Algunas medidas de distanciamiento social podrían extenderse hasta por lo menos el año 2022 para evitar que los contagios de coronavirus sigan creciendo y prevenir que los hospitales sobrepasen su capacidad, de acuerdo con un estudio realizado por científicos de Harvard.
De acuerdo con los descubrimientos, se advirtió que periodos esporádicos de distanciamiento social podrían ser necesarios durante dos años para evitar que vuelvan a surgir brotes, ya que al eliminar estas medidas preventivas de manera abrupta podría causar una segunda ola de infecciones más severa.
Aunque se prevé que las medidas de distanciamiento podrían levantarse el 30 de abril en los Estados Unidos, los expertos señalaron que es necesaria una extensión para poder vencer la pandemia, de acuerdo con el estudio publicado en Science.
Son varios los factores que determinarán la trayectoria del coronavirus SARS-CoV-2 en la sociedad durante los siguientes años, tales como si se descubre que es una enfermedad estacional y la inmunidad que logren las personas después de contraer el virus.
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Los expertos creen que es poco probable que el nuevo coronavirus siga el patrón que tuvo el SARS, que pudo ser controlado gracias a medidas intensas de salud pública durante un periodo corto de tiempo, sino que podría parecerse más a la influenza, que aparece de manera estacional.
Para esta investigación, los científicos de la escuela de salud pública de la Universidad de Harvard utilizaron datos de otros coronavirus humanos y su estacionalidad para desarrollar un modelo de interacción a futuro.
Gracias a este modelo pudieron proyectar las medidas necesarias de distanciamiento social y su duración para mantener en control la pandemia de COVID-19 durante los próximos cinco años.
Bajo todos los escenarios simulados, la infección resurge cuando las medidas de distanciamiento social se levantan, ya sea si se realizan de manera intermitente o si solo se hace un periodo de aislamiento.
El modelo indica que si las medidas de distanciamiento se relajan en un momento clave, cuando la transmisibilidad del virus aumenta en otoño, podría ocurrir un brote intenso en invierno, que se juntaría con la temporada de gripe y excedería la capacidad de los hospitales.
El surgimiento de tratamientos para la enfermedad o una vacuna podrían aligerar las medidas estrictas de distanciamiento social, pero si no se logran encontrar pronto, sería necesario mantener las medidas de seguridad de forma intermitente hasta 2022.
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