Muchas veces, cuando vemos a un deportista o a una persona con grandes músculos pensamos que es alguien sano. Sin embargo, la nutrición no siempre se ve reflejada en la composición corporal, y un claro ejemplo es la historia de este joven que, a pesar de estar en perfecta forma física, sus defensas eran muy bajas.
Jordan Dunin reveló al sitio Love What Matters que desde la preparatoria su sueño era convertirse en un atleta olímpico o un jugador exitoso de hockey. De hecho, desde los 15 años, fue parte del equipo escolar, y complementaba sus prácticas deportivas con entrenamientos de mixed martial arts, pues le gustaba la exigencia física.
“Aunque era un atleta, mi dieta y mi salud en general no eran mi principal preocupación. Pensé que como era muy activo, mi nutrición no era algo de lo que debiera preocuparme, y no pude estar más equivocado”, aseguró.
El exjugador confesó que año tras año, durante el invierno, contraía infecciones en las vías respiratorias, y consumía antibióticos. Aunque al principio esto parecía algo normal, con el tiempo los médicos notaron que los medicamentos cada vez eran menos efectivos, y finalmente se le diagnosticó resistencia a los antibióticos.
Esto significaba que, los medicamentos no tenían efecto al momento de luchar con las bacterias en su sistema. Lo peor llegó luego de un viaje a Australia, para realizar un intercambio universitario. Jordan explicó que, a los pocos días de visitar una isla comenzó a notar irritaciones y brotes irregulares.
Los primeros tratamientos consistieron en esteroides para calmar las molestias, pero un día su rostro cambió drásticamente. “Iba al gym como siempre lo hacía, y [al mirarme al espejo], noté que mi cara se arrugó, como si hubiera envejecido 50 años en cuestión de minutos”, detalló.
En este punto volvió a recibir tratamiento con medicina, pero las cosas no mejoraban, y su enfermedad parecía no tener explicación. No fue sino hasta una tarde en la que se divertía con sus amigos, cuando se sumergió en un lago y en lugar de nadar, cayó hasta el fondo.
De ahí, tuvo que ir al hospital donde le dijeron que tenía un daño cerebral severo, y le dieron 20 puntadas para curar la herida. Además, durante las pruebas, también detectaron que todos sus síntomas previos se debían a la enfermedad de Lyme.
El diagnóstico fue algo muy duro para él, pues los doctores le dijeron que no había una cura definitiva, y que simplemente existían algunos tratamientos para calmar las molestias. Pero, con el tiempo decidió probar la medicina alternativa y asegura que, ahora que no solo se preocupa por verse o sentirse bien, sino que realmente es consciente de lo que come y hace, su vida ha mejorado mucho. De hecho, se convirtió en un coach fitness y abrió su propio canal de YouTube para compartir sus rutinas.
“Después de haber pasado por la enfermedad de Lyme crónica y una lesión cerebral traumática, sé lo confuso que puede ser crear un camino para alcanzar sus metas. Puede ser frustrante y desmotivador no saber cómo llegar. Trabajaré con ustedes para crear un camino claro para lograr sus metas y estaré a su lado a lado hasta que las alcancen”, puntualizó.
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