Un parásito es un organismo que vive sobre otro o en su interior y se alimenta a expensas de él.
Aunque creas que son inofensivos, hay tres clases principales de ellos que pueden causar enfermedades graves en los seres humanos: protozoos, helmintos y ectoparásitos.
Los protozoos y los helmintos afectan principalmente al intestino, mientras que los ectoparásitos pueden adherirse a la piel o escarbar en ella y permanecer allí durante largos períodos.
La mayoría de los protozoos y los helmintos generalmente no causan enfermedades o bien, muy leves. Sin embargo, algunos sí pueden producir problemas graves en los seres humanos.
La forma más común de transmisión de parásitos protozoos y helmintos se da cuando éstos se hallan en las heces de una persona y terminan siendo tragados por otra (ruta fecal oral).
Los síntomas iniciales suelen ser gastrointestinales, por ejemplo, diarrea; pero cuando los parásitos invaden los glóbulos rojos o los órganos, las consecuencias pueden ser fatales.
1. Protozoos: son diminutos organismos unicelulares que se multiplican dentro de nuestro cuerpo.
Por ejemplo, el protozoo Giardia tiene un ciclo de vida clásico de dos etapas. En la primera, denominada trofozoíto, se dedica a nadar y consumir nutrientes de nuestro intestino delgado. Mientras que en la segunda etapa se convierte en un quiste inmóvil.
Estos quistes excretados en las heces pueden contagiar el suministro de agua, y la ingestión de alimentos o agua contaminados hace que se transmita el parásito. Asimismo, el contacto físico y una condición de vida insalubre también puede propiciar la transmisión.
Algunos de sus síntomas incluyen: diarrea grave o crónica, cólicos abdominales, fatiga, debilitamiento y pérdida de peso, entre otros.
Las especies de Plasmodium, son otros protozoos importantes. Este se desarrolla en los mosquitos, y ellos nos los transmiten a través de una picadura.
El Plasmodium destruye los glóbulos rojos, lo que afecta las funciones de los órganos y causa una condición conocida como malaria o paludismo.
Según el portal The Conversation, la malaria causa la mayoría de las muertes producidas por el conjunto de las enfermedades parasitarias.
2. Helmintos: comúnmente denominados como gusanos. Por lo general, se pueden observar a simple vista en sus etapas adultas.
Uno de los principales grupos de helmintos son los gusanos planos, llamados así porque tienen el cuerpo aplanado y blando.
La tenia humana es el tipo de gusano plano más común. Su contagio proviene de la ingestión de huevos por ruta fecal oral.
Sus síntomas comprenden, entre otros, diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y debilitamiento.
Otro grupo importante son los nematodos, comúnmente conocidos como gusanos redondos o cilíndricos.
Estos pueden encontrarse en casi todos los entornos y, a diferencia de los gusanos planos, poseen un sistema digestivo que se extiende desde la boca hasta el ano.
Sin duda, el más común es el oxiuro, también conocido como lombriz. Una de sus principales señales es una comezón alrededor del ano.
Este se propaga fácilmente de una persona a otra, y es frecuente que se vean infestadas familias enteras.
3. Ectoparásitos: este término incluye a organismos como las garrapatas, las pulgas, los piojos y los ácaros, que pueden adherirse a la piel o escarbar en ella y permanecer allí durante mucho tiempo.
Por ejemplo, la sarna o escabiosis, una enfermedad contagiosa de la piel caracterizada por picor y protuberancias rojas.
Este problema es provocado por el arador de la sarna, que se propaga normalmente mediante el contacto frecuente y directo con la piel.
Tratamiento
Como lo mencionamos, algunos parásitos pueden quedarse latentes durante mucho tiempo. Este hecho puede dificultar su detección, pues es posible que no se manifiesten síntomas.
Por fortuna, existen diversos fármacos para tratarlos una vez que han sido detectados y, por lo general, suelen ser muy eficaces.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud recomienda someterse a una desparasitación principalmente si se vive en una zona endémica.
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