Cuando trajimos a mi primer hijo, Asher, del hospital a la casa tres años atrás, recuerdo que me sentía como si me hubiera dormido en la Tierra y despertado en Marte. Necesitaba volver a aprender a vivir. Todo era nuevo, emocionante y aterrador.
Creo que, finalmente, un mes más tarde me las arreglé para ducharme y salir de la casa. Sin embargo, cuando hace tres semanas llegó el bebé Simi me sentí más tranquila, más preparada – algo así como "Ya conozco esto" y "Oh, de nuevo esto".
Fui capaz de encontrar algunos momentos en medio del interminable ciclo de las comidas-eructos-cambios de pañal-siesta-publicación de fotos del bebé en Facebook y repetición de todo, para reflexionar sobre la diferencia en la experiencia con mis dos hijos.
Si bien gran parte de mi nuevo nivel de comodidad se deriva de la experiencia, la otra se debe a algunas de las nuevas y emocionantes innovaciones tecnológicas de los últimos años.
A continuación están algunas de las mayores diferencias que he notado entre el bebé # 1 (3 años de edad) y el bebé # 2 (3 semanas).
1) Cantidad de fotos: Cuando Asher nació, mi marido y yo hacíamos fotos de todo. ¿Hipo? ¡Foto! ¿La hora del baño? ¡Foto! Con el primer bebé, cada momento vale una foto. Pero con el segundo bebé no es que cada pequeño momento o expresión facial no sea adorable - es sólo que usted ya ha visto antes a un bebé. O quizás usted esté agotado. De hecho, la semana pasada me pasé tres días seguidos sin hacer una sola foto al pequeñín. Una aplicación que realmente me ha ayudado es ROOM For Thought, la cual le invita a hacer una foto al azar todos los días. De esta forma, recopilamos sus experiencias de una manera más espontánea.
2) La publicación en los medios de comunicación social. Con su primer hijo, no puede evitarlo. Usted se convierte en la persona que lo comparte todo, se convierte en la persona que siempre ha criticado. Con el bebé # 2 comienza a sentir que menos es más. Esta vez, no publiqué una sola foto de mi vientre de embarazada hasta que tuve casi siete meses, y no anuncié en Facebook que mi hijo había nacido hasta cinco días después de su llegada. He sido mucho más selectiva en lo que comparto, y lo estoy haciendo más a través de grupos privados en Facebook, lo que permite compartir fotos y actualizaciones sólo con las personas que elija.
3) La perfección es sobrevalorada: Con mi primer hijo decoramos laboriosamente su habitación como si fuera de revista – desde un costoso mural y gavetas pintadas al gusto hasta cajones rebosantes de los poco prácticos, onesies, con sus inconvenientes broches de presión. Para el bebé # 2, con más conocimiento, nos hemos preparado teniendo en cuenta la realidad. Mientras que Asher tuvo su propia habitación, Simi tiene un glorioso closet. Por suerte, en los últimos años han aparecido sitios de internet como Pinterest y Houzz que le ayudan a personalizar el espacio, a cualquier nivel que esté dispuesto a gastar. Además, los pijamas con tantos broches de presión son para masoquistas.
4) Tarjetas de agradecimiento. Con el bebé # 1, cada regalo que nos enviaron fue agradecido de inmediato con una tarjeta de gratitud escrita a mano. Esta vez fui juiciosa. Pude utilizar las fotos almacenadas en mi teléfono para enviar agradecimientos con mensaje personalizado a cualquier persona en mi libreta de direcciones, usando las aplicaciones Postagram and Snapshot Postcards.
5) Comercio por internet. Desde que tuve mi primer hijo ha sucedido algo increíble. Ahora le pueden entregar cualquier cosa, no importa donde viva. Si bien esto no es nuevo para los neoyorquinos, créame que cuando se vive en los suburbios de California, es una gran ayuda. ¡Con Amazon, Seamless, Postmates, y DoorDash, no tengo que salir de mi casa y ni siquiera me siento mal por ello! ¡Starbucks acaba de anunciar que hará servicio a domicilio en el 2015 - si lo tuviera ahora-, realmente no hubiera una razón para salir de mi casa!
6) La casa a punta de tecnología. En algún momento de los tres años entre mis dos hijos, nuestra casa tuvo una transformación tecnológica. Asher se ha quedado estancado en la década del 2000 con su termostato pasado de moda, pero la habitación de Simi cuenta con un dispositivo Nest, que no sólo controla las emisiones de monóxido de carbono, pero también mantiene regulada la temperatura de la habitación. Además, le ahorra a mamá y a papá una buena parte en las facturas de energía. ¡La mejor parte es que lo instalamos nosotros mismos!
7) Pediatra virtual. Con el primer hijo, al menor estornudo se va corriendo a la sala de emergencias en medio de la noche. En los últimos años y gracias a las maravillas de la telemedicina, usted puede encender la computadora y hablar con el médico en tiempo real a través de sitios como Doctor on Demand o HealthTap. Ellos le podrán diagnosticar desde un gas hasta una conjuntivitis sin necesidad de hacer ese viaje frenético a la sala de emergencias. También con la compra de simples accesorios a su teléfono móvil, tales como el CellScope otoscopio, podrá diagnosticar una infección de oído desde el teléfono móvil.
8) Permiso de paternidad. Técnicamente, esto no es un avance tecnológico - pero es una maravillosa tendencia creciente. Sin lugar a dudas, para mí la mejor diferencia ha sido tener a mi esposo más tiempo en casa. Cuando nació Asher mi esposo tuvo dos semanas de descanso. Esta vez, él pudo quedarse por un mes entero. Me alegra que muchas compañías estén extendiendo los beneficios de paternidad y que la conversación sobre cómo los hombres y las mujeres comparten las obligaciones familiares y el cuidado de los niños de manera más uniforme esté cambiando. Todavía tenemos un largo camino por recorrer, pero soy optimista. Tener a mi maravilloso esposo, Brent, a mi lado para compartir este primer mes con el bebé ha sido una experiencia maravillosa. Ya estoy un poco llorosa sólo de pensar en su regreso al trabajo la próxima semana