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“Creí que mi hijo tenía fiebre, pero un día después, murió de una convulsión”

Liam Allen, de 7 años, tenía epilepsia no diagnosticada y una noche antes, su madre le dio un medicamento para disminuir su fiebre. Conoce su historia.

Liam Allen, de siete años, tenía epilepsia no diagnosticada y una noche antes, su madre le dio un medicamento para disminuir su fiebre. Sin embargo, al día siguiente, perdería la vida a causa de una convulsión. Esta es su historia.

Paula, su madre, platicó al diario The Sun que un día antes del trágico suceso, Liam salió perfectamente bien de salud de la escuela e incluso le habían tomado una fotografía.

Esa mañana, Liam se había sentido un poco mal, pero por la tarde sus profesores le dijeron a su mamá que había estado absolutamente bien.

Esa noche durmió bien, pero a la mañana siguiente, un encargado de la escuela le dijo que su hijo había estado enfermo y tiritaba.

Esa tarde transcurrió con normalidad, pero alrededor de las 9:30 de la noche, Paula lo revisó nuevamente y descubrió que tenía temperatura, pero lo que nunca imaginó fue que se trataría de una señal de la enfermedad que le arrebataría la vida a su niño.

"Lo revisé nuevamente y tenía fiebre. Le di algo de Calpol", platicó Paula.

Sin embargo, minutos más tarde, su esposo entró al cuarto del pequeño, y le dijo que era hora de acostarse. Fue al baño para lavarse los dientes y cuando salió descubrió que el brazo derecho de su hijo estaba sacudiéndose y estaba saliendo espuma de su boca.

"Pensé que las convulsiones eran donde caían al suelo, se sacudían por un par de segundos y luego volvían a la normalidad", explicó.

Inmediatamente, fue llevado al hospital, donde los médicos trataron de detener la convulsión durante tres horas y, después de no tener éxito, tuvo un coma inducido medicamente.

Fue transferido a otro hospital para recibir tratamiento adicional en la Unidad de Cuidados Intensivos, pero los médicos no pudieron hacer nada, y lamentablemente Liam ya no despertó.

Por ello, la madre de cinco niños busca crear conciencia sobre la epilepsia, una condición que le diagnosticaron a Liam después de su autopsia.

Paula también platicó que su hijo Rory, de tres años, también tiene este trastorno, y cada vez que nota una temperatura alta inexplicable, sabe que es una señal que nunca debe ignorar.

"Hay un poco de ingenuidad, creo que mucha gente piensa lo mismo. Nunca pensé que podrían morir de ellos [ataques de epilepsia]", declaró.

Tras el diagnóstico de Liam, Paula descubrió que su hijo tuvo su primera convulsión en la escuela en mayo de 2018, cuando no respondió durante una hora y quedó inconsciente durante un viaje en automóvil al hospital.

El segundo fue en marzo de 2019, en un estacionamiento del supermercado pues, esa vez, Liam no respondió durante 45 minutos antes de caer inconsciente y luchar por respirar.

Su tercer y último ataque ocurrió a finales del mismo año, cuando David, su padre, lo encontró sacudiéndose y sacando espuma por la boca, solo un día después de su foto de generación de la escuela.

Ahora, los devastados padres alertan a otros a informarse lo suficiente sobre las convulsiones para detectar a tiempo las señales de advertencia de la enfermedad.

"Hay muchos tipos de convulsiones, no solo caer al suelo y sacudirse. La gente no debe darlos por sentado, la temperatura tiene mucho que ver con muchas convulsiones. Nunca pensé que una fiebre sería tan peligrosa", finalizó.

Mayo Clinic describe a la epilepsia como un trastorno del sistema nervioso central en el que la actividad cerebral se vuelve anormal, lo que provoca convulsiones o periodos de comportamientos o sensaciones inusuales y, a veces, pérdida de conciencia.

Debido a que se produce a causa de la actividad anormal del cerebro, puede causar los siguientes síntomas:

1. Confusión temporal.

2. Episodios de ausencias.

3. Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas.

4. Pérdida del conocimiento o conciencia.

5. Síntomas psíquicos, como miedo, ansiedad o déjà vu.

Aunque los signos varían según el tipo de convulsión, en la mayoría de los casos, una persona tenderá a tener el mismo tipo de convulsión en casa episodio, de modo que los síntomas serán similares entre un episodio y otro.

Los expertos señalan que tener una convulsión no significa que una persona padezca esta condición, pues por lo general, se requieren al menos dos convulsiones no provocadas para determinar un diagnóstico de este trastorno.

Aunque son poco frecuentes, sus complicaciones son potencialmente mortales y pueden causar:

1. Estado epiléptico: ocurre cuando te encuentras en un estado de actividad convulsiva continua que dura más de cinco minutos, o si tienes convulsiones recurrentes y frecuentes y no recuperas el conocimiento por completo entre ellas.

2. Muerte súbita inesperada en la epilepsia: aunque se desconoce la causa, algunas investigaciones sugieren que puede ocurrir debido a trastornos cardiacos o respiratorios.

En la mayoría de las personas que la padecen, el tratamiento con medicamentos o, en ocasiones, la cirugía, pueden controlar las convulsiones.

Sin embargo, algunos pacientes requieren de un tratamiento de por vida para controlar las convulsiones, mientras que, en otros, desaparecen eventualmente.

De acuerdo con la organización, algunos niños con epilepsia pueden superar la enfermedad con la edad.

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