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Qué son los campamentos de disciplina extrema para niños y cómo funcionan

En Estados Unidos existen diferentes campamentos que ayudan a los padres a disciplinar a sus hijos con controvertidas técnicas militares.

En muchas ocasiones, cuando los padres consideran que sus hijos tienen problemas de comportamiento y disciplina, recurren a campamentos especializados donde les aplican técnicas que se podrían considerar extremas.

En los Estados Unidos, este tipo de campamentos son una industria en auge que de acuerdo con la BBC está valuada en 2,000 millones de dólares. Las técnicas utilizadas son las mismas que se aplican en los campos militares y algunos de sus directores las consideran altamente efectivas para corregir el comportamiento de los menores.

En Florida se encuentra el Campamento Consequence, que se ubica al lado de una prisión local y es dirigido por el exmilitar de la marina Glenn Ellison.

“Los comportamientos que tratamos aquí son en su mayoría solo rebeldía. Simplemente no quieren que les digan qué hacer. Todos mis chicos son buenos chicos que toman malas decisiones”, señaló Ellison en un documental.

De acuerdo con el exmilitar, el trato que se les da a los menores es de delincuentes juveniles. Al año reciben 300 niños entre los 5 y 17 años, cuyos padres pagan alrededor de 2,000 dólares para que asistan al campamento.

Este campamento realiza actividades un fin de semana cada mes, pero una vez al año hacen un campamento conductual especial de 30 días, en donde se llevan a cabo ejercicios físicos y trabajos que les enseñan a los niños disciplina.

El programa de Ellison contempla la participación de los padres, quienes deben asistir a pláticas durante el fin de semana que sus hijos se encuentran en el campamento. 

A pesar de que no se maltrata o humilla a los menores, algunos padres encuentran el proceso bastante difícil: “Simplemente no esperábamos todo esto. Sientes como si violaran tu forma de crianza”, señaló una madre.

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En Pasadena, California, se encuentra la Base Comunitaria Sargento, dirigida por el exmilitar Keith “Sargento” Gibbs, que trabaja en una zona con problemas de pandillerismo y violencia.

“Si alguien azota a su hijo, ese niño puede marcar al 911 y hacer que arresten a su padre por abuso infantil. ¿Por qué le darías ese poder a un niño?”, dijo Gibbs.

En el caso de este programa, los menores se presentan cada fin de semana durante cuatro meses para cumplir con todas las actividades disciplinarias. Los padres deben firmar un documento en donde le ceden la custodia legal temporal de los niños a Gibbs.

“En la sociedad actual, cuando el modelo masculino a seguir está ausente, los niños se inclinan hacia ese pandillero que tiene esa fuerza, que tiene esa autoridad en la comunidad y que tiene ese estilo de vida”, aseguró el sargento.

Cuando los padres no se sienten capaces de llevar ellos mismos a sus hijos a estos campamentos, existe una rama de la intervención infantil que cumple con esta función y se les conoce como “transportistas”.

Evan James, director de la compañía Universal Crisis Intervention, reveló que el propósito de este servicio es llevar a los menores hasta el lugar donde serán disciplinados sin lastimarlos y de la manera más pacífica posible.

El equipo de James trata de extraer a los menores de su hogar en menos de 15 minutos para evitar situaciones violentas, pues en ocasiones los niños o adolescentes pueden estar armados y las cosas podrían escalar rápidamente.

Entre 500 a 1,000 familias requieren este servicio mensualmente y el costo es de 100 dólares por hora más gastos, que pueden incrementar hasta más de US$5,000.

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