Los padres que golpean a sus hijos podrían creer que una nalgada "solo les llama la atención" o impone una disciplina anticuada, pero en realidad empeoran el comportamiento y pueden causar daños a largo plazo, según la Academia Estadounidense de Pediatría.
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"Experimentar el castigo corporal hace que sea más probable que los niños sean desafiantes y agresivos en el futuro", afirma la organización en sus nuevas pautas para pediatras, donde agregó que las nalgadas aumentan el riesgo de problemas de salud mental.
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"No hay ningún beneficio para los azotes", dijo el Dr. Robert Sege, del Centro Médico Tufts en Boston, quien ayudó a redactar las pautas. "Sabemos que los niños crecen y se desarrollan mejor con modelos de roles positivos y estableciendo límites saludables. Podemos hacerlo mejor", afirmó.
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"Los padres de niños y adolescentes no deben usar castigos corporales (incluyendo golpes y azotes), ya sea enojados o como castigo o como consecuencia de una mala conducta, ni deben usar ninguna estrategia disciplinaria, incluido el abuso verbal, eso causa vergüenza o humillación", dice el grupo en las pautas actualizadas.
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"En unos pocos minutos, los niños a menudo vuelven a su comportamiento original. Ciertamente no les enseña a los niños a la autorregulación", dijo Sege a NBC News. Pero es algo popular, pues según una encuesta de 2004, aproximadamente dos tercios de los padres de niños pequeños reportaron haber usado algún tipo de castigo físico.
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"Estos padres informaron que para el quinto grado, el 80 % de los niños habían sido castigados físicamente, y el 85 % de los adolescentes reportaron estar expuestos al castigo físico. El 51 afirmó haber sido golpeado con un cinturón u objeto similar", según el grupo de pediatría. Pero las cosas están cambiando, dice Sege.
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"Si limitas las encuestas a las personas que tienen un hijo de cinco años o menor en su hogar, que son una nueva generación de padres, a la mayoría de ellos no les gusta azotar a sus hijos y, a menudo, no les pegan a sus hijos. Creemos que hay un cambio generacional en el que los padres de hoy son mucho menos propensos a azotar a sus hijos que sus padres", declaró.
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Golpear a los niños no solo no funciona, puede empeorar su comportamiento a largo plazo. "Los niños que experimentan el uso repetido del castigo corporal tienden a desarrollar comportamientos más agresivos, mayor agresión en la escuela y un mayor riesgo de trastornos de salud mental y problemas cognitivos", dijo Sege en un comunicado.
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Los padres que golpean a sus hijos a menudo tienen sus propios problemas graves. "Los padres que sufren de depresión tienden a usar el castigo corporal con más frecuencia. Además, los desafíos económicos familiares, los problemas de salud mental, la violencia de pareja y el abuso de sustancias están asociados con una mayor dependencia de los castigos corporales", dijo Sege.
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¿Qué pueden hacer los padres en su lugar?. "Primero, establece una relación positiva, de apoyo y amorosa con tu hijo. Sin esta base, tu hijo no tiene ninguna razón, aparte del miedo, para demostrar un buen comportamiento. Segundo, usa el refuerzo positivo para aumentar el comportamiento que quieres de su hijo", aconseja la AAP.
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"Disciplina a los niños mayores eliminando temporalmente los privilegios favoritos, como actividades deportivas o jugar con amigos. Si tienes preguntas sobre cómo disciplinar a tus hijos, habla con su pediatra", aconseja la organización. "El refuerzo positivo para conductas negativas es extremadamente efectivo", afirma.
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