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Por qué bajar de peso es más difícil para ti que para tu abuelita

Además de la dieta y el ejercicio, los millennials deben considerar factores extra a la hora de bajar de peso.

Si perder algunas libras se te hace cuesta arriba, sin importar cuántas dietas o ejercicios pruebes, puede que no sea tu culpa: un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad York, en Canadá, reveló que es biológicamente más difícil para los millennials bajar de peso que para las generaciones pasadas.

Aunque no parezca justo, los investigadores aclaran que esto sería una realidad: al examinar cuánto reportaban comer y ejercitarse 14,400 adultos de los Estados Unidos a través de los años, se concluyó que una persona en 2006 que consumía la misma cantidad de calorías y se ejercitaba igual que alguien en 1988, tendría un índice de masa corporal (IMC) 2.3 puntos más alto. Impactante, ¿verdad?

Un esfuerzo extra

¿Qué quiere decir esto? Pues, que si tu intención es perder algunas libras, probablemente debas esforzarte más para hacerlo, que si tu madre o tu abuelita hubieran querido lograrlo a tu edad.

Además, la profesora de kinesiología y co-autora del estudio, Jennifer Kuk, aclaró en el sitio web de su universidad que esta investigación, que fue publicada en la revista científica Obesity Research & Clinical Practice, denota que habrían otros factores que influyen en el aumento de la obesidad, más allá de la dieta y el ejercicio.

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Posibles influenciadores

Entonces, ¿cuáles son aquellas cosas que también podrían contribuir a que en esta época no nos sea tán fácil mantenernos en línea?

De acuerdo con la nutricionista argentina Giselle Balanciano, hay muchos hechos que contribuyen a la obesidad que han cambiado en las últimas décadas:

Más alimentos procesados. “Una rodaja de pan hoy no contiene los mismos ingredientes que hace unos años”, nos explicó la experta. Es así que, con el objetivo de que se conserven por más tiempo, las comidas pueden tener más sal, grasa, etc.

Estrés. Cuando estamos de aquí para allá, prestamos menos atención a la comida, y terminamos eligiendo un sándwich para disfrutar en 15 minutos. Nuestros abuelos, mientras tanto, se tomaban el tiempo de sentarse a la mesa con la familia y conversar mientras comían, permitiéndoles optar por mejores alimentos y obtener mayor sensación de saciedad.

Medicaciones. Hoy se consumen más medicinas relacionadas con el aumento de peso, tal como los antidepresivos.

El tipo de ejercicio y de trabajo. Según Balanciano, muchos millennials se la pasan en la oficina sentados todo el día, y a pesar de que se tomen una hora para ejercitarse, eso influye. “Quizás nuestros abuelos iban caminando o en bicicleta al trabajo, o hacían tareas en el hogar que les implicaban ejercicios aeróbicos, lo que tendría incidencia”, nos dijo.

Así que cuando veas antiguas fotografías de tu abuelita con una figura envidiable, aunque jamás haya ido al gimnasio, no te aflijas… Mejor, pégala en el refrigerador para que te incentive a llevar un estilo de vida más simple y saludable.

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