La pandemia de coronavirus ha transformado la vida de millones en todo el mundo. Debido a la rápida propagación de la enfermedad el aislamiento social es hasta el momento la medida más efectiva para evitar más contagios, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
Muchas personas se encuentran en casa con su familia, esperando que la situación mejore, sin embargo, hay otros más que están en la “línea de batalla”, trabajando en los hospitales para que los pacientes que han contraído el COVID-19 puedan sanar y volver a sus hogares.
Médicos y enfermeras se han convertido en los héroes de esta emergencia sanitaria, al velar por el bienestar de millones, exponiendo sus vidas y teniendo que alejarse de sus seres queridos.
Dos enfermeras contaron en exclusiva a Un Nuevo Día cómo enfrentan este momento tan complicado para la humanidad y cuáles son los aspectos más difíciles de su batalla.
Diana Torres, enfermera en un hospital de Nueva York, reveló que se siente en peligro de contraer coronavirus y que en más de una ocasión ha pensado en renunciar a su trabajo.
La enfermera, mamá de tres, indicó que debido a la mala administración del hospital en el que labora hay “pisos enteros” de colegas contagiados y denunció que a muchos de ellos no les han hecho la prueba para saber si tienen el virus.
“Me di cuenta de que hay animales a los que les han hecho el examen y a nosotros ni siquiera, entonces no sé qué nos consideran. Esto es un caos, esto es un desastre, esto es un crimen contra nosotros… Todos los días es peor la situación, entonces tienes que pensar, imaginarte qué es lo que estoy haciendo y por qué lo estoy haciendo”, expresó la enfermera.
Además de que la situación en su trabajo se está volviendo insostenible, Diana señaló que vive una situación familiar igual de complicada.
“Estoy completamente aislada de mi familia, yo no tengo contacto con ellos más que con los videos y las llamadas que hacemos, yo procuro no acercármeles porque el miedo y el temor que tengo de contagiarlos es demasiado y asumiendo que ya yo lo tengo, que ya tuve suficiente como para contagiarlos a ellos”, explicó Diana.
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Carol Vargas es enfermera en un hospital de Riverside, California, y madre de dos niñas, una de cuatro años y la menor de siete meses. Para ella lo más complicado de la emergencia sanitaria es estar lejos de sus pequeñas.
“Estamos en esta crisis, con esta enfermedad ahorita, tengo mis niñas chiquitas y pues no quisiera que ellas pasaran por algo así, aunque no quisiera puedo ser yo una cargadora del virus, porque trabajo con esos pacientes y en caso de que yo llegara a casa y mis niñas fueran infectadas, la verdad que no quisiera que pasaran por eso”, reveló en entrevista vía Skype.
Carol compartió cómo es su rutina diaria, ahora que vive en una casa de campaña instalada en su garaje:
“Yo trabajo en el turno de noche, termino mis 12 horas, llego aquí directamente al garaje, aquí me cambio, tengo una bata de baño esperándome, corro a la ducha muy temprano, a las siete de la mañana mientras las niñas están dormidas, me ducho y salgo de nuevo al garaje, aquí me quedo durante todo el día”.
En el caso de Carol, su equipo de trabajo ha tomado las medidas de seguridad para evitar contagios como revisiones antes de ingresar al hospital, toman su temperatura, les proporcionan mascarillas y están prohibidas las visitas a los pacientes de coronavirus.
No está arrepentida de su profesión, sin embargo, confiesa que nunca se había enfrentado a una situación similar: “No me imaginé que esto llegara a estos extremos”.
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