Fiona Hamilton relató que los síntomas de su sobrino apuntaban a que tenía COVID-19, pero en realidad se trataba de otra condición mortal que lo estaba dejando sin aire. Conoce su historia.
Después de pasar los controles de salud iniciales, una partera se preocupó cuando Thomas no estaba engordando y sus radiografías de tórax mostraban signos de neumonía.
Con todos los síntomas apuntando a que tenía coronavirus, una prueba de hisopo lo revelaría y en cuestión de horas, el bebé ya estaba completamente ventilado, y permaneció así durante cinco días.
Fiona explicó en The Times que los médicos trataron de eliminar todo el líquido de los pulmones del pequeño, pues era lo que le estaba causando dificultad para respirar, pero no hubo señales de mejora.
Fiona comentó que, a pesar de desconocerlo en ese momento, el coronavirus simplemente estaba ocultando la verdadera condición que realmente estaba dejando a su sobrino sin aliento: Retorno Venoso Pulmonar Anómalo Total (TAPVR).
Como resultado, Thomas tenía un defecto cardíaco congénito del que solo podría sobrevivir con una cirugía, y sus síntomas de COVID-19 reflejaron exactamente los de su condición cardíaca.
"Existe el temor de que los pacientes mueran en otros lugares en las salas de coronavirus porque otras afecciones subyacentes no se detectan cuando el virus oculta sus síntomas. En los seis días antes de que se descubriera el defecto cardíaco, mi sobrino estuvo a punto de convertirse en otra estadística de la pandemia", dijo Fiona.
Su hermana, Sadie, pasó ese tiempo sola en una sala aislada donde su hijo estaba conectado a máquinas que controlaban su oxígeno, frecuencia cardíaca y presión arterial.
Fiona también platicó que al menos en 13 ocasiones los signos vitales de Thomas disminuyeron tanto que los médicos intentaron salvarlo y, en cuatro de ellas, tuvieron que sacarlo del ventilador para trabajar manualmente sus pulmones con una bolsa.
Pero después de mantenerlo con vida durante seis días, los médicos comenzaron a sospechar sobre algún tipo de afección cardíaca, pero no pudieron hacer nada más por Thomas y fue trasladado a un hospital infantil.
Allí, un cardiólogo le realizó un estudio cardíaco y diagnosticó a Thomas con TAPVR, una rara condición en la que la sangre rica en oxígeno de los pulmones no fluye al lugar correcto, limitando que el oxígeno llegue al resto del cuerpo.
Los expertos le dijeron a Fiona que el defecto cardíaco de su sobrino es solo una coincidencia y que no se trata de un problema genético en su familia.
Al día siguiente, las cuatro semanas de edad, Thomas fue ingresado para una cirugía a corazón abierto, explicando el procedimiento a sus padres por "Zoom".
Por fortuna, la operación terminó en menos de cinco horas y fue exitosa. El líquido de los pulmones del bebé desapareció en cuatro días, mientras que su sedación se detuvo en siete días.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el TAPVR es un defecto congénito del corazón.
En un bebé con este problema, la sangre rica en oxígeno no regresa de los pulmones a la aurícula derecha. En cambio, la sangre rica en oxígeno vuelve al lado derecho del corazón. Aquí, la sangre rica en oxígeno se mezcla con sangre pobre en oxígeno.
Esto hace que el bebé reciba menos oxígeno del necesario para el cuerpo.
La institución indica que existen varios tipos de TAPVR, según en lugar donde se conectan las venas pulmonares.
Los CDC estiman que cada año alrededor de 504 bebés en los Estados Unidos nacen con esta condición. Dicho de otra forma, aproximadamente uno de cada 7,809 bebés nacidos en los EE.UU. cada año nacen con TAPVR.
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