Una bebé nació con una segunda boca, que tenía lengua y dientes que funcionaban con normalidad, pero tuvieron que ser extirpados por los médicos. Esta es su historia.
Según un informe reciente en la revista BMJ Case Reports, los médicos que realizaron el estudio diagnosticaron a la bebé con duplicación facial, una rara condición que solo se ha informado 35 veces desde 1900.
Mientras estaba en el útero de su madre durante el tercer trimestre del embarazo, los expertos notaron que tenía un pequeño crecimiento en la mandíbula. Al principio creyeron que era un quiste, pero cuando nació, se dieron cuenta de que en realidad era una segunda boca.
Esta segunda boca estaba ubicada aproximadamente un centímetro debajo de su boca original, y tenía 13 centímetros de profundidad, según el reporte.
Cuando la pequeña tuvo su chequeo de 14 días, descubrieron que no tenía problemas para comer con su boca original, y que el único síntoma que tenía era un líquido transparente que se drenaba del crecimiento.
También notaron que su segunda lengua parecía moverse en sincronía con su lengua original.
Sin embargo, aunque la pequeña no manifestó ningún problema de salud, los doctores tuvieron que esperar hasta que tuviera seis meses para realizar una cirugía y, cuando lo hicieron, primero quitaron el revestimiento de la mucosa de su segunda boca y encontraron dientes debajo a pesar que a la bebé aún no le había crecido ningún diente en su boca original.
Luego, quitaron los dientes y el tejido extra, y pudieron coser la línea de la mandíbula de la menor.
Seis meses después, su cicatriz se había curado por completo y podía comer bien. El único efecto secundario que presentó fue su incapacidad para fruncir el ceño en el lado derecho de su rostro donde se extrajo la segunda boca.
Por suerte, la pequeña no muestra ningún problema subyacente, algo que los médicos consideran que es aún más raro que la enfermedad en sí.
De acuerdo con los NIH, la diprosopus, o duplicación facial parcial, es una anormalidad congénita muy rara. Puede ser simétrica o no y puede involucrar la nariz, el maxilar, la mandíbula, el paladar, la lengua y la boca.
Asimismo, puede ser un diagnóstico grave si se asocia con otros trastornos de salud, como defectos en el cerebro y la columna vertebral o ausencia de partes del cerebro o el cráneo.
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