¿Alguna vez has convivido con una persona autista? Son individuos brillantes y talentosos, pero para quienes la interacción social suele ser difícil. Conoce más acerca de ellos aprendiendo sobre sus fortalezas y debilidades.
Conocer es comprender
Es positivo interesarnos por las personas autistas, sobre todo cuando son niños. “Debemos prestar atención a sus esperanzas y sueños, capacitarlos y favorecer su búsqueda de autodeterminación”, señala en el sitio de Autism Speaks, el médico Joaquín Fuentes, director de psiquiatría infantil y adolescente de la Policlínica Gipuzkoa, en España.
El lado luminoso
Es más fácil ser empático e interesarte realmente por alguien cuando conoces más sobre esa persona. Por eso, te presentamos las fortalezas más comunes de las personas autistas, compiladas por el Dr. Stephen Shore, profesor asistente en la Universidad Adelphi, para Autism Speaks:
- Ponen mucha atención a los detalles.
- A menudo, son altamente competentes en un área en particular.
- Suele gustarles el estudio profundo, que puede dar como resultado conocimientos enciclopédicos sobre áreas de su interés.
- Tienen tendencia a ser muy lógicos (lo que es útil en la toma de decisiones, donde las emociones pueden interferir).
- Pueden preocuparse menos por lo que otros puedan pensar de ellos (lo puede ser una fortaleza tanto como un desafío). Esto también se llama “pensamiento independiente”.
- El pensamiento independiente a menudo se traduce en nuevas perspectivas debido a sus diferentes maneras de ver las cosas, ideas y conceptos.
- Suelen usar el procesamiento visual (piensan en imágenes o video).
- A menudo, son muy verbales.
- Favorecerían la comunicación directa.
- Serían leales y honestos.
- Tienden a escuchar sin prejuicios.
Los retos
Sin embargo, las personas autistas también lidian con algunos desafíos. Los principales son:
- Dificultad para captar el panorama general.
- Dificultad para desarrollar motivación para estudiar áreas que no son de su interés.
- Dificultad para percibir el estado emocional de los demás.
- Dificultad para percibir las reglas no escritas de la interacción social.
- Dificultad para procesar información presentada en modalidades que no son sus favoritas, como la auditiva, la kinestésica, etc.
- Dificultad para analizar y resumir información importante en una conversación.
- Problemas de integración sensorial, donde los estímulos pueden registrarse de forma desigual o distorsionada.
- Dificultad para eliminar el ruido de fondo.
- Generalización de habilidades y conceptos.
- Dificultad para expresar empatía de la manera que otros esperan o entienden.
- Dificultades para planificar tareas a largo plazo.
Una persona con autismo es tan real como tú y yo: recuerda tratarla como un ser completos, con esperanzas, necesidades, sentimientos y deseos.
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