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Primera mujer en aplicarse vacuna de prueba contra el coronavirus revela que tuvo secuelas

Jennifer Haller fue la primera persona a la que se le administró una vacuna de prueba contra el coronavirus, aunque reveló que tuvo algunas secuelas, ¿cuáles fueron?

La búsqueda por la vacuna que pueda frenar la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, está dando frutos y se llevó a cabo la primera prueba desarrollada por el Departamento de Salud y la compañía Moderna Inc.

Jennifer Haller, una mujer de 44 años de edad originaria de Seattle, se convirtió en la primera persona en recibir esta vacuna, luego de haber visto la convocatoria en Facebook.

La vacuna experimental, llamada mRNA-1273, ya había sido probada en animales, pero por primera vez se iba a administrar en seres humanos, por lo que se eligió un grupo de 44 personas en los Estados Unidos.

Al sentirse impotente por la situación que se está viviendo a nivel mundial, Jennifer no dudó en participar en esta investigación. “Vi surgir esta oportunidad y pensé: ‘Bueno, tal vez hay algo que puedo hacer para contribuir’”, dijo al sitio The Telegraph.

Desde luego, al ser una vacuna experimental, su aplicación implicaba algunos riesgos, algo que su familia y amigos temieron, aunque nunca dejaron de apoyarla y sentirse orgullosos de que formara parte de este estudio.

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Uno de estos riesgos era que Jennifer podría ser más vulnerable a contraer COVID-19. Sin embargo, no portaría directamente el virus, ya que la vacuna no fue diseñada de esa manera.

Para poder llevar a cabo la prueba de esta vacuna contra el coronavirus, Haller tuvo su primera aplicación el pasado 16 de marzo y la segunda aplicación vendría 28 días después.

Durante dos semanas, la mujer tuvo que llevar un registro de sus síntomas. El primero fue un leve aumento de temperatura.
 
“El segundo día me dolía mucho el brazo. Pero eso fue todo, todo estuvo bien después de eso. Fue tan fácil como una vacuna común contra la gripe”, señaló al medio inglés.

A pesar de que sus síntomas fueron leves, Haller será monitoreada durante un año, hasta la primavera de 2021 para comprobar la efectividad de la vacuna y los posibles efectos secundarios.

La mujer se mostró confiada de que se encontrará una vacuna que pueda controlar el virus, ya sea en el estudio en el que formó parte o algún otro en el mundo.

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