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El Blog de Maritza Rodríguez: El temor de ser mamá

No lograba dar ese paso…entré en esa duda, en esa disyuntiva, de si tener hijos o no.

Cuando se tocaba el tema de ser madre en reuniones familiares, siempre pensaba que era algo que me iba a ocurrir en algún momento de mi vida, por su puesto en la mente de una virgo eso sería después de realizarme en el campo profesional y luego de tener un hogar establecido para brindarle a mis hijos la estabilidad emocional que se requiere , en fin,  bla, bla, bla  argumentos que forme en mi mente y que me llevaron a tener un orden del cual me convencí que era el correcto en ese momento.

Pero al pasar el tiempo después de haber logrado lo que siempre me dije a mi misma que lograría, llegó el momento de dar el paso de  ser madre después de mi orden establecido y no, ¡no fue así! No lograba dar ese paso…entré en esa duda, en esa disyuntiva, de si tener hijos o no.

¿Por qué caes en esa red de preguntas?  Que si la edad…que si tus hijos no serán tus hijos sino tus nietos, que ya no vas a poder hacer lo mismo que hacías antes, viajes, fiestas, que tu relación va a cambiar, que si no te alcanzará el dinero para su universidad, total un sin fin de dudas y de caos en tu mente, pronosticando tu peor pesadilla.

Yo fui de esas mujeres que se echan para atrás diciendo que no y luego que si  y me creía mis propios argumentos como por ejemplo; “ que la vida es mejor sin hijos” “y si llegó a vieja y estaré sola, no, no, no entonces si los tengo” o “que si seré buena mamá”,  “o que mi carrera se acabará”…….

Todo eso cambió cuando remplacé la famosa pregunta.. ¿Quiero ser mamá? Por... ¿Para qué quiero ser mama?

En ese momento mi paso a ser madre tuvo un propósito real, al darme cuenta que por estar atrapada en  lo negativo no estaba escuchando la verdadera voz de mi alma  y ahí fue cuando me di cuenta que ¡Ser madre no es una decisión de la mente si no del alma!

Esta nueva etapa me iba a dar la oportunidad de crecer en mi proceso espiritual, al hacer a un lado mis prioridades, minimizando mi ‘yo’ y así conocer el verdadero amor incondicional del que tanto uno escucha: Que dar es realmente recibir.

Entonces lo único que sentía era querer ser madre para darle la oportunidad a unas almas de venir a este mundo para que ellas pudieran hacer su propio trabajo espiritual y en simultánea crecer en el mío.

Hoy día les puedo decir que todo cambio para bien ¡Y eso que esto apenas comienza!

Mi relación de pareja sigue siendo maravillosa,  a tal punto que siento que ahora es mas completa, igual que mi trabajo y en este proceso de cambio siento que estoy  en otro nivel de madures espiritual y es maravilloso, todo se transformó en algo mágicamente sustancioso.

Le tememos a los cambios cuando en realidad deberíamos mostrar más emoción porque el nuevo paso nos traerá mas evolución en nuestro ser. 

 Mi consejo de esta experiencia es:

 

-  Descubramos nuestro propio camino escuchando nuestra voz interior.

-  Preparémonos para ser madres espirituales, teniendo conexión con la fuente de sabiduría del creador.

-  Cambiar la manera del ver el miedo en una oportunidad de evolución.

-  Tener certeza que todo estará en armonía.

¿Cómo fue tu experiencia?   ¡Quiero saber!

Si tienes alguna duda puedes preguntarme usando el hashtag:

#ElBlogdeMaritzaRodriguez

Besos,

Maritza

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