Desde el mes de marzo, Maggie Flannery, una alumna de sexto grado que solo tiene 12 años de edad, comenzó a presentar síntomas de COVID-19, al igual que sus padres. Aunque ellos se recuperaron, la joven parecía estar mejorando pero sufrió una recaída que la dejó muy débil.
Entre los síntomas que mostró estuvieron: dolor de pecho, dificultad para respirar, náuseas, falta de apetito, mareos, dolor en las articulaciones y fatiga intensa.
Debido a que no mostraba síntomas de daño cardiaco o pulmonar, los médicos creían que se trataba de una cuestión psicológica, ya que las pruebas que le realizaron para el coronavirus salieron negativas, al igual que las aplicadas para descubrir anticuerpos.
Con el tiempo, las evidencias mostraron que muchos pacientes con síntomas, tanto graves como leves, no tienen una recuperación completa y siguen presentando síntomas durante semanas o meses después de la exposición.
Esta condición se conoce como COVID-19 crónico y presenta consecuencias a largo plazo, aunque aún no se conocen a ciencia cierta y tampoco se sabe el riesgo que corren los niños y adolescentes de padecerlo.
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Fue la pediatra de Maggie, Amy DeMattia, quien confirmó el diagnóstico, debido a la historia clínica de la niña y a que sus padres dieron positivo en la prueba de anticuerpos contra el coronavirus, según publicó el 'New York Times'.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, el número de casos reportados en niños pasó del 2.2% al 10.9% durante los últimos seis meses, por lo que a medida que haya más contagios, podrán conocerse las consecuencias a largo plazo que la enfermedad tiene en los menores.
“Con la reapertura de las escuelas, es probable que registremos más contagios infantiles. Tenemos que asegurarnos de hacer los estudios para comprender los efectos a corto, mediano y largo plazo”, dijo Richard Besser, director ejecutivo de la Fundación Robert Wood Johnson.
Según la BBC, el COVID-19 crónico afecta la vida de las personas de forma muy negativa, ya que una caminata corta podría generar mucho agotamiento, disminuyendo considerablemente la calidad de vida.
Debido a que es un virus nuevo y ha afectado a nivel global durante el 2020, faltan datos para conocer las consecuencias a largo plazo y si es que tendrá mejora para que las personas puedan recuperarse por completo.
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