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"Me extirparon el útero y me enteré 11 años después cuando intenté embarazarme"

Bongekile Msibi dio a luz a los 17 años y cuando buscó tener un segundo bebé descubrió una terrible realidad, le habían quitado el útero. Conoce su historia.

Bongekile Msibi, de Sudáfrica, buscaba tener un segundo hijo, luego de 11 años de haber tenido a su primer bebé. Pero, justo en ese momento, descubrió algo terrible: cuando dio a luz a los 17 años fue esterilizada sin su consentimiento.

Bongekile relató a la BBC que, luego de su primer alumbramiento, notó que tenía una enorme venda en el estómago, sin entender la razón, “No me importó. Acababa de dar a luz a mi pequeña hija. Era grande, me habían anestesiado y hecho una cesárea”.

“Salí del hospital cinco días después de dar a luz, con una bebé sana y una gran cicatriz en el estómago. No supe lo que realmente había sucedido durante 11 años. Todo se descubrió cuando intentaba concebir de nuevo”, relató la mujer.

Bongekile contó que después del nacimiento de su primera hija estuvo tomando píldoras anticonceptivas, por eso no le parecía extraño que no le llegara la menstruación mes a mes. Pero pasado un tiempo, decidió tener otro bebé, así que acudió con un doctor.

“El médico me examinó, luego me sentó, me dio un vaso de agua y me dijo que no tenía útero. Estaba devastada y confundida, nada de eso tenía sentido porque yo ya era madre. Es muy cruel lo que me hicieron”, explicó la sudafricana.

A partir de ahí comenzó su camino para descubrir la verdad de lo que le había ocurrido sin que se diera cuenta, por lo que pidió ayuda a la prensa, al Ministerio de Salud de su país y finalmente llegó al hospital en el que dio a luz, donde encaró al médico que la atendió ese día.

No me pidió perdón. Me dijo que me había esterilizado para salvarme la vida. Todavía no sé de qué estaba tratando de salvarme. No hay registros en el hospital”.

El caso de Bongekile Msibi hizo que se abriera una investigación que reveló que no fue la única víctima de esterilización forzosa, lo mismo les ocurrió a otras 47 mujeres que se atendieron en hospitales estatales, según la Comisión para la Igualdad de Género de ese país.

La Comisión para la Igualdad de Género informó que durante todo el proceso de investigación se toparon con una gran cantidad de obstáculos como la desaparición de archivos de pacientes, además de un trato hostil por parte del personal de los nosocomios.

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Los investigadores visitaron 15 hospitales en total, que fueron los señalados por grupos de derecho civiles de varios casos similares ocurridos desde el 2001.

Según el reportaje de la BBC, hasta ahora el Departamento de Salud de Sudáfrica no ha emitido una postura sobre esa situación y solo se sabe que el ministro Zweli Mkhize había solicitado una reunión con la Comisión para la Igualdad de Género para discutir el tema.

Mientras tanto Bongekile Msibi sigue buscando justicia ya que solo ha recibido mentiras de parte de las personas del hospital en el que dio a luz, “El médico me dijo que había firmado un formulario de consentimiento. No era verdad. En ese momento, era menor de edad, así que no habría podido hacerlo”.

Y las farsas continuaron, “Luego dijo que mi madre, que estaba conmigo en el parto, había firmado el formulario de consentimiento, pero ella dijo que no lo había hecho”.

Al final esa decisión arbitraria de esterilizarla cuando solo tenía 17 años terminó por afectarla por completo. Se separó de su pareja porque él quería tener hijos y ella ya no podía dárselos.

“Tengo muchas ganas de tener un bebé. Cuando vi esta semana a una colega embarazada no pude suportarlo. Mi hija quiere un hermano y cuando pasamos al lado de niños de la calle, me dice que críe a uno como si fuese mío”, contó la mujer.

Ahorita Bongekile quiere que alguien se haga responsable de lo que le hicieron, que el médico que le hizo eso pida disculpas y que le paguen un vientre de alquiler, ya que ella aún tiene ovarios y no pierde la esperanza de tener un segundo hijo.

Bongekile Msibi también señaló que las autoridades han minimizado su caso, “Por la forma en que todo ha sido manejado, uno pensaría que me acababan de quitar un dedo cuando en realidad lo que han robado es toda mi feminidad”, y sentenció, “Nunca podré superar eso y la cicatriz siempre será un recordatorio”.

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