El confinamiento ha comenzado a levantarse en varios países y, aunque para muchas personas esto es sinónimo de buenas noticias, para Deborah Jones, una mujer de Reino Unido, esto significa angustia y temor.
Y es que, aunque no puede esperar para volver a ver a su familia y amigos, está consumida por un miedo que la ha tomado por su sorpresa. Esto desencadenado por la idea de que abandonar su hogar seguro y aventurarse al mundo exterior nuevamente.
"Estaba aterrada ante la idea del encierro, lo que significaba todo y cómo podría hacer frente, pero aprendí a disfrutarlo", escribió en el diario The Sun.
Jones tiene cáncer en etapa 4, pero no ha estado estrictamente en la lista de protección, solo ha sido muy cuidadosa y, junto a su equipo médico, decidió que para reducir su riesgo de contraer el peligroso coronavirus, intentaría suspender el tratamiento.
Pero después de unas semanas, atravesó por un pequeño susto cuando sus marcadores tumorales aumentaron un poco, así que tuvo que volver a su tratamiento, donde recibió dos semanas de radioterapia.
Deborah señaló que, debido a esto y por el bien de su salud mental, se ha permitido salir a correr diariamente con su hijo.
Su vida se ha limitado a las paredes de su casa y jardín. Algo que tiempo atrás, la hubiese llenado de temor, pues le encantaba salir, ir a fiestas y disfrutar de su vida social.
Pero actualmente, se ha acostumbrado tanto a su vida de encierro, que le ha ayudado a apreciar la seguridad del hogar y un ritmo de vida más lento, pasar tiempo con su familia y encontrar la felicidad en cosas pequeñas.
"Me las he arreglado para equilibrar mi miedo al coronavirus versus mi miedo al cáncer. Es la vida ‘normal’ lo que me da miedo ahora", admitió.
Ahora, asegura estar de frente ante un nuevo desafío: cómo afrontar la vida que ya está volviendo a la normalidad.
Aunque todavía está aterrorizada de contraer SARS-CoV-2, pues pensó que presentaba los síntomas, las pruebas han resultado negativas.
Además de eso, todavía tiene cáncer, lo que la pone en mayor riesgo, pues existen algunas enfermedades que pueden agravar los efectos del COVID-19.
"Para mí y para miles de otros pacientes con cáncer, esta relajación del encierro es una emoción difícil de navegar. Pero estoy ansiosa por lo que se sucederá después, cómo se verá mi nueva normalidad y si viviré para ver el final de esta pandemia de COVID-19", compartió.
Mientras tanto, alerta a otros a ser amables consigo mismos, para cuidar de su salud mental.
"Para mí, se trata de correr, darme un respiro y comprender que me sentiré así. Me he dado cuenta que la vida no tiene que correr a un millón de millas para ser divertida y satisfactoria. A veces, es realmente hermoso detenerse y mirar, respirar y darse cuenta de que la vida está bien, tal como es", finalizó.
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