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El ‘villano’ número uno de los aficionados mexicanos jugó su último partido

Landon Donovan, el villano número uno del fútbol estadounidense en ojos de los aficionados mexicanos pero también el mejor jugador que ha dado Estados Unidos, jugó el viernes su partido de despedida con su selección bajo la sombra de dudas y controversias que lo han perseguido los últimos meses

Por Carlos Rajo

Landon Donovan, el villano número uno del fútbol estadounidense en ojos de los aficionados mexicanos pero también el mejor jugador que ha dado Estados Unidos, jugó el viernes su partido de despedida con su selección bajo la sombra de dudas y controversias que lo han perseguido los últimos meses.

Esta misma semana, el famoso entrenador estadounidense -Jurgen Klinsmann- que tomó la brutal decisión de no llevar a Donovan a la Copa del Mundo en Brasil metió la cizaña de la duda al recordar algo que muchos de los críticos del jugador han dicho siempre: que el número diez de la selección de Estados Unidos y máxima estrella de la liga estadounidense de fútbol (MLS), “pudo haber hecho más” en su carrera futbolística

Extraña la despedida de Donovan. Un partido amistoso sin mayores vuelos ante Ecuador que terminó empatado a uno y en un estadio en New Jersey que ni siquiera se llenó. Y por supuesto, con Klinsmann en el banquillo de Estados Unidos dirigiendo a un Donovan que aún con toda su caballerosidad y buen sentido de las relaciones públicas, no se quitará nunca ese gusanito de molestia por la sorprendente decisión del entrenador de sacarlo del equipo que se preparaba a ir a Brasil.

“Me dijo que debió haberme llevado a Brasil”, comentó Donovan después del partido ante Ecuador en referencia a Klinsmann, para agregar de inmediato: “estoy bromeando”.

Más allá del partido final con la camiseta de Estados Unidos sin embargo y de lo dicho por Klinsmann, lo cierto es que la despedida de Donovan del fútbol internacional ha servido entre otras cosas para hacer un recuento de la carrera del jugador de 32 años originario del Sur de California. En algo coinciden propios y extraños: Donovan ha sido el mejor jugador de la selección de Estados Unidos y de lejos, el también mejor jugador de la liga profesional estadounidense.

Y sin olvidar por supuesto, el villano y odiado jugador para los mexicanos. 

Cosas del destino si se quiere, pero sucede que Donovan debutó con la selección estadounidense como una joven promesa a los 18 años en un partido ante México -en el Coliseo de Los Angeles en octubre del 2000 y el cual ganó Estados Unidos 2-0- y donde el jugador convirtió su primer gol en encuentros internacionales.

Lo de villano para la afición mexicana se fue creando con el tiempo. Una mezcla de la arrogancia, el palabrerío y actitudes en la cancha -alguna vez se orinó en la grama del estadio de Jalisco- que caían mal en México. Y también, la calidad futbolística y los goles de Donovan. Uno de ellos nada menos que la Copa del Mundo del 2002, donde con un gol de cabeza de Donovan Estados Unidos eliminó a México. Hace unos días, reflexionando sobre lo que había sido su carrera, Donovan reveló que se sentía mal por esto de ser el villano ante los mexicanos. 

“Fue mi culpa por decir cosas estúpidas”, explicó Donovan en una entrevista con la cadena ESPN. “Creo que si alguien es nada mas que un buen jugador que mete goles, no es mayor problema, pero el decir y hacer cosas estúpidas fue lo que me hizo ser el villano. Lamento lo que dije, no había necesidad de decir esas cosas”. 

Sobre la calidad de Donovan -al menos en el fútbol estadounidense y de la región- nadie la pone en discusión. Jugó más de 150 partidos con su selección, metió 57 goles en juegos internacionales y participó en tres mundiales, dos de ellos -el de 2002 y el de 2010- con grandes goles que quedarán en la historia del fútbol de Estados Unidos. El del 2010 en especial, un gol ante Argelia que permitió que Estados Unidos pasara a la siguiente ronda y que para muchos significó el alcanzar la mayoría de edad del fútbol estadounidense.Donovan por otro lado, fue el máximo héroe futbolístico para la primera generación de jóvenes estadounidenses -hoy en sus 20s- que creció con el fútbol.

Hoy es normal encontrar niños y jóvenes que crecerán o habrán crecido con el fútbol como algo normal en sus vidas debido en parte a la inmensa cobertura mediática que el deporte tiene en Estados Unidos, pero los que crecieron con Donovan como su ídolo fueron los primeros en abrazar el fútbol local desde pequeños. 

La gran pregunta que queda sobre Donovan -y en ese sentido no es veneno de Klinsmann sino cuestionamiento que muchos se hacen en particular los que ven el fútbol más allá de las fronteras estadounidenses- es sobre si su carrera pudo haber volado más alto. Es cierto, Donovan ha sido el máximo goleador de la MLS -138 goles- y además de gran jugador fue un embajador de lujo de la liga. Son no sólo los aficionados los que lo respetan y admiran sino también los jugadores jóvenes de la selección estadounidense. 

Con todo, siempre quedará la pregunta sobre por qué Donovan no hizo mayores esfuerzos por triunfar en Europa. De joven jugó en la liga alemana -con el Bayer Leverkusen-, años más tarde con el Bayer Munich y ya en su madurez con el Everton de Inglaterra. En todos los casos, estadías sin mayor transcendencia. Sea por cualesquiera razones -lesiones, entrenadores que no le daban muchas oportunidades, compitiendo por el puesto con otras grandes estrellas, etc.- el punto es que Donovan optó siempre por cortar su tiempo en Europa y regresar a la MLS. 

Es posible que sea un asunto únicamente de los puristas y los fanáticos que ven el fútbol centrado en Europa, pero lo cierto es que en estos tiempos para que alguien sea considerado un verdadero grande del fútbol tiene que triunfar por varias temporadas en alguno de los grandes equipos de las ligas europeas. Donovan simplemente no tuvo un buen paso por Europa.

Pero es quizá injusto hablar de lo que pudo haber sido la carrera internacional de Donovan. Lo cierto es que el jugador dio todo por su país y su liga y entrará a la historia como el mejor futbolista que ha dado Estados Unidos. Y también por supuesto, como el odiado villano que tanto extrañarán los aficionados mexicanos.