El profesor peruano Juan Francisco Baldeón lleva alrededor de 17 años impartiendo clases de derecho en aulas. Para él no era desconocida la modalidad en línea, pues desde hace tres años ya daba clases en plataformas similares a Zoom.
Sin embargo, el catedrático reconoce que el mes pasado llegó a un nivel de frustración del que no tenía precedentes. Incluso, anunció a sus alumnos que renunciaría a dar la clase que les impartía en la Universidad Nacional Federico Villarreal de Perú.
"Ya no tengo ganas de enseñarles, ya me harté, de veras", les dijo enérgicamente a los estudiantes a través de Zoom.
"Van a decir 'es que el profesor no me enseñó nada'. Y no es que no te haya enseñado nada, es que tú no leíste. Estoy viendo la posibilidad de renunciar y me largo", agregó.
Estos episodios, como el que vivió Juan Francisco están surgiendo en otras partes del mundo debido a que los docentes se están enfrentando a ciertas dificultades con la enseñanza en línea, modalidad a la que muchas escuelas han recurrido derivado de la pandemia de COVID-19.
El hecho ocurrido en la clase del profesor Baldeón se hizo viral en las redes sociales y decenas de medios de América Latina replicaron la renuncia en directo del profesor.
"Esto sobrepasó mis límites respecto a decirles ya basta", explicó el docente a BBC Mundo.
Luego de un diálogo con las autoridades universitarias, la UNFV confirmó que el maestro continuará impartiendo sus clases de derecho minero.
No obstante, Juan Francisco Baldeón se tomó el tiempo de explicar algunos de los retos que están enfrentando los profesores y que llegan a generar situaciones de frustración como la que él vivió.
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1. Desconexión con el alumno
Baldeón comentó que el principal problema que tienen los profesores al ofrecer clases en línea es el rompimiento del vínculo maestro-alumnos que es vital para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
"Los alumnos parece que están en una suerte de encierro por la pandemia. Y no leen. Ya les había manifestado que estaban faltando el respeto a la clase y a ellos mismos. Y que tenían que responder en cualquier clase, sea informática o presencial", expresó sobre la falta de participación de la clase.
2. Falta la respuesta no verbal del alumno
De acuerdo con Juan Francisco, los alumnos no están obligados a conectarse con la cámara activada, lo cual genera otro gran problema.
"Los sentimientos y emociones de los estudiantes al explicar un tema se perciben en el rostro. Cuando no entiende, el docente lo mira. Uno ve la sonrisa, el enojo, o preocupación. Y uno tiene que volver a repetir en la clase. Y hay una cuota de sentimientos", dice.
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3. No hay motivación de grupo
"El proceso de aprendizaje es colectivo", dice, "los alumnos, que de por sí no son afines a la lectura, pierden el incentivo de participación al no tener presión de los compañeros".
4. Las carencias de espacios de estudio
En la experiencia que ha tenido Baldeón este año escolar, le ha hecho notar que la falta de un espacio dedicado al estudio, es otro gran problema en países como Perú.
"Mientras están en su clase no presencial y les pregunto, de fondo escucho un mercado", explica el docente.
"Probablemente no estén en un lugar de estudio especial, una sala o un ambiente de estudio. Parece que estuviesen en la calle. Y ahí el docente poco o nada puede hacer", agregó.
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