salón Roosevelt. "Podía advertirse que Obama estaba molesto, airado", dijo Frank Sharry, del grupo America's Voice.

Al término de esa reunión, los defensores de los inmigrantes fueron llevados al Jardín de las Rosas para un anuncio concertado con premura: Obama tenía previsto actuar sin el Congreso.

"Si el Congreso no hace su trabajo, cuando menos nosotros podemos hacer el nuestro", declaró Obama.

VERANO DE DESCONTENTO

Cuando la Casa Blanca emprendió la búsqueda de opciones, comenzaron a gestarse desavenencias entre los demócratas en el Capitolio.

Obama se había puesto como plazo el final del verano boreal. Sin embargo, algunos demócratas expresaron temor de que si Obama hacía un anuncio antes de los comicios perjudicaría a los candidatos en estados conservadores donde los demócratas enfrentaban las contiendas electorales más difíciles.

El tema migratorio se volvió un problema para algunos candidatos demócratas doquiera que efectuaran actos políticos. Los candidatos republicanos al Senado transmitieron anuncios en los que acusaban a los demócratas de ser cómplices en los planes de Obama para saltarse la Constitución.

Algunos legisladores demócratas comenzaron a hacer peticiones personales discretas al jefe del gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, para que Obama pospusiera aún más el anuncio.

David Simas, director político de Obama, llamó al Comité de la Campaña Demócrata para el Senado más o menos el Día del Trabajo (el primer lunes de septiembre) a fin de preguntarles cual era la tendencia del tema migratorio en los sondeos relacionados con las contiendas cruciales.

Los sondeos procedentes de estados como Iowa conllevaban una sombría advertencia: Las medidas pendientes de Obama eran profundamente impopulares, y los electores rechazaban los intentos demócratas para convencerlos.

A las 8:59 de la mañana de un sábado a principios de septiembre, un correo electrónico de la Casa Blanca llegó a los buzones de los principales demócratas en el Senado. "¿Está usted disponible para conectarse rápidamente en los próximos 30 minutos?". Obama había decidido aplazar su anuncio.

EL PLAN

Tras bambalinas, el secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, efectuaba un intenso proceso secreto para determinar qué medidas podría adoptar Obama. Incluso ordenó que los documentos fueran entregados a los participantes en las reuniones en lugar de que se los enviaran por correo electrónico.

Funcionarios del gobierno dijeron que Obama se decidió sobre los límites de su plan en el verano. Pero continuó impulsando otras alternativas para suspender las deportaciones de trabajadores agrícolas y padres de algunos inmigrantes jóvenes.

En lo que respecta a ambos grupos, los abogados del gobierno continuaron llegando a la misma conclusión: Obama no tendría la capacidad para hacerlo legalmente.

Tres días después de las elecciones, Obama invitó a un almuerzo a los líderes del Congreso. Funcionarios del gobierno federal dijeron que Boehner hizo un último intento por impedir la actuación unilateral del mandatario al dejar entrever que era posible una votación el primer semestre del año entrante. Un colaborador del Partido Republicano rechazó que Boehner hubiera planteado una fecha específica.

Cuando el presidente se dirigía en vivo el jueves ante la nación, manifestantes pro inmigrantes reunidos afuera de la Casa Blanca se envolvieron con banderas estadounidenses y exhibían letreros que decían en español "Gracias, presidente Obama".