"Selfie Harm" es un proyecto británico que quiere demostrar cómo es que las redes sociales afectan a la percepción de belleza y la confianza en uno mismo.
La idea surgió luego de que el fotógrafo Rankin se diera cuenta de lo fácil que es editar las fotos en aplicaciones como Instagram y FaceTune, y la popularidad de las imágenes con filtros o retoques en las redes.
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El británico reunió a un grupo de adolescentes menores de 20 años y les pidió que editaran sus retratos hasta que sintieran que estaban listos para subirlos a sus perfiles.
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Rankin explicó al HuffPost que notó que las mujeres usualmente hacen que sus ojos se vean más grandes y aplican relleno en sus labios para aumentar el volumen, mientras que los hombres se enfocan más en la forma de la cara y la zona de las cejas.
Sin embargo, Rankin declaró en Instagram que esta necesidad de modificar su imagen está causando un nuevo fenómeno llamado Snapchat dismorfia, el cual causa ansiedad, inseguridad, e incluso depresión, ya que las personas se sienten presionadas a verse siempre "listas para redes" o usar editores de fotos para cambiar su apariencia solo para ganar más seguidores.
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