El estrés
La reacción que cada persona tenga ante el estrés puede ser un factor contribuyente. Algunos científicos han detectado una relación entre las enfermedades coronarias del corazón y el estrés que padece una persona en su vida, su comportamiento en temas de la salud y su situación socioeconómica. Estos factores pueden afectar a otros ya establecidos. Por ejemplo, la gente bajo estrés puede comer en exceso, comenzar a fumar, o fumar más de lo que habitualmente fumaría de no ser por el estrés.
Alcohol
Beber alcohol en exceso puede causar una subida de la presión arterial o un fallo cardíaco, y conducir a un derrame cerebral. También puede contribuir a un alto nivel de triglicéridos, al cáncer y a otras enfermedades, así como producir latidos irregulares del corazón. El exceso de alcohol contribuye a la obesidad, el alcoholismo, el suicidio y los accidentes. El riesgo de enfermedades del corazón en personas que beben moderadamente es menor que en las que no beben alcohol. Si bebes, limita tu consumo de alcohol a no más de 2 tragos al día para los hombres y 1 para las mujeres. Un trago se define como 1 y ½ onzas líquidas de bebidas alcohólicas de 80 grados (como el whisky bourbon, escocés, la vodka, la ginebra, etc.), 1 onza líquida de bebidas alcohólicas de 100 grados, 4 onzas líquidas de vino, o 12 onzas líquidas de cerveza. No es recomendable que las personas que no beben alcohol comiencen a hacerlo, ni que las que beben aumentan la cantidad que suelen beber.
Dieta y nutrición
Una dieta saludable es una de tus mejores armas para combatir las enfermedades cardiovasculares. El tipo de alimento que comes (y la cantidad) pueden afectar a otros factores de riesgo controlables: el colesterol, la presión arterial, la diabetes y el exceso de peso. Elige alimentos ricos en elementos nutritivos –los que contienen vitaminas, minerales, fibra y otros elementos nutritivos, pero que contienen pocas calorías – en lugar de los que son poco nutritivos. La clave es seguir una dieta rica en vegetales, frutas, alimentos de grano entero y alto contenido de fibra, pescado, proteína desgrasada y productos lácteos sin grasa o de bajo contenido de grasa. Para mantener un peso saludable coordina tu dieta con tu nivel de actividad física de manera que quemes tantas calorías como consumes.