Una infección urinaria suele aparecer comúnmente cuando las mujeres usan ropa muy ajustada o por el aumento en la temperatura vaginal. Sin embargo, durante el embarazo ésta puede ser mucho más grave, aquí te decimos por qué.
Mayo Clinic describe a la cistitis como la inflamación de la vejiga que la mayoría de las veces, es causada por una infección bacteriana. Esta infección puede ser dolorosa y molesta, y puede ser un problema de salud grave si se expande a los riñones.
El riesgo de cistitis es mayor en el embrazo que en otras etapas de la vida de una mujer, debido a que uno de los efectos de las hormonas producidas durante la gestación (principalmente la progesterona) es el aumento de la secreción vaginal.
Asimismo, el aumento del tamaño del útero hace que la vejiga se comprima, favoreciendo la retención de orina, y con ello, el desarrollo de los gérmenes.
Además, la presencia de glucosa en la orina de las futuras madres, es otra de las causas que facilita el crecimiento de bacterias.
Estos fenómenos, en conjunto con la baja de defensas inmunitarias, promueven la aparición de infecciones vaginales y de orina, siendo la cistitis la más recurrente.
Síntomas
Mayo Clinic incluye a los siguientes:
1. Necesidad constante de orinar.
2. Sensación de ardor al orinar.
3. Sangre en la orina.
4. Orinar frecuentemente en pequeñas cantidades.
5. Orina turbia y con olor fuerte.
6. Molestias pélvicas.
7. Sensación de presión en la parte inferior del abdomen,
8. Fiebre baja.
Según datos de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, las infecciones del tracto urinario pueden llegar a afectar al 5-10 % de todos los embarazos.
La SEGO indica que es más común durante el primer trimestre y en los últimos meses de la gestación, y habitualmente entre las gestantes primerizas, las de más edad, y en las que tienen diferentes embarazos en poco tiempo.
Los expertos destacan la importancia de que se detecte a tiempo esta patología, ya que podría elevar el riesgo de padecer una infección renal o pielonefritis.
La pielonefritis constituye una de las complicaciones más graves durante la gestación, pues su peligro se debe a que existe la posibilidad de que la infección se extienda a la corriente sanguínea, lo que podría implicar una amenaza para la salud de la madre como la del feto, según Cuídate Plus.
Riesgos para el feto
Una infección renal en una mujer embarazada está vinculada con las dificultades que pueden presentarse tanto en el parto como en la propia gestación del feto, pues eleva el riesgo de tener un parto y contracciones prematuras.
Además, puede retardar el crecimiento intrauterino e incrementa el riesgo de que se rompan las membranas del útero y, en algunas ocasiones, se ha llegado a relacionar con casos de muerte fetal.
Y, por si fuera poco, eleva el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso y con anemia, así lo indica el portal antes mencionado.
¿Cómo prevenirla?
1. Lleva una dieta rica en frutas y verduras para regular tu intestino.
2. No uses ropa demasiado ajustada, al contrario, utiliza ropa de algodón.
3. Sé cuidadosa con tu higiene íntima, no uses prendas sucias y utiliza un jabón con pH neutro.
4. Bebe muchos líquidos, principalmente agua, es fundamental para que la orina esté muy diluida y pueda arrastrar los gérmenes que producen cistitis.
Si presentas alguno de los síntomas antes enlistados, es necesario acudir al médico para recibir un tratamiento que sea seguro tanto para la madre como para el feto.
Mira también:
Estos síntomas indican que tú o tu pareja pueden ser estériles
Qué posición sexual te ayuda a quedar embarazada y otros 6 mitos
Modelo embarazada muere tras recibir masaje de pies que la dejó en coma
Video relacionado: ‘El embarazo arruinó mi cuerpo’, asegura madre de dos niños