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Arquitecta española escala los rascacielos neoyorquinos

Arquitecta española escala los rascacielos neoyorquinos

De joven en España, la estudiante de arquitectura Berta de Miguel Alcalá disfrutaba escalar montañas. El amor por ese deporte la condujo a Manhattan y a un trabajo que requiere elevarse a sí misma a cientos de metros de altura para examinar algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad.

"Cuando sales con una cuerda y estás ahí en el medio de una gran ciudad, o con una vista muy bonita... te sientes como un pájaro", explicó. "Tienes una perspectiva muy diferente de la ciudad", y añadió que esa era la parte que más disfrutaba de su trabajo.

No se trata de una atrevida, sino de una empleada de Acceso Vertical, LLC, una compañía consultora de construcción con sede en Nueva York, que se especializa en proveer evaluación estructural a edificios en todo el país. En lugar del uso de andamios, de Miguel Alcalá y sus colegas utilizan equipos que son típicos de los escaladores de montaña.

"Es mucho más fácil y más rápido tener tus propias cuerdas y estar libre para moverte a lo largo de la fachada e ir a donde sea necesario", dijo a NBC News en una entrevista.  Esto no sólo le permite hacer una mirada como la del ojo de un pájaro, a los daños potenciales, sino documentarlos. Su lista de lugares de trabajo incluye a La Catedral de San Juan el Divino y a LaTorre del Reloj en Nueva York, de 700 pies de altura, considerado en su momento el edificio más alto de la ciudad.

Su trabajo actual es la mezcla perfecta de sus dos pasiones, la arquitectura y el alpinismo. Comenzó a escalar en España, su país natal, poco después de los 20 años, e integró el equipo de alpinismo de su Universidad. Ella obtuvo una maestría en arquitectura con especialización en conservación del patrimonio, que le permitió trabajar en varias zonas de restauración alrededor del mundo. Un día, un amigo la puso en contacto con el hombre que se convertiría en su jefe.

"Berta es segura de sí misma, tolerante y amistosa", comentó Kent Diebolt, socio fundador de Acceso Vertical. "Ella y su esposo son escaladores de montaña, pero no todos en nuestra empresa tienen experiencia como escaladores".

La inspección de un edificio puede tardar hasta cinco días y, dependiendo de las necesidades del cliente, puede incluir escalar todo el edificio o sólo una parte. El trabajo se realiza en parejas para garantizar la seguridad y cuenta con radios de comunicación. Cada trabajo implica una investigación detallada, planificada y con muchos equipos.

"Traemos un montón de cosas con nosotros", explicó de Miguel de Alcalá. "Una cuerda de 600 pies en una bolsa, significa que es una bolsa grande... Cada uno de nosotros utiliza dos. Traemos un carro con equipos y nuestros paquetes de cuerdas, incluyendo un gran enganche. De él cuelgan muchos dispositivos... tabletas y cámaras... Algunas veces hacemos transmisión de video en vivo".

El video permite que el ingeniero del proyecto vea lo que ella está viendo.  Luego, se lleva el equipo hasta el techo del edificio para iniciar el aparejo. "Buscamos grandes vigas y lo rodeamos con nuestras cuerdas, lo bajamos y ponemos en nuestros arreos… volvemos a comprobar que todo esté correcto y luego bajamos por las cuerdas", explicó.

De Miguel Alcalá permanece en las cuerdas tres horas a la vez, o en una “caída” como lo llama antes de tomar un descanso. Cuando se le preguntó si alguna vez había tenido miedo, respondió definitivamente que no. "Siempre nos preparamos muy bien, y tenemos un plan de seguridad. No he tenido ningún problema".

¿Es esto lo que soñaba hacer cuando creciera?

"No, en absoluto," dijo con una sonrisa, "Yo quería ser piloto".

Parece cercano, pues su trabajo actual la lleva por encima de la ciudad.