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“Se divorció de mí porque dejé los platos junto al fregadero”

Para Matthew Fray la decisión de su esposa de divorciarse por unos platos sucios pareció una locura. Tiempo después comprendió la profundidad del problema.

Matthew Fray se consideraba un esposo agradable, amoroso y dispuesto a ayudar con las labores domésticas, por lo que la petición de divorcio de su esposa lo tomó por sorpresa, sobre todo cuando ella expuso como motivo de la separación la mala costumbre de él de dejar los platos sucios junto al fregadero, en lugar de lavarlos y ponerlos en su lugar.

Luego de 13 años como pareja, nueve como marido y mujer y un hijo, la mujer expresó que “tenía suficiente” de este comportamiento, hizo sus maletas y se fue. Una determinación que Fray calificó como “una locura”.

En enero de 2016 el papá soltero compartió su historia en un blog al que tituló, “Se divorció de mí porque dejé los platos junto al fregadero", y la respuesta que obtuvo de los internautas fue impresionante.

El texto, en el que expuso cómo había sido su vida conyugal y el motivo por el que había llegado a su fin, llegó hasta Europa, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Filipinas. Con más de tres millones de visitas en un mes, la historia de Matthew generó todo tipo de reacciones. Algunos le agradecieron por haber salvado sus matrimonios, otros lo culparon de “machista” y hubo quienes lo señalaron por traicionar su hombría.

Fue en este momento cuando Matthew comprendió la verdadera razón por la que su exesposa lo había dejado, no se trataba solo de unos platos sucios, la realidad es que la madre de su hijo tuvo que soportar la carga mental de organizar la vida para varias personas durante años, mientras él solo “ayudó” con las tareas que le fueron otorgadas, como echar la ropa a la lavadora.

“Los hombres, tal como lo hice, a menudo no parecen reconocer la carga mental agotadora de organizar la vida para varias personas. Proyectos escolares para los niños. Transporte a actividades extracurriculares. Futuros eventos familiares y salidas sociales. Planes de vacaciones… Es agotador, lo descubrí por mí mismo cuando mi esposa se mudó y, por primera vez en mi vida, tenía una casa, un trabajo y un hijo que cuidar sin el apoyo de otro adulto”, explicó a The Sun.

Mujer con platos sucios
Getty Images

FOTO: Getty Images

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Matthew profundizó más en esta situación y descubrió que este comportamiento social, en el que la mujer adopta el papel de la responsable del hogar y el esposo se convierte en un hijo más, viene de generaciones anteriores. En su caso esto lo vivió y adoptó con su abuela, su madre y su madrastra.

“Este modelo cultural de madres, abuelas y madres de nuestros amigos que llevan todas las cargas de la mayoría de las tareas domésticas tiene efectos duraderos. Ha resultado en hombres de mi rango de edad general (tengo 41 años) que se casan con la creencia de que sus esposas se encargarán de las mismas tareas que vieron a sus madres realizar mientras crecían”, indicó.

Matthew recordó apenado las muchas veces que discutió con su exesposa por los quehaceres del hogar o por no contribuir con las decisiones familiares, siempre utilizando el argumento: “Si me dices lo que quieres que haga, con gusto lo haré”.

Fray descubrió demasiado tarde que la madre de su hijo no quería darle órdenes, como si estuviera lidiando con un adolescente rebelde. Ella necesitaba un compañero para llevar las riendas de la familia y el control del hogar.

Matthew espera que su experiencia pueda ayudar a otros hombres a romper con los estereotipos de sus antepasados, a no ser solo “buenos esposos” y transformarse en buenas parejas.

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