Las redes sociales se ha vuelto un espacio riesgoso para los niños y adolescentes, sobre todo por el cyberbullying. Sin embargo, los científicos han demostrado que existe algo más peligroso y que nadie había notado: las selfies.
Este tipo de fotos se han popularizado en los últimos años, pero si bien el hecho de compartir un autorretrato no es algo que pueda afectar a otro, las modas y los retos son lo que han hecho a este tipo de imágenes algo peligroso.
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Esto lo demostró un estudio reciente realizado en la Universidad de Birmingham, Inglaterra, en el que se analizó la forma en la que los jóvenes de 13 a 18 años usan las redes sociales, y el efecto de estas en su comportamiento.
En la investigación se analizaron 1,300 casos de adolescentes, y los científicos encontraron que las selfies impactaban de forma negativa en su estilo de vida y en sus actitudes.
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La doctora Victoria Goodyear declaró que los resultados mostraron que estas fotos causan una gran presión directa en cada uno de los niños, especialmente las que comparten famosos u otras personas de su edad.
"[Los adolescentes] se comparan con la apariencia física de las demás personas, y esto afecta su autoestima", explicó Goodyear, y añadió que, como consecuencia de esto, se desarrollan problemas como los desórdenes alimenticios, depresión, baja autoestima y frustración.
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Según los investigadores la presión que las selfies causa en los niños es más fuerte que la que ocasiona el bullying y lo más complicado es que es muy difícil de detectar, pero afecta a muchos más individuos.
"Necesitamos estar atentos [al comportamiento de los jóvenes] porque pueden pasar muy rápido de procesar de forma correcta lo que hay en las redes sociales, a sentirte abrumados por todo lo que ven", declaró la doctora.
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