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Crianza de los hijos: ¿el sacrificio y la inversión dan resultados?

Invertir en costosos sistemas que prometen enseñar a leer a los bebés y hacerlos unos “genios” no siempre es el camino correcto en la labor de la crianza.

En la actualidad existen muchos métodos que prometen convertir a los bebés en adultos exitosos y estudiantes brillantes, pero en la mayoría de los casos no hay evidencias de que estos “sistemas” en verdad funcionen.

En 1995 los investigadores Betty Hart y Todd Risley comprobaron que cuando los niños en la infancia temprana tienen mayor estimulación por parte de los padres, y estos se comunican constantemente con ellos, llegan a poseer un vocabulario mucho más amplio, algo que a la larga se traduce en éxito escolar y un mejor rendimiento.

Para lograr esto no hace falta más que pasar tiempo con los hijos, platicar con ellos, involucrarse en sus actividades y leerles o leer con ellos, todo desde su nacimiento.

La profesora de economía de la Universidad Brown, Emily Oster, expone en un texto publicado en The New York Times, que la tendencia de los padres súper competitivos y obsesionados con la crianza, invierten mucho dinero en métodos como Teach Your Baby To Read, que asegura que puede hacer leer a bebés de tan solo 3 meses, o Baby Einstein, pero no mejoran los resultados de los pequeños o, hasta ahora, no se ha demostrado.

En el primer caso, Teach Your Baby To Read, es un sistema que se funciona a través de videos, pero los estudios revelan que los bebés menores de 2 años no aprenden de este modo.

Baby Einstein trabaja con un método muy similar, por lo que Oster indica que los resultados no serían del todo satisfactorios para los padres.

¿Qué está sucediendo con los “nuevos padres” ?, ¿están invirtiendo su tiempo y dinero de manera errónea? Emily explica que no se trata de los “pequeños esfuerzos”, sino del gran conjunto de responsabilidades que conlleva la paternidad y maternidad.

La economista indica que es cierto que los niños criados en familias con mejores posibilidades económicas podrán ir a mejores guarderías, tendrán una familia estable y mayor contacto con sus padres. Además, estos podrán invertir más en su educación y pasar tiempo de calidad a su lado.

En su nuevo libro, “Cribsheet: A Data-Driven Guide to Better, More Relaxed Parenting, from Birth to Preschool”, Oster plantea que la crianza no siempre es el foco central en la formación de los niños, pero la paternidad sí. Para ponerlo en otras palabras, no importa cuánto gastes en el nuevo cochecito todo terreno del bebé, si nunca lo sacas de paseo.

Otro factor que no ayuda en la tarea de criar a los hijos es la poca ayuda que reciben los padres por parte de sus familias, amigos y hasta de las autoridades, sobre todo aquellos que no cuentan con recursos económicos suficientes. Además, las madres se enfrentan día tras día a las criticas y comentarios negativos sobre el trabajo que están haciendo con sus pequeños.

Emily Oster propone no centrarse en la crianza con la finalidad de “optimizar a los bebés”, lo primordial es enfocarse en las tareas sencillas, las que dan forma al día a día de los pequeños, para así constituir vínculos fuertes, seres humanos con buenos sentimientos y estimular su lenguaje e imaginación durante sus primeros años de vida.

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