La pandemia de coronavirus ha alterado nuestras vidas de muchas maneras, y el permanecer tanto tiempo en casa puede ser más duro para unos que para otros, como es el caso de los niños que son hijos únicos.
Y es que, no solo no ven a sus amiguitos y compañeros en la escuela, sino que tampoco tienen tardes de juego en compañía de otros pequeños. La forma en la que cada niño lidia con esta soledad, depende mucho de su propia personalidad.
Según la escritora Megan Lane, hasta ahora, el aislamiento no ha sido un problema para su hija Simone, de nueve años. "Desde afuera mirando hacia adentro, ella es la misma niña feliz que era antes del encierro", dice Lane, según recoge The Guardian.
Otro caso que retrata el artículo de este diario, es el de Oliver, un niño de 12 años que vive en Brooklyn y que también ha logrado mantener un equilibrio durante el confinamiento. El chico se dio cuenta de que todos sus amigos estaban cancelando sus fiestas de cumpleaños y que eso era algo triste, pero, él ha sabido aprovechar bien su tiempo en casa.
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"Es un poco difícil [ser hijo único durante el encierro] porque tengo que pasar el rato solo conmigo", admite el preadolescente, antes de agregar, "Pero probablemente sea algo bueno porque estamos viviendo en un departamento de la ciudad de Nueva York, y si tuviéramos una persona más, probablemente estaríamos demasiado apretados".
La revista colombiana Semana también recoge crónicas de lo que están viviendo actualmente los niños. Por ejemplo, el caso de Martín, hijo único, que supo asimilar que por algún tiempo no volvería al colegio. Esperó paciente, pero en los últimos días del confinamiento ya añoraba salir a caminar, ver a sus primos y hacer su rutina de antes.
Según el psicólogo clínico infantil Dr. Henri-Lee Stalk, los padres de hijos únicos no deben preocuparse demasiado por los efectos a largo plazo del aislamiento social infantil en este momento. "Esperamos que muchos niños que salgan de esto continúen siendo resistentes y adaptables", le dijo Stalk a The Guardian.
Lo importante aquí, señalan los expertos, es tratar de brindarles a los niños "estructuras sólidas" y una variedad de actividades para que se mantengan en un buen estado mental.
Naturalmente, indican que puede ser complicado ser el único amigo y compañero de juegos de tu hijo, especialmente cuando como madre o padre tienes que cumplir con el trabajo y las labores domésticas.
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"El mayor desafío para nosotros como padres con un hijo único es el factor de entretenimiento", le dijo a The Guardian Sara Gillooly, agente de bienes raíces y madre una niña de cinco años. "Normalmente ella tendría niños en la guardería para jugar, o puedes socializar con tus amigos que tienen hijos, y ahora ella no tiene nada de eso. Entonces te sientes mal. Estás como, OK, bueno, jugaré Barbies o Legos o lo que sea. Ya sabes, después de tres horas de juego, ya terminaste, ¿verdad? Estábamos pensando en tener un perro para conseguir un descanso, pero, tener un perro, no es descanso".
Y quizá tiene razón esa madre, que busca que su hijo interactúe con otro ser vivo que no sean sus papás.
"Los días de Martín pasan entre tareas frente a la pantalla del computador, un poco de juego con sus padres, televisión y videojuegos. Es difícil saber qué huellas le dejará el encierro. Su timidez se ha acentuado, no se anima a hablar durante las clases virtuales y le cuesta expresar sus sentimientos. Además, los profesores suelen recordar solo algunos nombres, o solo interactúan directamente con los más extrovertidos, lo que termina relegando a los diferentes", relata Semana, sobre el chico que estuvo en cuarentena con su familia en Colombia.
Entonces, para motivar a los niños que están solos, es necesario que los padres se permitan ser más creativos que nunca. Que juntos bailen, canten, se disfracen, hagan restos, yoga o meditación, recomiendan los expertos.
Sin embargo, tampoco hay que preocuparse tanto, mucho menos obsesionarse, con la idea de que los niños no deben aburrirse.
Es mejor dejarles que se aburran y observarles, le dijo la educadora Pilu Hernández Dopico a El País. "Así podremos conocerlos más y saber sus gustos. Es más, debemos dejar de dar tanta importancia a esto. ¿Quién no se ha aburrido alguna vez?". Para ella, el problema actual con los niños es que están sobreestimulados y "lo que necesitan es pensar y así aprender a utilizar su mente, que es increíble".
Núria García Alonso, psicóloga infantojuvenil, apoya esta postura. Para ella, los padres deben potenciar la creatividad en los momentos que perciban que su hijo se está aburriendo, ya que la educación no se basa en pasar horas estudiando delante de un libro: "Existen infinidad de opciones para invertir en el desarrollo de los niños, y siempre se ha de apostar por aquellas que, aunque se salgan fuera de lo 'normal', traigan como resultado la felicidad y el beneficio de los pequeños".
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