Mariah Person, una mujer de Somerset, Inglaterra, lucha contra el acné desde que tenía 12 años, pero a finales del año pasado, desarrolló acné quístico extremo, que le cubre la sien, las mejillas, el mentón y la frente.
"Cuando dormía, me despertaba a la mañana siguiente con sangre y pus sobre mi almohada y sábana", platicó a The Sun.
El acné quístico es un tipo de acné inflamatorio que causa bultos profundos debajo de la piel que generalmente son sensibles, rojos y dolorosos., de acuerdo con el sitio Manual MSD.
La joven de 20 años asegura que los médicos no han podido saber la causa de su padecimiento, el cual empeoró por los siguientes cuatro meses.
"Fue realmente molesto en ese momento. Los médicos no conocen la causa, nadie sabe por qué apareció como lo hizo", dijo.
Con el fin de cubrir sus manchas de acné, Mariah trató de ocultarlas con maquillaje, pero pronto el dolor agonizante que sentía la obligó a dejar de hacerlo.
"Fue demasiado doloroso tratar de cubrirlas con una esponja o incluso tocar mi cara, así que simplemente dejé de intentarlo", comentó.
Su dolor era tan persistente que no podía lavarse la cara, ni poner el rostro debajo de la ducha, pues le causaba picazón y adormecimiento.
La molestia era tan fuerte para Mariah que ni siquiera podía dormir, por lo que recurrió a tomar pastillas para dormir para conciliar el sueño.
"No pude ignorar la picazón toda la noche, me estaba volviendo loca", señaló.
Según sus declaraciones, estaba tan deprimida porque tenía un dolor constante que no podía concentrarse en otra cosa.
"Estaba de mal humor e irritable y constantemente miraba a todos a mi alrededor y decía '¿por qué no tienen esto?, ¿por qué soy yo? No es justo'", confesó.
Así que decidió pedir ayuda y solicitó una cita en el National Health Service de Reino Unido, pero tuvo que esperar cuatro meses para ser atendida, lo que empeoró su situación.
"En esos cuatro meses, pasó de malo a severo. Probé cremas con esteroides y antibióticos, pero nada me ayudó", detalló.
Mientras se sumergía en la depresión, Mariah intentó salir de casa, pues pasó seis meses encerrada en la vivienda de sus padres.
"[El acné] afectó tanto mi confianza. Soy una persona bastante tímida y tengo ansiedad social, asío que eso es bastante difícil", explicó.
"A veces camino por el bosque al lado de mi casa, pero en ese momento estaba demasiado preocupada de que alguien más estuviera allí, así que pensaba ‘no, no quiero ir'", agregó.
Y, por si fuera poco, debido a su ansiedad social, Person perdió su trabajo e incluso llegó a pensar que su padecimiento le impediría encontrar una oportunidad laboral de nuevo.
No obstante, declaró que una vez que su salud progrese comenzará a buscar un empleo.
Afortunadamente, las cosas para Mariah han cambiado, pues ahora sale de casa una vez por semana y gracias al tratamiento que inició en mayo ha tenido una gran mejoría.
Y, gracias al programa de la doctora Emma Craythorne del NHS, sus cicatrices han reducido considerablemente.
"Definitivamente estoy mucho más feliz ahora. Es realmente extraño porque alrededor de esta época el año pasado, mi piel era la más clara que había estado en años", indicó.
"Me causó mucho trauma, pero ahora finalmente parece que voy a recuperar esa piel", finalizó.
Ahora la joven quiere concientizar a otros para que el acné no solo se vea como un problema cosmético, sino como un problema de salud que debería tomarse más en serio.
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